Casa Don Bosco
(Foto referencial)

Dayrí Blanco | @DayriBlanco07

La serenidad y seguridad marcó cada una de las palabras del padre Víctor Tarazona. El director de la Casa Don Bosco desmintió al mayor general Jesús Suárez Chourio, quien en su condición de comandante del Ejército, denunció que en esas instalaciones de los salesianos se grabó el video de quienes asaltaron la 41 Brigada Blindada la madrugada del domingo.

Tarazona fue claro. La institución, dedicada a la rehabilitación y formación de jóvenes, no se presta para ningún tipo de eventos políticos. «Nosotros trabajamos por la salvación de las almas de cada uno de los muchachos que vienen buscando refugio y ayuda».

El padre negó que la Casa Don Bosco haya sido allanada o visitada por funcionarios de algún cuerpo de seguridad. «Hasta ahora solo han sido rumores y entendemos la preocupación de la sociedad porque por nuestra labor somos muy queridos entre los carabobeños». Tampoco lo han llamado desde ningún organismo del estado. “Nosotros estamos abiertos siempre a la verdad y a aclarar las dudas”.

El domingo, día del asalto a la sede del cuartel Paramacay, en la institución se preparaban para la santa eucaristía, que no se pudo realizar porque las vías de acceso al lugar estaban cerradas por medidas de seguridad. La Casa Don Bosco queda a 1,47 kilómetros de la Brigada Blindada.

(Foto Dayrí Blanco)

Un día antes, el sábado 5 de agosto, se desarrollaron jornadas normales en la institución, aunque hay poca gente por el período vacacional. Insistió que nunca han participado en algún complot ni actividad vinculada a partidos políticos de ninguna tendencia.

El martes fue difundido un vídeo de la periodista de Telesur, Madelein García, con declaraciones del mayor general Suárez Chourio, quien señaló que estaban tratando de precisar si se había grabado el video de los rebeldes en el convento o el templo.

Este no es el primer ataque que se realiza contra la Iglesia tras el asalto a la 41 Brigada Blindada. Un poco después de las 12:00 a.m. del lunes 7 de agosto comenzó el terror para las Hermanas de Cristo Rey en Valencia. Estaban en pijamas cuando escucharon ruidos en la parte trasera de la residencia estudiantil que dirigen. «Somos del Conas. Abran la puerta o la tumbamos», retumbó en el lugar donde más de 20 hombres vestidos de negro entraron buscando armas.

Los funcionarios del Comando Antoextorsion y Secuestro (Conas) preguntaron por armamento y si en el sitio vivían jóvenes. «Fue como una película de terror», expresó una de las ancianas a Blanca Querales, ex residente del lugar. A una empleada de mantenimiento la sacaron a la fuerza debajo de una cama donde se escondió asustada. Los funcionarios se llevaron una computadora y las cámaras de seguridad y les desconectaron el internet.

En esas instalaciones, ubicadas en la Calle Los Colegios de la capital carabobeña, solo habitan cuarto ancianas que promedian 80 años. Ya no hay universitarias. La última entregó su habitación hace 15 días y las madres están por continuar su labor próximamente en Perú, tras 40 años en Venezuela, país que dejan por la crisis que se vive.

 

 




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