Foto: AFP

Nunca ha sido fácil batearle de hit al zurdo venezolano Eduardo Rodríguez, ni en las ligas menores ni en las Grandes Ligas, pero en el 2017 eleva a un siguiente nivel la clase de pitcheo que aporta cada cinco días a los Medias Rojas de Boston.

Ha realizado aperturas de calidad en cada una de seis citas recientes desde el 23 de abril, incluyendo un partido en el cual pintó de blanco y apenas permitió un imparable a los Orioles de Baltimore.

«Lanza episodios rápidos e innings en los que frena a sus adversarios después de que anotamos, aspectos clave en la evolución de un lanzador, tira muchos strikes», describió el dirigente de los Medias Rojas, John Farrell, del abridor que está en su tercera temporada con la novena de Boston. «No puedo apuntar a una sola cosa específica para describir su progreso.

«Usted lo observa en su trabajo entre aperturas, como lleva a cabo su plan de juego», manifestó Farrell. «Entiende mejor sus pitcheos y los que necesita hacer para disponer de los bateadores en momentos apremiantes con hombres en posición anotadora. Ahora observamos el desarrollo y madurez de Eddie Rodríguez».

Adquirido de los Patirrojos de los Orioles de Baltimore a cambio del relevista zurdo Andrew Miller en transacción ejecutada el 31 de julio del 2014, Rodríguez no es tan famoso como los dos súper zurdos de la rotación bostoniana, David Price y Chris Sale, pero es un abridor bien confiable, ganador de 10 juegos en la Gran Carpa en el 2015, cuyo potencial como iniciador de primera línea se nota cada vez que se sube a la lomita.

Los que lo ven desde la trinchera contraria lo respetan y lo admiran como un hueso duro de roer.

«No tengo la menor duda», subrayó el dirigente de los Atléticos de Oakland, Bob Melvin, al preguntársele si piensa que Rodríguez puede llegar a ser uno de los mejores zurdos de la Liga Americana.

A Melvin le llama la atención un detalle peculiar del zurdo de apenas 24 años de edad nativo de Valencia, Venezuela: siempre ha sido bien duro batearle, algo que se vislumbra desde que estaba en las ligas menores.

«Camina a unos cuantos tipos, pero usted ve sus cifras de innings lanzados y hits permitidos y se da cuenta de que hay una enorme diferencia, lo cual implica que los bateadores no le ven la bola bien», analizó Melvin, cuyos Atléticos fueron maniatados en un sencillo por el cuadro en ocho entradas cuando Rodríguez los enfrentó en la temporada del 2016. «Tira muchas rectas, pero tienen movimiento. Cuenta con un brazo rápido y lanza con estilo engañoso. Nosotros lo hemos visto de primera mano».

Las estadísticas le dan razón a Melvin. A lo largo de su trayectoria en las ligas menores, Rodríguez permitió apenas 516 indiscutibles en 572.2 capítulos. Antes del 2017 en la Gran Carpa, le habían conectado 219 hits en 228.2 episodios. En el 2017, su efectividad (3.10) ha sido la mejor de su trayectoria en la meca de la pelota y de paso solamente le pegaron 36 imparables en sus primeros 49.1 innings en la lomita.

Para los amantes de las cifras, hay otras que indican el porqué sobresale entre sus colegas en las Grandes Ligas. De acuerdo a Statcast™, su recta promedio, a 93.46 millas por hora, supera la cifra media de las Mayores, que es 92.93, y la velocidad con la que salen los batazos conectados por sus envíos (86.12mhp) es menor que la combinación global en la Gran Carpa (89.79).

Un detalle peculiar que va más allá de las cifras: sus victorias suelen producirse después de derrotas de los Medias Rojas.

«Yo creo en la habilidad de localizar mis pitcheos», filosofó Rodríguez, que estuvo a tres outs de tirar su primer juego completo en las Grandes Ligas en su apertura reciente en Oakland, logro que no se produjo porque su equipo estuvo de 35 a 37 minutos bateando en la parte alta del noveno episodio. «Estoy trabajando más en tirar los pitcheos donde quiero. Y en saber quién está bateando».

Luego de un 2016 que conceptúa como «un año difícil por las lesiones», Rodríguez dice ser un admirador de sus colegas más experimentados, especialmente de los zurdos Price y Sale.

«Siento que tengo ayuda de estos veteranos que tenemos», agradeció Rodríguez, cuyos rivales apenas le batearon para .210 después del Juego de las Estrellas del 2016, tercera mejor cifra en toda la Liga Americana. «De parte de Sale, veo que es agresivo siempre y que está por encima en la cuenta. De Price, que tira el primer lanzamiento en strike».

Ser integrante de una rotación de la cual también forma el ganador del Premio Cy Young más reciente de la Liga Americana, Rick Porcello, es un reto que Rodríguez enfrenta con placer.

«Se siente bien ser parte de este equipo», indicó el zurdo venezolano. «El año pasado tuve la oportunidad de ir a los play-offs. Siempre hay presión sobre el equipo. Sabiendo que tienes que estar compitiendo siempre es algo bueno. Te motiva a salir a jugar mejor».

 

LasMayores.com




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