Dos líderes opositores detenidos en Bielorrusia, tras mes de protestas contra Lukashenko
/ Foto: Cortesía

Dos líderes opositores bielorrusos,entre ellos Maria Kolésnikova que la víspera se resistió a ser expulsada por la fuerza de Bielorrusia, están siendo investigados por «violar la seguridad nacional», anunció Minsk el miércoles, un mes después del inicio del movimiento de protesta contra el presidente Alexander Lukashenko.

Maria Kolésnikova y Maxim Znak, miembros del Consejo de Coordinación formado por la oposición para promover una transición del poder y negociar la salida del presidente, se enfrentan a hasta cinco años de prisión según este cargo de acusación. Se encuentran detenidos en Minsk.

Ambos están acusados de haber dirigido «acciones para desestabilizar la situación» en Bielorrusia y de «violar la seguridad nacional», anunció en un comunicado el Comité de investigación, encargado de los principales casos penales.

Maxim Znak, de 39 años, fue detenido el miércoles por la mañana: había ido «a la oficina para participar en una videoconferencia pero nunca se sumó. Sólo pudo enviar una palabra, ‘máscaras'», indicó su grupo de oposición en la red de mensajería Telegram, publicando también una foto del abogado conducido por hombres enmascarados vestidos de civil.

Tras la detención de Znak, la premio Nobel de Literatura Svetlana Alexievich es la única dirigente de ese grupo aún en libertad en Bielorrusia. Los otros están detenidos o en el exilio.

Intercambio de versiones

La escritora, de 72 años, denunció ante reporteros que hombres sin identificar estaban apostados ante su domicilio y que llamaban constantemente a su interfono.

«Me llaman por el interfono de la casa constantemente», dijo a periodistas ante su domicilio, mientras mostraba a lo lejos dos buses aparcados.

Diplomáticos de varios países, como Suecia y Lituania, acudieron al domicilio de la premio Nobel para mostrar su solidaridad.

El martes, la oposición dio cuenta del rocambolesco «secuestro» por parte de las autoridades de la opositora Maria Kolésnikova, desaparecida el lunes y que se escapó de un coche a bordo del que se encontraba junto a otros dos opositores, y rompió su pasaporte para impedir un exilio forzado a Ucrania.

«Maria está de buen humor, lista para el combate, no niega los actos de los que se le acusa», declaró a la AFP su abogada, Liudmila Kazak. Kolésnikova «confirma que rompió su pasaporte a propósito para permanecer en Bielorrusia», añadió.

Minsk afirma, por el contrario, que sus camaradas la habían arrojado a las fuerzas del orden desde el coche.

«Lukashenko tiene miedo»

La principal figura de la oposición de Bielorrusia,Svetlana Tijanóvskaya, quien enfrentó a Lukashenko en las elecciones del 9 de agosto, denunció los «secuestros» de Kolésnikova y Znak y reclamó su «liberación inmediata».

«Lukashenko tiene miedo de las negociaciones y trata […] de paralizar el trabajo del Consejo de Coordinación», dijo Tijanóvskaya, quien se exilió bajo amenazas en Lituania tras los comicios.

«No hay alternativa a las negociaciones y Lukashenko tiene que aceptarlas», agregó en un comunicado.

El miércoles, se reunió en Varsovia con el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, antes de dar un discurso ante la diáspora bielorrusa, en el que aseguró que Lukashenko «ya no es legítimo a ojos de la gente».

Pese a la represión de las manifestaciones y las presiones contra los opositores más destacados, la calle sigue movilizándose, y cada domingo reúne desde hace cuatro semanas a más de 100 mil personas en Minsk.

Llamado a los rusos

Tijanóvskayapidió el miércoles a los rusos que apoyen a los bielorrusos «en su lucha por la libertad» y a no creer en la «propaganda» que señala a los opositores como antirrusos.

Lukashenko acusó a sus detractores de estar dirigidos por Occidente y de usar Bielorrusia como trampolín para desestabilizar a Moscú.

El presidente Alexander Lukashenko, en el poder desde 1994, repitió el miércoles que no se irá bajo presión, pero mencionó por primera vez unas posibles elecciones anticipadas.

Tras haber acusado a Rusia durante la campaña electoral de querer apartarlo por su negativa a someterse a las ambiciones de Moscú, Lukashenko dio un giro de 180 grados, pidiendo el apoyo ruso ante las protestas.

© Agence France-Presse




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