La guerra de Troya tenía casi diez años sin que los griegos pudieran conquistar la ciudad. El desaliento era profundo y los griegos, totalmente desmoralizados, solo esperaban una señal para regresar a su casa. Un día Ulises, heroe griego famoso por su astucia, observa a una paloma perseguida por un halcón, cuando la paloma, para salvarse, se refugia en una grieta a la cual el halcón no tiene acceso. El halcón entonces recurre a una celada y se esconde de la mirada de la paloma la cual, poco a poco, convencida de que el “cazador” ha desistido de su ataque, sale al descubierto…y el halcón reaparece y mata a la pobre palomita.

De esa escena Ulises aprende para crear el estratagema del caballo de Troya: manda a costruir un enorme caballo de madera y le manda a grabar la siguiente frase: “con la esperanza de un retorno seguro a sus casas despues de una larga ausencia”, los griegos dedican esta ofrenda a la diosa Atenéa”. Luego  dejan abandonado el caballo frente a la misma ciudad de Troya simulando una falsa partida. Los troyanos, que eran grandes creyentes de los dioses, no pensaron en la trampa, abrieron las puertas de la ciudad, llevaron el caballo dentro de las murallas protectivas para ofrendarlo a sus dioses ignorando  –  bendita inocencia  –   que ese artilugio era tramposo y que tenía una escotilla en el flanco que permitía a unos cuantos griegos escondidos en el vientre del animal de madera, salirse en plena noche, abrir las puertas de la ciudad y poder finalmente conquistarla y destruirla!

Pues bien, así como los griegos de Ulises utilizaron con alevosía el caballo de madera para poder entrar en la ciudad, del mismo modo el castrismo cubano ha utilizado una serie de cargos aparentemente sin importancia, como entrenadores deportivos, como profesores, como personal paramédico, como consultores jurídicos, como “técnicos en electricidad” (sic!) etc. para hacer proselitismo político e instaurar en Venezuela un régimen parecido al que hay, desde hace más de medio siglo, en la Cuba de Fidel, un hombre que, bajo el pretexto de luchar por la dignidad de Cuba, terminó acabando con la dignidad de los cubanos.

Sin embargo, contrariamente a los troyanos, en  Venezuela no hemos pecado de inocencia, porque esa invasión de personal cubano ocupando puestos clave en la vida política y administrativa de nuestro país, se ha realizado con el beneplácito de nuestro gobierno que, no solamente ha pemitido esa vergonzosa incursión, sino que la ha facilitado. Yo no se hasta que punto la trágica  situación económica y política que vive esa Cuba castrista, fruto de casi sesenta años de comunismo (!) pueda condicionar la forma de pensar de los venezolanos, mas una cosa  sin duda alguna es cierta: Venezuela no esta más dispuesta a aceptar esos vulgares atropellos a su soberanía por parte del castrismo cubano. No hay propaganda, no hay demagogia disimulada bajo una máscara de una falsa solidaridad, en fin, no hay dinero para comprar la conciencia liberal y democrática de los venezolanos porque … Venezuela no está en venta!

  Ahora bien, para evaluar en su justa dimensión la gravedad de esa metáfora del “caballo de Troya” aplicada a nuestra Venezuela por Cuba, ¿ustedes sabían que en Venezuela hay
mas de tres mil cubanos que se encargan de nuestra cedulación?…¿que el chavismo ha gastado en armamentos en los ultimos diez años más de treinta veces lo que ha gastado en salud y educación?…¿que Venezuela ha construido en Nicaragua y Bolivia 3 centrales  para solucionar la escasez de energía?…¿que en 1998 había en Venezuela 20.000 niños en la calle y que hoy día hay mas de 800.000? Esta, a grandes lineas, es la situación que vive nuestro país gracias a la presencia de los invasores…cubanos. ¿Podemos hacer algo? Yo creo que si…por ejemplo no votar por esa gente!

Desde Italia –  Paolo Montanari Tigri

 




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