El ébola activa cada botón de nuestros instintos. (Foto EFE)

AP

Con el ébola, los estadounidenses están tomando un curso intensivo sobre el miedo. Es más, son increíblemente menores las probabilidades de contraer la enfermedad que las de enfermarse por preocuparse a causa del virus.

En primer lugar, un baldazo de realidad: Más estadounidenses se han casado con Kim Kardashian (tres) de los que han contraído ébola en Estados Unidos. Las dos enfermeras de Dallas que acabaron con ébola se infectaron en Dallas al atender a un hombre de Liberia que se contagió en África occidental. El médico de Nueva York que dio positivo a había atendido a pacientes en Africa occidental.

Aun así se han cerrado escuelas, se evita a ciertas personas y algunos congresistas han exigido la prohibición de viajes y otras medidas llamativas a pesar de que los funcionarios de salud siguen enfatizando que la enfermedad sólo se transmite a través del contacto directo con fluidos corporales de una persona infectada, y el riesgo para los estadounidenses es extremadamente bajo.

La razón es que el ébola activa cada botón de nuestros instintos, haciéndonos reaccionar de un modo más emocional que racional, dicen los expertos.

«La preocupación a la que las personas están siendo sometidas como resultado de la histeria alrededor de esto está probablemente haciendo más daño que la verdadera enfermedad «, dijo E. Alison Holman, profesora de la Universidad de California, Irvine, quien estudió los efectos en la salud de poblaciones preocupadas después de ver la cobertura de los ataques del 11 de septiembre, el atentado con bomba en el maratón de Boston y la guerra de Irak. «Francamente la gripe es más grave».

Buen miedo vs. Mal Miedo

Hay dos tipos de miedo que prácticamente se resumen como el buen miedo y el mal miedo.

El buen miedo es el tipo que buscamos en casas encantadas la Noche de Brujas o en las montañas rusas en los parques de diversiones. Es corto, intenso, excitante y elimina el aburrimiento, dijo David Zald, profesor de siquiatría de la universidad Vanderbilt.

«Hay un beneficio de estar asustado. En situaciones controladas, a muchos de nosotros nos gusta estar brevemente asustados», dijo Zald. «Puede sacudir nuestra atención en el aquí y ahora como ninguna otra cosa».

Hay una sensación de dominio o valentía que se deriva de salir con vida de una casa encantada o una montaña rusa gigante, añadió Zald.

Ese tipo de estrés agudo pero de corta duración hace que nuestro sistema inmunológico funcione mejor, dijo McEwen.

Pero la exposición al estrés a largo plazo tiene el efecto inverso sobre el sistema inmunológico. Es entonces cuando eleva nuestra presión arterial y contribuye a enfermedades cardíacas.

Comprender el riesgo del miedo

Uno de los principales problemas desconocidos con el riesgo y el miedo es que el público no entiende qué tanto se están exponiendo por el miedo, y no por la enfermedad. «Va a hacer mucho más daño que la enfermedad», dijo David Ropeik, quien enseña percepción de riesgo y comunicación y ha escrito dos libros sobre el riesgo.

Los médicos y los funcionarios del gobierno nos dicen que no nos preocupemos y explican lo difícil que es contagiarse de ébola, lo que es reconfortante, dijo Ropeik. Pero «todas las alarmas se están encendiendo en nuestras pantallas» y damos más peso a las alarmas por el temor a la muerte, añadió.

El ébola activa «todos esos botones del miedo» debido a que es nuevo y extraño, dijo George Gray, director del Centro para la Ciencia de Riesgos y Salud Pública de la universidad George Washington.

Parte de esto es simplemente el miedo a lo desconocido, dijo Mark Schuster, profesor de pediatría de la facultad de medicina de Harvard. «No es un nombre que sea familiar. No suena como una palabra en nuestro idioma. Viene de otro continente».

Los estadounidenses que dicen no entender muy bien cómo se transmite el ébola reportan haber estado más preocupados que aquellos que dicen entenderlo, de acuerdo con una encuesta de The Associated Press-GfK realizada en la última semana y difundida el miércoles. En general, el 58% de los que reconocen que no entienden muy bien el ébola dicen que les preocupa que se propague ampliamente en Estados Unidos, en comparación con el 46% de los que dicen entender la transmisión del ébola.

Tememos lo que no podemos controlar. La gente a menudo teme los viajes en avión, que son mucho menos letales, más que a conducir un auto, ya que no tienen el control. Ver cómo profesionales médicos entrenados se contagian de la enfermedad a pesar del equipo de protección aumenta el temor, señaló Zald.




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