Ni socialismo de izquierda ni neocapitalismo. Los dos, tal como la realidad y no el concepto lo muestran, arropan y excluyen al hombre y a la equidad de la sociedad, usurpan el poder con la tiranía de la fuerza y represión o con un corporativismo que devora todo, no solo el dinero sino los principios para que la sociedad gire alrededor de valores impuestos por un «mercado» que centrípetamente genere ingresos a los mismos ejes de poder económico

Las sociedades y la historia deben cambiar al ritmo de los acontecimientos que ellas mismas generan. Los seres humanos necesitamos un bienestar que en realidad ha cambiado poco, desde que habitamos en comunidad y que abarca la necesidad de trabajo, educación, vivienda, salud, cultura y entretenimiento. Esto mismo no ha ocurrido con los regímenes políticos y sociales los cuales como un péndulo han ido de extremo a extremo pasando por variantes intermedias, desde muy dominados por jerarcas “autodenominados” escogidos por Dios hasta los absolutamente represivos de cualquier tinte religioso. Desde la utopía de la igualdad sin propiedad individual de ningún tipo hasta el libertinaje de mercado que ha llevado a neomonopolios o fusiones y a exclusión de millones de seres humanos simplemente destinados a ser consumidores y no propulsores del bienestar común, antiguos tercermundistas

Las sociedades y la historia deben cambiar al ritmo de los acontecimientos que ellas mismas generan

Desde sociedades bárbaras donde la fuerza personal decidía las jefaturas, monarquías familiares donde nadie importaba, yo reino porque mi papa era rey y «al diablo todo el mundo» o religiosas «porque Dios dice que yo reine» y los demás solo serán plebeyos y punto. Así pasaron generaciones tras generaciones, de obediencia en obediencia y los monarcas bañados en privilegios y beneficios repugnantes. La supremacía del poder ha sido el único denominador, imperios que han invadido por siglos a otros, que han impuesto hasta su Dios, que han robado sus riquezas y que para nada les ha importado los seres humanos. Bailen lo que yo diga, coman lo que sugiero, vístanse así, oren «mi receta» a mi Dios que ahora es de Uds. adoren al Comité Central, al Führer, o al Comandante Eterno, o a la sociedad de consumo, Chanel, Windows, Rolex, Caviar, Drogas. A final de cuentas todos son espejismos que ocultan una manipulación suprema que favorece a unos pocos manteniendo a la mayor parte del mundo a los pies de los ductores o del capital o de la mentira socialista

Que gran conflicto enfrentamos hoy, ahora aparecen otros reinados que se soportan en la ignorancia y resentimiento, dos componentes determinantes que muy hábilmente son aprovechados por el encantador de turno de la historia: el populismo, que fácilmente se diseminó principalmente en el tercer mundo de habla hispana como Nicaragua, Bolivia, Argentina, Ecuador y su mejor ejemplo, Venezuela. Sin embargo ahora el populismo aprendió y habla  inglés abarcando Inglaterra con el Brexit y el ultimo y singular ejemplo de las elecciones en USA

Desde río Bravo hacia abajo en América seguimos siendo fuente de inmigrantes para el primer mundo

La derrota parcial del comunismo ruso, la caída del muro de Berlín y el creciente reinado del capitalismo no han resuelto la pobreza mundial, ni han equilibrado a las sociedades para su bienestar, ni han hecho crecer a los países débiles, ni han mejorado el establecimiento de principios de civilidad en los individuos y sociedades. Seguimos siendo violentos y crueles. En fin no han limado las diferencias entre los hombres para que vivan con mayor dignidad. Ha habido ejemplos de superación individual de gente que a fuerza de lucha y sacrificio logra posiciones relevantes en el mundo actual y algunos ejemplos de países que han logrado adaptarse e incorporarse a esa rueda devastadora de la competitividad, pero no han sido más que ejemplos puntuales. Desde río Bravo hacia abajo en América seguimos siendo fuente de inmigrantes para el primer mundo, en Africa más de la cuarta parte de la gente no dispone ni siquiera de agua potable y siguen aquejados de epidemias  para las cuales existe tratamiento pero no se les suministra adecuadamente, muchos países de Europa y Asia siguen a la cola de sus vecinos

La democracia es el sistema reinante en casi todo el mundo, pero no es suficiente. Este sistema político nació en respuesta al despotismo que prevalecía y costo mucho sacrificio su instauración. Muertes, enfrentamientos y finalmente se impuso la razón, pero la historia no se detiene y ahora debemos repensarla para compensar la amenaza y realidad de los nuevos peligros, por un lado la ignorancia y el resentimiento manipulable de las personas y por el otro la voracidad de un sistema capitalista desbordado. Se comenzó en Atenas con definiciones de Platón y Aristóteles, pero aún tenemos una gran tarea que cumplir y esa es crear Democracia 2.0

Noviembre 2016




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