Varios modelos de la nueva especie de dinosaurio acorazado descubierto por investigadores de la Universidad de Chile (EFE/Alberto Valdes)

Un equipo de investigadores de la Universidad de Chile dio con una nueva especie de dinosaurio acorazado tras hallar un fósil íntegro de 74 millones de años en la sureña Región de Magallanes, el descubrimiento más importante de la paleontología chilena junto con el Chilesaurus diegosuarezi.

El hallazgo, de alto impacto mundial y divulgado este miércoles, se produjo en una inhóspita zona cercana al Parque Nacional Torres del Paine cuando en febrero de 2018 un grupo de paleontólogos extrajo con gran dificultad un bloque de roca con restos fósiles expuestos en el empinado cerro del Valle del Río de las Chinas.

La identificación del espécimen, liderada por los científicos Sergio Soto y Alexander Vargas, reveló la existencia de un linaje hasta ahora desconocido de dinosaurios acorazados que, en este caso, incluía una cola que maravilló a los investigadores al no parecerse a la de ningún ejemplar catalogado a la fecha.

El extremo de su cola tenía una particular forma parecida al macuahuitl, temido garrote utilizado por los antiguos aztecas, una rareza que permitió identificarlo claramente como un nuevo tipo de dinosaurio acorazado.

A medida que los equipos de trabajo removieron la roca se encontraron con un esqueleto prácticamente completo y con su zona posterior articulada, cuya mitad poseía siete pares de huesos dérmicos proyectados lateralmente que le daban un aspecto similar al un macuahuitl, el garrote de guerra utilizado por los aztecas.

Con una dimensión en torno a los 2 metros, la nueva especie fue nombrada «Stegouros elengassen»: denominación que, según explicaron los investigadores chilenos, se traduce como «cola techada» desde Stegouros, mientras que el término «elengassen» hace referencia a un monstruo acorazado de la tradición del pueblo tehuelche, originarios de la zona sur de país.

LA «PIEDRA ROSETTA»

El paleontólogo Sergio Soto, principal autor del estudio, señala que la investigación permitió determinar que el ejemplar se trataba de un anquilosaurio transicional, es decir, «un eslabón evolutivo entre los anquilosaurios (especie acorazada de dinosaurios) y otros linajes más antiguos de dinosaurios acorazados».

«Stegouros tiene solo algunos de los rasgos que normalmente se encuentran en anquilosaurios, particularmente en el cráneo, pero muchos otros están ausentes. También tiene algunos rasgos parecidos a los estegosaurios, heredados desde un ancestro común con ellos, pero que otros anquilosaurios perdieron en la evolución», agregó el investigador.

En base a estos datos, el equipo de la Universidad de Chile sostiene que el descubrimiento es una «Piedra Rosetta» de este grupo de animales prehistóricos, un hallazgo que permite explicar y dar sentido a la evolución de estos acorazados cuyos restos se han encontrado en pocas cantidades en el Hemisferio Sur.

Por su parte, el paleontólogo Alexander Vargas enfatizó que los estegosaurios se encuentran entre las especies más reconocibles, tanto por sus poderosas placas dorsales como por su arma en la cola con púas pareadas.

«Los anquilosaurios avanzados, en cambio, son famosos por sus anchas espaldas acorazadas por filas de osteodermos, y por tener una enorme maza redondeada en el extremo de la cola. Claramente, el arma de la cola en nuestro dinosaurio era ninguna de las anteriores», describió el científico chileno.

Otra de las conclusiones de este trabajo es que los dinosaurios acorazados son el único linaje de vertebrados terrestres que ha evolucionado de forma independiente tres tipos radicalmente diferentes de armas especializadas en la cola: las púas pareadas de estegosaurios, la maza de anquilosaurios avanzados, y el macuahuitl de Stegouros recién hallado.

DESCONOCIDOS EN AMÉRICA DEL SUR

Hasta ahora los anquilosaurios habían sido encontrados por restos aislados en América del Sur, por lo que el hallazgo del Stegouros elengassen, además en tan buen estado de conservación, superó todas las expectativas.

Las conclusiones de los investigadores permitieron también emparentar esta nueva especie con dos descubrimientos anteriores de dinosaurios acorazados con los que comparte algunas características: Antarctopelta de la Antártica y Kunbarrasaurus de Australia.

El nuevo hallazgo de la paleontología chilena permite, de esta manera, sumar información para estudiar a los anquilosaurios del Hemisferio Sur y compararlos con sus parientes del norte: son de menor tamaño, de armadura más ligera y miembros más esbeltos.

El trabajo propone reconocer la nueva especie como Parankylosauria («al lado de los Ankylosauria») y distinguirlos de sus parecidos de la parte norte del planeta.

MUNDO CRETÁCICO PATAGÓN

Chile y todo Sudamérica, además de África, Oceanía, India y la Antártica, se ubicaba en el margen occidental del megacontinente denominado Gondwana durante la era de los dinosaurios.

Este descubrimiento, según el jefe del Área Paleontología del Museo Nacional de Historia Natural de Chile y parte del estudio, David Rubilar, brinda información no solo para la fauna prehistórica del país sudamericano sino que representa «evidencia valiosa» de la conexión de los continentes australes hace millones de años.

EFE




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