Miles de personas que asisten a la marcha “Sí se puede” convocada por el presidente Mauricio Macri este sábado, en el centro de la ciudad de Buenos Aires (Argentina), en el marco de la campaña por su reelección. EFE

Decenas de miles de personas se juntaron este sábado junto al Obelisco de Buenos Aires, en el centro de la ciudad, para apoyar al presidente argentino en su más importante acto de campaña, a una semana de las elecciones y con la convicción de que Mauricio Macri puede «dar la vuelta» a los sondeos y ser reelegido.

Convocados por el propio mandatario y su equipo de campaña a través de las redes sociales, ríos de simpatizantes de la coalición Juntos por el Cambio se congregaron bajo el sol primaveral para escuchar las palabras de su líder, en el poder desde diciembre de 2015 y candidato a la reelección en los comicios del día 27.

«Quiero una patria libre y soberana, no quiero que vuelvan más los delincuentes», cuenta a Efe Ramona, con su espalda cubierta, como gran parte de los asistentes, por una bandera de Argentina.

Al ya popular grito del «sí, se puede», que además es el título escogido por el candidato de Juntos por el Cambio para la gira electoral que inició a finales de septiembre por todo el país, sus seguidores han sumado el pegadizo «da la vuelta, Mauricio da la vuelta», que este sábado fue coreado de forma multitudinaria.

El ritmo en el que se apoya no es otro que el de uno de los más populares éxitos de la cantante galesa Bonnie Tyler, cambiando la letra al fragmento que dice: «It’s a heartache, nothing but a heartache (es una pena, nada más que una pena)».

Familias, parejas y grupos de amigos, con carteles de apoyo y cientos de banderas argentinas se hacían paso entre empujones -la concentración se expandió por varias manzanas- y vendedores de «¡bebida fría, bebida!» para encontrar el mejor lugar para ver el escenario.

«¿Está ya Mauricio?», preguntaba una mujer a su acompañante al escuchar gritos por las filas. «No todavía. Cuando salga te vas a enterar», le respondió.

Y así ocurrió cuando, con una hora de retraso y tras unas breves palabras del alcalde capitalino, Horacio Rodríguez Larreta, apareció Macri junto a su esposa, Juliana Awada, y su candidato a vicepresidente, el peronista Miguel Ángel Pichetto.

En su arenga, el mandatario reconoció que cuatro años no son suficientes para arreglar los problemas económicos que asegura arrastra el país desde hace décadas y volvió a apelar a los valores de democracia y honestidad que afirma defiende su candidatura, frente a la corrupción de los Gobiernos de Cristina Fernández (2007-2015), procesada en multitud de causas judiciales.

«¡No vuelven más, no vuelven más!», «¡Argentina sin Cristina!» y «¡Qué vaya presa!» fueron algunas de las consignas más repetidas por el público.

Todas las encuestas dicen lo mismo: el opositor peronista Alberto Fernández, que lleva a Cristina como candidata a vicepresidenta y en las primarias de agosto aventajó en 16 puntos a Macri, tiene todas las de ganar, pero ni el presidente y su desgastada imagen por la larga crisis económica, ni sus seguidores, se dan por vencidos.

«Antes de la corrupta que hemos tenido… (Macri) tendrá sus graves errores, porque los ha tenido, pero trataremos de apoyarlo porque aparentemente es lo que nosotros necesitamos. Un líder honesto», afirma Imelda, que llegó desde la ciudad bonaerense de Avellaneda acompañada de su hija Marcela.

No faltaron venezolanos afincados en Buenos Aires y ciudadanos de otras nacionalidades, como el peruano Leo, que brindó su apoyo al actual Gobierno para que «los corruptos y la impunidad no vuelvan» y para defender «la República», al tiempo que remarcó no perder la fe en su victoria «hasta la noche del 27».

«#19OLaMarchaDelMillon» fue durante todo el día ‘trending topic» de Twitter, pero también «#19OTheWorldForArgentina», ya que la iniciativa se replicó en diferentes ciudades del país y del mundo, como en Madrid, donde grupos de personas se juntaron en la céntrica Puerta del Sol para apoyar a la propuesta oficialista.

Ejemplo de la «grieta» argentina, como se conoce a la extrema polarización política, en la desconcentración de la manifestación no faltaron cruces de seguidores de Macri con simpatizantes peronistas que, por la concurrida avenida Corrientes, gritaban el no menos popular «vamos a volver» kirchnerista.

Macri no espera ahora otra cosa que traspasar esa pena de la que habla Bonnie Tyler en su canción, lograr la gloria y «hacer historia» en los comicios o llegar a una segunda vuelta el 24 de noviembre en caso de que la distancia obtenida por Fernández en la primera no sea suficiente.

Justo hoy venció el plazo para difundir encuestas y este domingo los seis candidatos a la Presidencia volverán a verse las caras en el segundo y último de los debates televisados.

Se pueda o no se pueda dar la vuelta, la suerte, ahora sí, parece estar echada. EFE




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