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Cada 24 de septiembre, se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Tiroides con la finalidad de concientizar sobre la importancia de realizar chequeos del cuello en la consulta de Endocrinología y lograr la detección temprana.

La Fundación de Lucha Contra el Cáncer de Mama (Funcamama), ofrece los servicios de su unidad de despistaje de condiciones endocrinológicas, liderada por las médicos endocrinos Nebeska Higuera y Rebeca Bermúdez, al igual que exámenes hormonales, ecografías, punciones y biopsia.

El cáncer de tiroides registra mayor incidencia entre las mujeres (tres veces más probabilidades que los varones) pero es uno de los cánceres que tienen mejor pronóstico si se detecta y trata a tiempo. Por eso la detección precoz, un diagnóstico exacto, un tratamiento preciso y un seguimiento programado pueden deparar un futuro sano.

El cáncer de tiroides más frecuente es el de tipo Papilar, seguido por el Folicular, (también llamados cáncer diferenciado de Tiroides); Medular e Indiferenciado o Anaplásico.

Afortunadamente el cáncer papilar es de buen pronóstico y curable cuando se diagnostica en estadios temprano, por eso la importancia de evaluar a tiempo el nódulo tiroideo.

La tiroides, es una glándula en forma de mariposa situada en el cuello, desempeña una función importante en el bienestar de la persona. Al igual que la hipófisis, forma parte del sistema endocrino, que regula funciones corporales concretas. La tiroides genera hormonas que controlan la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la temperatura y el metabolismo del organismo.

El cáncer de tiroides aparece cuando las células de la tiroides crecen de manera incontrolable. Afortunadamente, la mayoría de los tumores tiroideos son benignos (no cancerosos). El cáncer de tiroides no es frecuente, de manera  que representa alrededor del 1% de todos los cánceres diagnosticados.

En Venezuela se ha convertido en el décimo cáncer más diagnosticado en las mujeres, de acuerdo a un reporte de Fundación Badam. Mientras que según cifras del Registro Central de Cáncer del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social y del Anuario de Epidemiología y Estadística Vital del año 1992, aparece en décimo tercer lugar entre las quince primeras localizaciones anatómicas por incidencia, en mujeres, sin figurar entre los varones.

Factores de riesgo  

*Por razones que no están claras, los cánceres tiroideos (al igual que casi todas las enfermedades de tiroides) ocurren alrededor de tres veces más en las mujeres que en los hombres.

*El cáncer de tiroides puede ocurrir a cualquier edad. Sin embargo, para las mujeres (quienes con más frecuencia están en las edades de 40 a 59 años al momento del diagnóstico), el riesgo está en su punto más alto a una edad menor que para los hombres (quienes usualmente están en las edades de 60 a 79 años).

*Antecedentes familiares de esta patología.

*Una alimentación baja en yodo

*Exposición  a radiación en la cabeza, cuello o parte superior del pecho,  que incluye ciertos tratamientos médicos y precipitación radioactiva de las armas nucleares o accidentes en plantas energéticas.

¿Cuál es el tratamiento del cáncer de tiroides?

El tratamiento de primera línea para el cáncer de tiroides es la tiroidectomía, la cual debe ser realizada por un médico entrenado en cirugía oncológica y/o de cabeza y cuello.

Luego de la cirugía y si el cáncer es de tipo diferenciado (Papilar o Folicular), debe ser administrada una dosis única de yodo radioactivo la cual será determinada por el médico nuclear de acuerdo al estadio y riesgo de recurrencia del cáncer de tiroides.

El yodo radioactivo elimina las células cancerígenas que se encuentran en el lecho tiroideo y que no pudieron ser eliminadas por la cirugía o que se encuentren en otros lugares debido a la metástasis o diseminación tumoral.

Recientemente, el uso de yodo radioactivo ha sido innecesario en ciertos tipos de cáncer de tiroides llamados de muy bajo riesgo, ya que la cirugía es suficiente para eliminar el tumor.

Generalmente el cáncer diferenciado de tiroides no es quimiosensible ni radiosensible, es decir, no responde bien a tratamiento con quimioterápicos ni a radioterapia, sin embargo hay algunos casos (pocos) donde debe ser utilizada la radioterapia cuando la enfermedad en cuello es muy extensa o para algunas metástasis o usar inhibidores de tirosinquinasa cuando no hay buena respuesta al yodo radioactivo.

Por otro lado, el cáncer medular y el anaplásico no son susceptibles de ser tratados con yodo radioactivo y por lo general no tienen tan buen pronóstico como el cáncer papilar.




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