Afecta entre un 3% y un 6% de la población escolar y junto al trastorno de déficit de atención puede llevar a un importante retraso educativo. Es la dislexia, cuya efemérides se conmemora cada 8 de noviembre.
¿Qué es la dislexia?
Es un trastorno del aprendizaje de la lectoescritura, de carácter persistente y específico, que se da en niños que no presentan ningún hándicap físico, psíquico ni sociocultural y cuyo origen parece derivar de una alteración del neurodesarrollo, según la Asociación de Dislexia y Familia.
Los disléxicos tienen dificultades para: “recitar el alfabeto, denominar letras, realizar rimas simples y para analizar o clasificar los sonidos”.
Durante la lectura se producen “omisiones, sustituciones, distorsiones, inversiones o adicciones, lentitud, vacilaciones, problemas de seguimiento visual y déficit en la comprensión”.
Este trastorno impide al niño disléxico a seguir el ritmo académico de sus compañeros y tiene problemas a la hora de asimilar ciertas asignaturas, sobre todo si se basan en contenidos de lectoescritura. Además estas dificultades derivan en problemas de comprensión, de memoria a corto plazo, de léxico. También suelen confundir la derecha y la izquierda y la concepción espacio-tiempo.