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Foto referencial. Cortesía Correo del Caroní.

Francesca Díaz/Correo del Caroní

La publicación de correspondencia abierta dirigida al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con respecto a las sanciones económicas sostenidas por su administración a Venezuela desembocó en un heterogéneo intercambio de opiniones en materia económica.

Mientras la primera misiva fue suscrita por un grupo de especialistas, tras su publicación otros economistas han asegurado que el levantamiento de sanciones no ataca el problema coyuntural de la crisis.

En respuesta a la crisis humanitaria compleja venezolana, el gabinete de Donald Trump decidió impulsar un paquete de sanciones que incluían la exclusión del petróleo venezolano de los mercados internacionales y el bloqueo de los activos de la estatal Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (Pdvsa) valorados por 7 mil millones de dólares.

«El dilema está en que durante el tiempo en el que se han mantenido las sanciones -que son hacia el Estado venezolano y no hacia el sector privado-, las negociaciones no han tenido frutos. Eso nos da a entender que la oposición no ha sabido aprovechar ese poder de negociación que se le ha concedido”

Luis Oliveros, economista de la Universidad Central de Venezuela y especialista en Comercio Petrolero, fue uno de los firmantes de la carta en la que se solicita la flexibilización de las sanciones. Oliveros adujo que las medidas económicas no lograron su objetivo, puesto que no provocaron el cambio político que se esperaba.

Infraestructura petrolera agonizante

El declive de la economía venezolana data de 2014 cuando el producto interno bruto del país empezó a contraerse. En el período comprendido entre 2014 y 2019 la contracción fue de 39,65% posicionando al país como el de mayor decrecimiento mundial.

Tras la invasión rusa a Ucrania hubo un alza en el precio del barril de petróleo fijándolo en 107 dólares, no obstante, debido a las sanciones, el crudo venezolano debe ser abaratado en el mercado internacional y vendido a través de intermediarios.

El mandatario Nicolás Maduro reconoció el pasado 8 de marzo que Venezuela no cuenta con la infraestructura necesaria para procesar la demanda petrolera mundial tras la expulsión de Rusia del mercado.

Oliveros aseguró que una flexibilización por parte del Gobierno estadounidense permitiría mejorar la calidad de vida de los venezolanos, además de fomentar la oferta laboral.

– El Estado tiene en su haber al menos 5 mil empresas expropiadas. ¿Cree que el levantamiento de las sanciones podrá llamar a la inversión?

– La carta pide que se regresen empresas petroleras occidentales. Chevron es una compañía que está pidiendo volver a aumentar su producción petrolera. En Venezuela hay riesgos, pero se piden cambios en las leyes que generen incentivos en la empresa petrolera. No estamos esperando que todas las compañías que se fueron regresen, el precedente es negativo, pero en el sector petrolero muchas empresas van a querer regresar a Venezuela. 

Las sanciones confieren poder de negociación

El economista Oscar Torrealba aseguró no estar parcializado por ninguna de las dos posturas, no obstante, tiene una visión distinta a sus homólogos. Torrealba aseguró que las sanciones no tienen como objetivo sacar al régimen, sino otorgarle poder de negociación a la oposición, condición sin la cual no podría sentarse en una mesa de diálogo.

El especialista aseguró que el levantamiento de las sanciones no es un requisito per se para mejorar la economía del país, asimismo señaló que apostar por levantar las sanciones es apostar porque el Gobierno venezolano va a arreglar la economía y no el sector privado.

“El aumento de ingresos por negociaciones petroleras no implica una mejora en la calidad de vida de los venezolanos. Para que eso ocurra tienes que tener un proceso de administración de recursos públicos transparente que no tienen. Aquí no hay rendición de cuentas. No hay garantías de que habrá mejoras para los ciudadanos, pero sí existe garantía de que el gobierno va a tener mejores recursos para consolidarse”, aseguró.

Economía petrolera con sanciones

Pese a estar sancionada, Venezuela sigue exportando petróleo, no obstante, sus exportaciones han disminuido considerablemente debido a la crisis en la infraestructura nacional y a la pérdida de Estados Unidos como cliente principal.

El petróleo producido en el país es un crudo extrapesado, en contraste, la mayoría de las naciones importadoras de petróleo buscan crudo liviano, ya que no cuentan con las refinerías necesarias para procesar hidrocarburos como el venezolano. Por esta razón la lista de posibles clientes se acorta. Actualmente el 56% de las exportaciones nacionales se destinan a China e India.

Torrealba explicó que la mayoría de las refinerías mundiales no están acostumbradas a tratar este tipo de crudo, en consecuencia, Venezuela baja sus costos para aumentar su rentabilidad.

“Para vender petróleo a naciones que están ubicadas tan lejos es necesario asumir costos de transporte más elevados. El margen de ganancia disminuye considerablemente”.

“Nuestra industria petrolera está destruida desde mucho antes de las sanciones. Una industria de esa magnitud no se destruye de un día para otro. Todas las actividades económicas que implican grandes capitales se destruyen por desinversión”, aseguró.

Fuente: Correo del Caroní 




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