El gobernador de la provincia de Penyab, Shahbaz Sharif, hermano del primer ministro paquistaní, decretó este martes como día de duelo luego de ser víctimas de un atentado de los talibanes lunes, que dejó 15 muertos y 87 heridos en Lahore, la capital cultural de Pakistán
entre los fallecidos se encuentran seis policías, indicó el doctor Ahmad Raza, al comunicar un nuevo balance del atentado con bomba. El atentado provocó una ola de indignación entre los habitantes que criticaron la incapacidad de las autoridades para garantizar la seguridad.
Una fracción de los talibanes de Pakistán, Jamaat ul Ahrar, reivindicó el atentado, tres días después de que el grupo anunciara en un mensaje de vídeo que iba a lanzar una ofensiva contra objetivos del gobierno en todo el país.
El atentado dejó en evidencia las dificultades del gobierno para eliminar a los múltiples grupos armados que hay en el país, capaces de organizar espectaculares ataques a pesar de una importante ofensiva militar que permitió una neta mejora de la seguridad en 2015 y 2016.
En el lugar del atentado, los habitantes de Lahore manifestaban el martes su indignación contra el gobierno y los insurgentes.
Los autores del atentado «no tienen ningún vínculo con el islam, no creen en ninguna religión, lo único que saben hacer es matar», dijo a AFP Tariq Saleem, un presente en el lugar.
El primer ministro, Nawaz Sharif, lamentó la tragedia y exhortó a continuar la lucha contra el terrorismo hasta que puedan retomar la plena libertad y seguridad.