La severa desnutrición que presentan los reclusos del Internado Judicial de Carabobo, conocido también como penal de Tocuyito, los convierte en presas fáciles de cualquier enfermedad, entre esas la tuberculosis, porque tienen la defensas bajas. Así lo denunció Beatriz Girón, coordinadora del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).
Según el OVP, desde el 19 de mayo hasta este jueves 2 de julio han fallecido 11 presos por desnutrición y tuberculosis. Se conoció que a los detenidos no los llevan al hospital de forma oportuna y cuando lo hacen, ya es demasiado tarde, por lo que los dejan morir tirados en el piso.
“El mayor problema que tenemos actualmente es la desnutrición, que se ha agravado con la pandemia. Eso no debe pasar porque no es responsabilidad de los familiares llevar la comida a los reclusos”, aseveró la vocera del observatorio. “Para eso al Ministerio de Servicios Penitenciarios le dan un presupuesto, pero tengo entendido que los alimentos que llegan, hay directores que hacen uso personal de los mismos”.
Esta situación no es exclusiva del penal de Tocuyito. También se registra en otros centros penitenciarios de Venezuela ubicados en Lara, Guárico y Falcón. En su informe, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, alertó que en 11 cárceles del país hay difícil acceso a los alimentos.
“Supuestamente tenemos un brote de COVID-19 en los calabozos policiales en el sur y nos preocupa pero las autoridades nada que se pronuncian”, señaló. Otras de las enfermedades que se han presentado en los centros de detención tanto en Carabobo como en el resto del país con neumonía, escabiosis y hepatitis.
Otro factor que afecta a los privados de libertad, sostuvo, es la falta de agua potable. “No hay agua de calidad por un grave problema existente en Pao Cachinche”. El Internado Judicial de Carabobo alberga a alrededor de cinco mil hombres, distribuidos en la Mínima, la Máxima y el Centro de Formación Hombre Nuevo Libertador.
