Aumentan las reservas de vuelos de Latinoamérica a EE.UU. para vacunarse
/ Foto: Cortesía (Tal Cual)

En Texas, EE.UU., las vacunas contra la COVID-19 se aplican en centros hospitalarios autorizados y en cadenas como Walgreens o CVS Pharmacy, lugares en los que apenas piden llenar un formulario con número de teléfono y dirección de residencia. Ni siquiera exigen a los extranjeros mostrar el pasaporte.

Como en los 49 países de las Américas apenas han llegado unas 350 millones de dosis contra el coronavirus gestionadas por el mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud, y la mayoría (243 millones, 69%) han sido distribuidas a Estados Unidos, la nación que ha vacunado el mayor porcentaje de su población, no resulta ilógico que otros nacionales acudan a lugares como el estado texano para recibir la vacuna que no ha llegado a sus sitios de origen.

En Venezuela, por ejemplo, han llegado sólo 930 mil dosis de los fármacos ruso y chino, Sputnik V y Sinopharm. Y no se está ni cerca de inmunizar al 70% de los venezolanos, como promete el ministro de salud chavista, Carlos Alvarado, para el final de 2021.

Por ello, algunos venezolanos han optado por hacer turismo por vacunas. La doctora Luisa Gaetano, quien vive con sus padres, de 85 y 90 años, ha sido una de tantos.

Ante el miedo constante de poder transmitirles la enfermedad, y aunque conforma el grupo prioritario para recibir la vacuna pero de ello no ha visto nada, decidió enviar a su madre a inmunizarse a Estados Unidos, la única de la casa que tenía visa para entrar a territorio americano.

Para llegar hasta allá, la señora tuvo que tomar un vuelo hasta México –que le costó 630 dólares- y otro de allí hasta Dallas, en Texas, donde la recogió otra hija.

Un trámite nada ilegal

Gaetano confesó estar nerviosa porque aunque su mamá no iba a hacer nada ilegal, temía que el viaje fuese en vano. Buscar tratamiento médico en Estados Unidos es uno de los propósitos de viaje permitidos para aquellas personas que tienen un visado de visitante válido, según se reseña en la página web de la Oficina de Asuntos Consulares – Departamento de Estado.

De hecho, pudo vacunarse con tan sólo llenar un formulario del Departamento de Salud Pública del condado Harris (Houston). Sólo le pidieron un número de teléfono y un correo electrónico, para informarle sobre la fecha de su cita y poder contactarla para ponerle la segunda dosis unas cuatro semanas después – que aún no se han cumplido-.

Justo en Texas, Camila Ramírez pudo vacunarse. Aunque su plan era solo ir al chequeo médico rutinario de su columna, no tuvo mayores problemas para hacerlo. “Nos dijeron que en un pueblo cerca de Houston ponían la vacuna a todo el que fuera y aproveché”, comentó. Para colocarse las dos dosis reglamentarias sólo tuvo que dar un teléfono y una dirección al momento e ir hasta un pueblo a las afueras de Houston.

Amplia cobertura

Desde el 29 de marzo de 2021, Texas es uno de los estados en los que cualquier persona mayor de 16 años es elegible para una vacuna. Según OurWorld Data, se trata de la segunda entidad norteamericana con más habitantes que ya completaron su esquema de vacunación, 8 millones 250 mil personas, que se traduce en 28,4% de su población.

Han recibido cerca de 19 millones de dosis y quien así lo desee puede ir a vacunarse, pues se constituye en uno de los 21 estados en los que no se necesita ser residente para optar por una dosis de inmunización.

Gaetano, cuenta, en palabras de su madre, que “vacunarse en EE.UU resulta tan sencillo como ir a un Farmatodo y que te pongan la vacuna, pero en Venezuela no es así”.

Autoridades del estado designaron centros hospitalarios pero también farmacias locales y cadenas como Walgreens, CVS Pharmacy o Walmart, desde el 19 de abril, fecha para la cual la Casa Blanca anunció que doblaría el número de establecimientos e el marco del Programa Federal de Farmacias Minoristas, para descentralizar aún más el proceso de vacunación.

Colombia: opción para los de doble nacionalidad

Venezolanos con doble nacionalidad han encontrado en Colombia una solución ante la falta de vacunas contra la COVID-19 en el país: cruzar el puente Simón Bolívar y vacunarse en Norte de Santander. En la aduana principal de San Antonio del Táchira, funcionarios de la Guardia Nacional piden el documento de identidad colombiano a aquellos que dicen van a vacunarse contra la enfermedad y los dejan pasar sin problema. Ya del otro lado aguardan efectivos de la Policía Nacional neogranadina y de Migración Colombia, quienes también chequean la documentación.

Para optar a este beneficio deben tener 60 años o más. No es necesario estar registrados en la Entidad Promotora de Salud (EPS), una instancia que presta servicios médicos en clínicas y hospitales a quienes estén afiliados a ella. No obstante, puede ingresar a “Mi Vacuna”, una plataforma online a través de la cual el gobierno de Iván Duque maneja todo el proceso de inmunización en la nación vecina, y pedir la cita.

Mejor cruzar una trocha que comprar la vacuna en el mercado negro

Incluso antes de que permitieran formalmente pasar por el puente, ya personas de la tercera edad decidían arriesgar sus vidas al cruzar por las trochas. 70 dólares le costó a un grupo de ancianos alquilar una camioneta para llegar a Cúcuta cruzando el río Táchira. “Éramos muchos viejos buscando vacunas contra la COVID-19 pero no todos pudimos tenerla”, dijo una señora de 76 que hizo la travesía y pudo ponerse una primera dosis de vacuna contra el coronavirus.

Les sale más barato viajar hasta Colombia que adquirirla en el mercado negro venezolano, en donde una vacuna puede costar entre 300 y 600 dólares. En el caso de la Sputnik, ese precio sobrepasa en 2.800% y 6.000% el valor real de venta del laboratorio ruso fabricante, que en su página oficial señala que el precio “no excederá los $10”. Y los sobreprecios respecto al fármaco chino Sinopharm son similares, pues cuesta entre 18,60 y 40 dólares, según el Tablero de Información sobre el Mercado de Vacunas -con datos sobre contratos, laboratorios fabricantes y precios – del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Ya han sido detenidas tres personas por vender supuestas vacunas a través de Marketplace, una plataforma de venta de Facebook, a las que se les acusó de “reventa y agavillamiento”.

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