Para el dirigente y activista político Eduardo Fernández, el pluralismo de las ideas en Venezuela está en “pico de zamuro” y a punto de desaparecer con la aprobación de las cuestionadas leyes comunales.
En alusión al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y la Asamblea Nacional (AN) electa en diciembre del 2020 por una minoría, mentores de la polémica legislación, advirtió que la base de la organización política en Venezuela reside históricamente en el municipio, en el poder municipal, no en la comuna.
-La Constitución es clarísima, la base de la organización política de Venezuela, se llama el municipio. No comuna. La comuna será válida en Rusia, China comunista, o en Cuba”.
Cuestionó que las comunas tampoco serán electas por el voto universal directo y secreto como ocurre con el ayuntamiento, sino que se manejarán verticalmente desde la cúpula del poder. «Es una ley traída por los pelos, para liquidar el pluralismo en Venezuela”, sentenció Fernández, al invocar que se trata de una figura inventada para servir a los socialistas, no a los demócratas venezolanos”.
Sobre el anuncio de Maduro de eliminar la figura de los protectores de estados a partir del 21 de noviembre cuando se designen nuevos gobernadores, suerte de gobiernos paralelos en entidades opositoras, el presidente del Centro Internacional de Formación Arístides Calvani, Ifedec, denunció que no es más que una doble burla. “Intentan enmendar un entuerto con otra figura ilegítima, y luego aprobar sin consulta una ley comunal no prevista en la Constitución. Lo que hacen es incurrir en otra violación a la Constitución, pues suprimen algo ilegal con otra norma inconstitucional».
Bolívar en su gloria
Sobre el empeño del gobierno de atar al país y su gente a ideologías y héroes del pasado, en lugar de apostar por el futuro y una mejor educación, Fernández fue categórico: «Ya basta de estar viviendo de las glorias del pasado, al Libertador Simón Bolívar hay que respetarlo porque es una figura admirable, pero no lo embadurnemos con la politiquería de quienes ejercen el poder».
Dejemos al Libertador en su gloria, que se la merece, y vamos a construir el futuro de Venezuela. Y nada más importante para el futuro, que la educación, hay que ganar la batalla de la educación, de la ciencia, la tecnología, del conocimiento, emplazó.
Fernández expuso que el futuro de Venezuela ya no es tarea para Bolívar.
“Ya Bolívar cumplió su deber en el siglo XIX, ahora nos corresponde a nosotros cumplir el deber en el siglo XXI y este siglo no es para el uso de armas de destrucción, ni de espadas, ni cañones, es para la ciencia y la tecnología”.
Educación como prioridad
Sobre el tema educativo Fernández no ocultó su interés, al exaltar que el grado de civilización de un país se mide por la calidad de su educación.
El dirigente político criticó que las escuelas para los niños en toda la geografía nacional, estén abandonadas, son una ruina y las universidades destruidas. “Esta gente ha acabado con todo lo que se ha hecho en Venezuela en materia de educación desde los tiempos de Antonio Guzmán Blanco hasta el fin del siglo XX”.
Acto seguido lamentó que en el país este creciendo una generación desnutrida, físicamente mal alimentada y además, mal educada, lo cual preludia una situación muy dramática, muy grave para el futuro de Venezuela. Se necesita un cambio urgente y que venga un gobierno consciente de que la prioridad absoluta para Venezuela es la educación. “Tenemos una educación en el suelo, lamentablemente, nuestra educación y salud compiten para ver cuál de las dos está peor”.
El pueblo sigue bravo
El destacado dirigente y formador de juventudes políticas a través del Ifedec admitió que antes en las fallas de la democracia, como ahora en esta crisis exponencial, el pueblo está bravo.
«Requerimos con urgencia otro gobierno, porque ya los ciudadanos no tenemos agua, luz eléctrica, gasolina, seguridad, gas doméstico, tampoco vacunas, es decir, cabalgamos sobre una tragedia enciclopédica”.
Razonó no obstante que incomprensiblemente el país no ha sido capaz de producir una alternativa democrática seria, confiable, frente al desastre que representa el actual gobierno. “Tenemos una oposición sin discurso, sin propuesta, sin estrategia, atomizada, fracturada, dividida. Entonces de un lado un gobierno impresentable y del otro, una carencia de alternativas. Es una situación muy dolorosa la que estamos viviendo”.
Inteligencia y patriotismo
Desde su perspectiva, buscarle salidas a la grave situación que ahoga al país impone un acopio de inteligencia y de patriotismo: Inteligencia para comprender la magnitud de la crisis y diseñar políticas que permitan superar los escollos, pero también se necesita una gran dosis de patriotismo para promover un clima de unidad nacional. «Cuando hablo de unidad nacional no me refiero a ese juego de barajitas que se ha puesto de moda en la política venezolana. De sumar tarjeticas de partiditos, cada día menos representativos, sino de una verdadera propuesta unitaria».
“Unión y Progreso”
Abundando en la propuesta unitaria, el Tigre Fernández informó que está apoyando a un grupo de compatriotas que promueven el movimiento “Unión y Progreso”, para unificar al país en torno a cinco puntos muy concretos, esbozados así:
1.-) Restablecer la normalidad institucional en el país, para que funcione la democracia, la constitución y las leyes.-
2.-) Reactivación de la economía venezolana. Con inversiones y confianza. Alegó “que no va haber confianza mientras los bárbaros estén en el poder”.
3.-) Resolver el problema dramático de la pobreza extrema. “La miseria que afecta a la mayoría de la población”.
4.-) Programa de unidad nacional, mejorar los servicios públicos colapsados y recuperar la seguridad ciudadana que garantice la vida y las propiedades.
5.-) Combate diametral contra la corrupción generalizada.
El Tigre confió que no aspira a ningún cargo de elección popular y aseguró que si la doctrina cristiana, presente en “Unión Progreso”, se aplicara en Venezuela el país estaría mejor.
-Agradeció a Dios, por haberle concedido “una salud de hierro, así que tendremos Tigre para rato”, bromeó, al despedirse.
