Hay diferentes bacterias causantes de meningitis. Neisseria meningitidis es una de ellas, y puede causar grandes epidemias

Puede ser mortal dentro de las 24 horas de aparición de los primeros síntomas, por lo que la detección temprana es factor clave, así como la prevención por medio de la vacunación

La meningitis es la inflamación de las meninges, las membranas que recubren el cerebro y la medula espinal. Y por conmemorarse hoy el «Día Mundial de la Meningitis», la Americas Health Foundation desarrolla la iniciativa educativa «24 horas Juntos contra la enfermedad meningocócica». Se busca concienciar y participar en la lucha contra la meningitis por meningococo. Una enfermedad devastadora que puede ser mortal, dejar a una persona discapacitada o con secuelas graves en las primeras 24 horas, tras la aparición de los síntomas.

En este día se difunde información médica, testimonios y datos destacados de esta enfermedad, prevenible por vacunación.

La toma de conciencia, fundamental

*El 10% de la población es portadora sana (en nariz y garganta) de la bacteria Neisseria meningitidis, la que provoca la meningitis por meningococo. Los adolescentes y adultos jóvenes son los portadores más frecuentes de la bacteria en relación con otros grupos etarios y pueden transmitirla a los niños pequeños, el grupo más vulnerable de contraer la patología.

  • Esta enfermedad, puede ser mortal en el 50% de los casos no tratados o no tratados a tiempo. Incluso cuando se diagnostica a tiempo y recibe tratamiento adecuado, un 5 a 10% de los pacientes fallece.
  • Entre el 10 y el 20% de los que sobreviven a la enfermedad tiene secuelas graves como amputación de miembros y sordera entre otras.

En Latinoamérica se registraron brotes recurrentes: en Argentina en 1974, en Brasil donde hubo reiterados desde 1971 y, más recientemente en Chile en 2012.

– Sobre la meningitis por meningococo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la meningitis por meningococo como una infección bacteriana grave de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal, llamadas meninges. Por la severidad que representa la enfermedad, debe siempre ser considerada como una urgencia médica.

La meningitis meningocócica es una infección bacteriana grave de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal. Puede causar importantes daños cerebrales y es mortal en el 50% de los casos no tratados.

Hay diferentes bacterias causantes de meningitis. Neisseria meningitidis es una de ellas, y puede causar grandes epidemias. Se han identificado 12 serogrupos de Neisseria meningitidis, cinco de los cuales (A, B, C, W135 y X) pueden causar epidemias. La distribución geográfica y el potencial epidémico varía según el serogrupo.

– Transmisión

La bacteria se transmite de persona a persona a través de gotículas de las secreciones respiratorias o de la garganta. La propagación de la enfermedad se ve facilitada por el contacto estrecho y prolongado (besos, estornudos, tos, dormitorios colectivos, vajillas y cubiertos compartidos) con una persona infectada. El periodo de incubación medio es de 4 días, pero puede oscilar entre 2 y 10 días.

Neisseria meningitidis solo infecta al ser humano; no hay reservorios animales. Hay personas que son portadoras faríngeas de la bacteria, que a veces, por razones no totalmente esclarecidas, puede superar las defensas del organismo y propagarse al cerebro a través del torrente sanguíneo. Aunque nuestros conocimientos tienen lagunas, se cree que un 10 a 20% de la población es portadora de Neisseria meningitidis, aunque la tasa de portadores puede ser más elevada en situaciones epidémicas.

– Síntomas

Los síntomas más frecuentes son rigidez de nuca, fiebre elevada, fotosensibilidad, confusión, cefalea y vómitos. Incluso cuando se diagnostica de manera temprana y recibe tratamiento adecuado, un 5 a 10% de los pacientes fallece, en las primeras 24 a 48 horas tras la aparición de los síntomas.

La meningitis bacteriana puede producir daños cerebrales, sordera o discapacidad de aprendizaje en un 10 a 20% de los supervivientes. Una forma menos frecuente pero aún más grave de enfermedad meningocócica es la septicemia meningocócica, que se caracteriza por una erupción cutánea hemorrágica y colapso circulatorio rápido.

– Diagnóstico

El diagnóstico inicial de la meningitis meningocócica puede establecerse a partir de la exploración física, seguida de una punción lumbar que muestra un líquido cefalorraquídeo (LCR) purulento. A veces se puede observar la bacteria en el examen microscópico del LCR. El diagnóstico es respaldado o confirmado por el cultivo positivo de la sangre o del LCR, las pruebas de aglutinación o la reacción en cadena de la polimerasa (PCR). La identificación de los serogrupos y el antibiótico son importantes para definir las medidas de control.

– Tratamiento

La enfermedad meningocócica puede ser mortal y debe considerarse siempre como una urgencia médica. Hay que ingresar al paciente en un hospital o centro de salud, aunque no es necesario aislarlo. El tratamiento antibiótico apropiado debe comenzar lo antes posible, de preferencia después de la punción lumbar, siempre que esta se pueda practicar inmediatamente. El inicio del tratamiento antes de la punción puede dificultar el crecimiento de la bacteria en el cultivo de LCR y la confirmación del diagnóstico.

Se pueden utilizar diferentes antibióticos, como la penicilina, ampicilina, cloranfenicol y ceftriaxona. En condiciones epidémicas en zonas de África con escasos recursos e infraestructura sanitaria deficiente los fármacos de elección son el cloranfenicol oleoso o la ceftriaxona, pues se ha demostrado la eficacia de una dosis única frente a la meningitis meningocócica.

Prevención

Las primeras vacunas desarrolladas contra la meningitis A y C en los años 1970 fueron sustituidas por vacunas conjugadas, que tienen mayor capacidad de proteger a los niños menores y de estimular la memoria inmune. Desde 1999 se dispone de vacunas conjugadas contra el meningococo C, ya incorporadas en los esquemas de vacunación de muchos países y, en 2005, fue desarrollada la primera vacuna tetravalente capaz de proteger contra los serogrupos A, C, Y y W, indicada  para niños y adultos.

Hay tres tipos de vacunas:

 > Las vacunas a base de polisacáridos están disponibles desde hace más de 30 años. Dichas vacunas pueden ser bivalentes (grupos A y C), trivalentes (grupos A, C y W) o tetravalentes (grupos A, C, Y y W135).

> No se pueden desarrollar vacunas contra el grupo B a base de polisacáridos por el mimetismo antigénico de estos con polisacáridos del tejido nervioso humano. Por consiguiente las vacunas contra el meningococo del grupo B desarrolladas en Cuba, Noruega y los Países Bajos son a base de proteínas de la membrana externa.

> Desde 1999 disponemos de vacunas conjugadas contra el meningococo del grupo C que han sido ampliamente utilizadas.

Desde 2005 se ha autorizado en los Estados Unidos de América, Canadá y Europa una vacuna conjugada tetravalente (grupos A, C, Y y W135) para niños y adultos. (Fuente: http://www.proyecto-salud.com.ar)




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