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Con contrastes de anuncios oficiales en el sector salud y de obras inconclusas, además de las inauditas circunstancias en las que laboran, prácticamente con las uñas, los médicos venezolanos celebran hoy su día.

Promeras incumplidas, como siempre, de centros hospitalarios que aguardan por insumos. Mientras ya para este 2020, más de 30 mil médicos han emigrado del país, según estimaciones de la Federación Médica Venezolana.

Institución gremial que recuerda que en un promedio entre cinco a 10 pacientes mueren en cada uno de los centros públicos de Venezuela.

Con este contraste de anuncios oficiales en el sector salud y de obras inconclusas por lo menos de 30 hospitales en todo el país, el doctor Ronald Guía, urólogo y fundador del servicio de esta especialidad en el Hospital Carabobo, actual director de la Cruz Roja de Valencia, se pregunta cómo se explica que si se aprueban recursos, se paralizan las obras.

Situación sin precedentes

No hay ninguna justificación, ni ética ni política. Tú puedes parar una obra del ferrocarril si es que los recursos no alcanzan, pero cómo se va a parar un hospital. Por nada del mundo puede ocurrir, expresa el doctor Guia.

Como es posible de haber sido Venezuela el país más rico de América Latina, la ventana de América del Sur, bendecidos con el petróleo, con minerales, con esta rica mezcla de razas, ahora estemos peor que nunca.

Ronald Guia, médico graduado en 1978 en la Universidad de Carabobo y quien realizó sus pasantías en el antiguo Hospital Dr. Enrique Tejera, recordó con pesar que si bien es cierto habían limitaciones y otras carencias para ese entonces, la crisis actual de la salud en Venezuela no tiene precedentes, tanto en la limitada atención que se le puede brindar a los pacientes, como en lo académico e investigativo.

El urólogo con más de 30 años de profesión reconoce que en Venezuela es vergonzoso el panorama del sistema de salud público. «Más bien, los médicos demuestran verdadera vocación».

Igual lamenta que muchas personas inescrupulosas se aprovechan de estos escenarios para hacer de la necesidad un negocio, como de pronto suele ocurrir en algunos centros asistenciales.

-Ser humano y tener humanidad son dos cosas diferentes. Humanidad implica tener sensibilidad por encima de todo. Es lo que a diario, ponen a prueba los profesionales de la salud cuando son ellos quienes le dan la cara al paciente».

Pero, ven con angustia sus limitaciones por la situación económica, social, por la escasez de medicamentos y de reactivos en los laboratorios, pero hacemos siempre lo posible por atenderlos y darles y excelente servicio.

La tragedia del sector salud la sintetizó con la siguiente frase:“Nacimos del dolor, del dolor del parto, de la primera nalgada que nos dieron para hacer fluir ese aire de vida que llegó y llenó nuestros pulmones. Pero, no quiere decir que este dolor debe perpetuarse y seguirnos hasta el final de nuestros días”.

El profesor universitario les recordó a algunos funcionarios del Ministerio de Salud que también fueron médicos de hospitales y saben lo que es trabajar en estos establecimientos. “La medicina se creó como base para un mejor vivir, para darle calidad al paciente, a niños y adultos. Pero cada vez, la vemos desvanecida y de forma trágica”.

Las intervenciones quirúrgicas deben suspenderse por falta de algún insumo; los médicos ganan sueldos -el cual no llega ni al equivalente a 10 dólares- el cual no se equiparan con el alto costo de vida del venezolano; además la corrupción campea por igual, con la consigna de una ideología sin parangón.

Ideologías no pueden estar por encima de la salud

Ante esta hecatombe, el doctor Guia cita palabras del pediatra Pastor Oropeza, padre de esta especialidad en el país y en las que se destaca que las ideologías no pueden tener cabida cuando se está frente a un paciente; «porque quien escogió este camino y el arte del trabajo de rescatar vidas, lo hace con devoción, entrega y apego».

Pero con tristeza se observa como los pacientes pasan meses y años con un diagnóstico de cáncer, con una obstrucción de un riñón, o cualquier problema prostático u otro; y tienen que esperar que haya la medicina, la anestesia o los instrumentos quirúrgicos para ser intervenidos.

-En mis tiempos de bachiller vivía metidos en los hospitales y era testigo de sus carencias y me formé dentro y fuera del país. Fundé las unidades de urología, con los conocimientos que recibí de mis maestros, hombres sensibles de la época vanguardista.

Ese mismo precepto del doctor José María Vargas a quien se le debe esta celebración del Día del Médico, y quien trajo todos sus conocimientos adquiridos en Francia y los extrapoló en Venezuela y era la medicina más adelantada para la época. Y tal día como hoy, nació el 10 de marzo de 1786.

«Pero, hoy hemos perdido todo eso, tenemos equipos médicos obsoletos, ranchificando hospitales”, comentó el especialista.

“Hoy los venezolanos necesitamos que se ejerzan acciones, no palabras espasmódicas; no hacer un hospital y olvidarse de su mantenimiento y darle la atención y adecuación de equipo médico-quirúrgico y dotarlo igualmente del personal más idóneo, desde el director hasta del que se encarga del aseo, que cumplan con sus funciones fundamentales. Con un equipo que siempre con una sonrisa reciba a esos pacientes que buscan consuelo, ayuda y salud.

 




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