Un día como hoy, hace ya dos años, falleció en Miami, Estados Unidos, el director de El Carabobeño, Eduardo Alemán Pérez, quien será recordado como fiel defensor de la libertad de expresión en Venezuela.
Nacido en Valencia, Eduardo Alemán Pérez era hijo del fundador de El Carabobeño, Eladio Alemán Sucre y Clemencia Pérez de Alemán. Formó una familia con Diana Van der Meer, con quien procreó a sus hijos Diana Andrea, Eduardo Enrique, Daniel Alberto y Fabiana Alemán Van der Meer.
Periodista egresado de la Universidad Católica Andrés Bello y con postgrado en instituciones norteamericanas, se incorporó al equipo de El Carabobeño en el año 1972 como subdirector. A la muerte de su padre, Eladio Alemán Sucre, en el año 1984, asumió la dirección del Diario del Centro hasta el momento de su deceso.
Eduardo Alemán Pérez fue un gran admirador de su padre, el fundador de El Carabobeño, por su honestidad y su vocación de servicio, y así lo hacía saber en las entrevistas que concedía.
Confesó que fue su padre quien le inculcó que El Carabobeño no podía ser considerado una herencia para sus hijos, sino una institución de Valencia, cuyos ciudadanos contribuyeron a forjarla y permanecen atentos a su actuación.
Estaba convencido de que los periódicos son para servir, no para ser servidos y por eso solo su imagen aparecía en El Carabobeño solo los primeros de septiembre, cuando se celebraba un aniversario más del diario.
Alemán Pérez era sin dudas un gran defensor de la libertad de expresión y así lo hizo saber al mundo desde los distintos cargos que ocupó.
En marzo de 1992 fue designado presidente del Bloque de Prensa Venezolano, institución que reunía a los grandes medios de comunicación impresos del país. Desde 1994 fue directivo de la Sociedad Interamericana de Prensa, dedicada a defender la libertad de prensa en las Américas.
Fue también directivo de la Cámara de Comercio de Valencia, miembro fundador de la Universidad Tecnológica del Centro, e integrante del Consejo de Fomento de la Universidad de Carabobo.
En el 2015 se sumó a la cruzada para tratar de que el complejo editorial Alfredo Maneiro vendiera papel a los diarios impresos. Encabezó una protesta pacífica que se realizó en Valencia hasta la fiscalía, para exigir la venta de papel, pues sabía que el caso de El Carabobeño, de ello dependía el empleo de más de 300 personas.
Pese al empeño que le puso a esta tarea, pues también estaba en juego la libertad de expresión, no pudo evitar que El Carabobeño dejara de circular en su edición impresa en el año 2016.
Eduardo Alemán Pérez ya no está entre nosotros, pero quienes lo conocieron recordarán siempre que nunca se doblegó en la defensa de los intereses de la ciudadanía y principalmente por la libertad de expresión.
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