ste programa es coordinado por el profesor José Botello Wilson; desarrollado por el Grupo Juvenil del CUAM y Volé de Geandina,(Foto cortesía)

El Dividendo Voluntario para la Comunidad, con el apoyo del Grupo empresarial Geandina y el Colegio Universitario de Administración y Mercadeo (CUAM) inició programa de Formación en Valores, en los seis comedores infantiles  que patrocina la mencionada asociación civil benéfica en el estado Carabobo.

El programa Semilla de Valor, está dirigido a unos 500 niños, al voluntariado, padres y representantes. Es coordinado por el profesor José Botello Wilson; desarrollado por el Grupo Juvenil del CUAM y Volé de Geandina.

ACCIÓN SOCIAL EMPRESARIAL

Con este nuevo programa se avanza hacia la consolidación de la oferta de acción social del empresariado carabobeño a través del DVC, cuyas partes se alinearon para brindar oportunidades de desarrollo en sectores desfavorecidos, haciendo inversiones en tres áreas fundamentales: Alimentación, Salud y Educación, de acuerdo a la información de Wilfredo Moreno, quien lleva las riendas del Dividendo.

(Foto cortesía)
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Moreno especificó que se han dado las primeras intervenciones en los comedores Niño Jesús y Sagrado Corazón de Jesús, ubicados en Puerto Cabello; Jesús de Nazaret y Virgen de Fátima, Valencia; Nuestra Sra. del Rosario Guigüe, municipio Carlos Arvelo, y San Juan Bautista, con sede en Guacara.

La información se transmite de manera lúdica, a través de juegos, artes plásticas; obras de teatro, escenificadas por el grupo juvenil del CUAM y coordinadas por el profesor José Botello Wilson, quien realizó la estructura  académica del programa para lograr la atención de los niños de entre 2 y 12 años, que almuerzan en los comedores.

Están sensibilizando en torno a la honestidad, respeto y tolerancia, responsabilidad, solidaridad, amistad, lealtad y humildad. Desarrollan un valor por mes en cada comedor.

Por el grupo Geandina participan Modestina Lucente, gerente de Gestión Humana y Keila Agüero, adscrita al mismo despacho, ellas con el apoyo de un grupo de trabajadores

Los programas del DVC han buscado cubrir las deficiencias nutricionales que puedan entorpecer el cabal desarrollo de los niños en condiciones de riesgo, cuyos padres estén desempleados u obtengan muy bajos ingresos. Con la entrega de útiles y uniformes, se previene la deserción escolar. Los talleres de capacitación  ofrecen a las familias herramientas para emprender pequeños negocios o desempeñarse a nivel de dependencia laboral.

Los consultorios son centros donde un médico inicia el tratamiento para prevenir enfermedades y controlar cualquier padecimiento y ahora con la profundización del programa en Valores, que se había estado dictando a nivel de bachillerato, se impulsa la formación de buenos ciudadanos, de personas responsables y comprometidas consigo mismo, sus familias, comunidades y país.

Nuestra gente quiere salir adelante y para ello solo necesita herramientas y oportunidades, expresó Wilfredo Moreno. Agregó que este será un nuevo año de retos para el DVC, en el que le tocará nuevamente sortear los avatares de la inflación.

Nota de Prensa




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