Hace unas semanas compartí un Instagram Live con Emilio Venuti, autor del libro “Bienvenidos al Futuro”, texto que traducimos como una invitación para reconstruir juntos a Venezuela. El diálogo estuvo centrado precisamente en educar a las audiencias en estos tiempos de postverdad, en los cuales abundan las informaciones falseadas y cuentas en redes sociales que se hacen llamar “portales de investigación”, pero sin nombres  -ni hombres- que den la cara, se dedican a difundir “bulos” o mentiras intencionadas para que sean percibidas como verdad.

Y precisamente en esa Venezuela posible que visualiza Emilio, requerimos de una ciudadanía crítica, escéptica, que ponga en duda lo que consume en redes sociales y piensen un poco más antes de repostear contenido. Pero esto no se logra de la noche a la mañana, se hace necesario educar a los consumidores de información, para disminuir el impacto de las también denominadas “fakenews”, cuya intención es generar zozobra, incertidumbre, pánico, desconfianza, confusión, o sencillamente perjudicar personas e instituciones. La paradoja: vivimos los tiempos con mayor acceso a información, pero también, en los que a mayor velocidad se manipula a millones de personas con este tipo de contenido.

Recordemos que una población desinformada suma a las democracias débiles, tiranías y/o nuevos fascismos. También que, mientras más ilustrada esté la gente sobre su contexto, tomará mejores decisionesen la vida, tanto individual como en lo colectivo. Ante esta realidad, urge que desde diferentes espacios comencemos a sensibilizar al respecto. No dejar este gran peso únicamente a las ONG nacionales que han asumido este trabajo como una cruzada, entre ellas el Observatorio Venezolano deFake News, Medianálisis, Cotejoinfo, el Instituto Prensa y Sociedad, así como el Colegio Nacional de Periodistas.

Todo aquel que pueda aportar, sumar, tiene que hacerlo e impulsar esa Venezuela con más ciudadanos pensantes. Ese día en que los grupos de WhatsApp, en especial los vecinales, no difundan informaciones falseadas, es posible. También, la desaparición de las llamadas cloacas digitales, a las que, por suerte, las sigue poca gente en redes. Pero para ello debemos actuar y en términos bélicos, necesitamos más soldados que, en sus propias comunidades generen espacios para educar sobre, por ejemplo, en qué cuentas buscar noticias confiables y cómo detectar información fraudulenta.

Quienes nos dedicamos a discutir sobre el tema, coincidimos en algunos puntos. Por ejemplo, comencemos a desconfiar en redes de esas informaciones que inician con “PRIMICIA”, “ÚLTIMA HORA”, “ESCÁNDALO”, “SORPRENDENTE”, “INAUDITO”, “PRONTO MAYORES DATOS”. Por lo general, esta antesala viene acompañada de titularles que buscan llamar la atención del lector, para que lea publicaciones inexactas. Primera lección: desconfíe de titulares exagerados, escritos en mayúsculas y signos de exclamación.

Lo invito entonces a revisar, en caso de una página WEB, la dirección URL. A veces, quienes se dedican a propagar fakenews, crean direcciones similares a la de medios oficiales para confundir, cambiando alguna letra o carácter especial para que la gente crea que goza de credibilidad. En este sentido, desconfíe si la página o cuenta es dudosa. Si se trata de redes sociales, revise perfil, cantidad de seguidores y las características de publicaciones anteriores. La mayoría de cuentas serias, tienen el icono de “verificada”.

Compruebe que el texto esté firmado. Es una consigna periodística hacernos responsables de lo que publicamos. Por esa razón, firmamos lo que escribimos. Si no encuentra el nombre de quien escribió, dude sobre la procedencia, posiblemente esté frente a un bulo. Igualmente, determine el tipo de redacción. En algunos casos, presentan incoherencias, errores de sintaxis, ortografía, acentuación, entre otros.Además, le sumamos que no usan fuentes confiables.

Otra variable dentro de las informaciones falseadas son las fotos y videos sacados de contexto. Detalle la imagen, determine si tiene el nombre del reportero gráfico y si en verdad corresponde al suceso. En las protestas de Colombia, por ejemplo, cuentas dedicadas a fake usaron imágenes de la represión en Venezuela ocurrida en 2017 y algunos lectores lograron detectarlas por los uniformes de las fuerzas de seguridad.

A todas estas recomendaciones sumamos revisar las fechas de la información. Algunas fake alteran fechas, hechos del pasado presentados como actuales y deformados. También es necesario revisar medios con credibilidad. Si usted sospecha de una publicación, busque el hecho en otro portal o cuenta oficial. Si no aparece, es casi seguro que esté frente a información falsa y se convierta en ese enorme porcentaje que consumetodo lo que lee en el ciberespacio yrepostea sin reflexionar, es decir, vivirá en un contexto de “basura digital”.




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