La película venezolana Dirección Opuesta

Metáfora de un país “adolescente”, en busca de su propia identidad. Alegoría de la juventud y de las ganas de buscar esa identidad mirando hacia fuera, en lugar de tener una introspección. Así es la Venezuela contemporánea y así son también los personajes de Dirección Opuesta.

El tercer filme de Alejandro Bellame, quien antes entregó al público El tinte de la fama (2007) y El rumor de las piedras (2011), esta vez basado en la novela Blue Label, original de Eduardo Sánchez Rugeles, llegará a las salas de cine del país el 17 de diciembre.

“Tras el rodaje de El rumor de las piedras -comenta Bellame- yo estaba escribiendo otro guión. Estaba embotado después de esa travesía tan difícil que significa un rodaje. Tenía, además, un bloqueo creativo y no logré, en ese momento, avanzar en la escritura que estaba desarrollando. Mi esposa, Elsy Gomes, que estaba terminando de leer Blue Label, me puso el libro en la mesa y me dijo: ‘deja todo lo que estés haciendo y lee esta novela porque yo creo que aquí está tu próxima película’. Y así fue. Al terminar la última página me dije: ‘yo necesito contar esta historia, necesito ver a Eugenia en persona”. 

En Dirección Opuesta, Eugenia Bianchi (Claudia Rojas) es una joven venezolana de 30 años que vive en Roma, cuidando a una anciana. Cuando era una adolescente su única motivación era irse de Venezuela y, para cumplir su objetivo, hace un viaje por carretera, junto a Luis (Christian González) y Vadier (Erick Palacios) desde Caracas a los Andes, con la intención de encontrar a su abuelo italiano, la única persona que podía entregarle los documentos necesarios para obtener el pasaporte europeo. Durante ese viaje, sin imaginarlo, Eugenia vivió un amor que marcó su vida. Así, su voluntad se debate en el presente entre confirmar una cita a través de su teléfono celular, o dejarlo todo en el olvido. 

De acuerdo con Bellame, esa conexión del ser humano con su propia vida, a través de la memoria fragmentada es uno de los elementos más poderosos que tiene Blue Label y que él intentó plasmar en el filme. “La nostalgia, esa tristeza ‘agradable’ que permite revivir una sensación bonita con añoranza”. La Venezuela de la diáspora da contexto a la historia de Eugenia.  

“Paradójicamente, cuanto más se estaba reforzando la idea del nacionalismo, a los venezolanos nos ha tocado irnos del país y regar nuestra idiosincrasia a lo largo y ancho del mundo”. De manera que la película, de alguna forma, y en palabras de Bellame, es igualmente una invitación a los venezolanos a mirarse en ese espejo. 

La travesía de una road movie 

Dirección Opuesta ha recorrido festivales como Cinequest, California, Cine Latino de Chicago, Cine Latino de Nueva York, Cine Latino de San Francisco y Cine Latino de Seattle (donde obtuvo 8 galardones, incluyendo Mejor Película).

El filme está postulado por la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Venezuela a los Premios Goya 2022. En su preestreno en el Festival de Cine Venezolano de este año, se llevó 8 reconocimientos, incluyendo Mejor Actriz y el Premio del Público.

Y aunque sus productores prefieren no hablar de sus expectativas con la taquilla venezolana, en un contexto de pandemia, quizás cabe tener la visión optimista del personaje de Vadier y pensar que tanto a la película como a los espectadores les irá bien con esta historia, tanto como a los lectores que devoraron Blue Label y que esperan con ansias este estreno.

Nota de prensa




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