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Estados Unidos estudia la posibilidad de aplicar sanciones a la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), que podrían incluir una suspensión temporal de las importaciones de crudo, como parte de un abanico de opciones para aumentar la presión sobre el régimen de Nicolás Maduro, confirmaron fuentes cercanas a la situación.

Las medidas están siendo consideradas en momentos en que el Gobierno bolivariano es acusado de organizar fraudulentamente una Asamblea Constituyente que terminaría por establecer un régimen comunista en el país petrolero, aunque el 90 por ciento de la población rechaza la propuesta.

Washington está considerando medidas más severas para afectar directamente las finanzas del régimen, que podrían impactar por primera vez la industria energética del país, noticia divulgada inicialmente por la agencia Reuters.

No obstante, las discusiones internas sobre la posible aplicación de sanciones es un proceso que está avanzando con mucha cautela, ante el temor de que la medida podría profundizar la ya grave crisis económica de Venezuela.

Las fuentes de el Nuevo Herald dijeron que otro de los factores que se estudian es el impacto que la medida podría tener sobre los precios del petróleo y el posible impacto que tendría sobre las refinerías estadounidenses, que importan gran parte de los 700 mil barriles diarios que provienen de Venezuela.

Una de las medidas que se están evaluando contempla el uso de las Reservas Estratégicas de Petróleo para cubrir inicialmente el impacto sobre las refinerías estadounidenses que actualmente importan crudo venezolano.

Roger Noriega, ex subsecretario de Asuntos Hemisféricos, opinó que la eventual suspensión de las importaciones de crudo venezolano podría venir al final de una serie de medidas contundentes a ser aplicadas escalonadamente.

Jorge Piñón, director del Programa sobre Energía de América Latina y el Caribe de la Universidad de Texas, dijo que una eventual decisión de suspender las importaciones de crudo venezolano podría tener un impacto inicial en los precios internacionales del petróleo, pero cualquier alteración sería rápidamente corregida por la natural oferta del mercado.

Ya Estados Unidos vio una situación similar durante la huelga petrolera venezolana del 2003, cuando de pronto dejó de entrar crudo venezolano, y el impacto en los mercados fue limitado, explicó Piñón

“Pero hoy en día hay una sobreoferta en los mercados internacionales. Por eso fue que la OPEP está reduciendo su producción, y si esto sucede mañana, lo que terminaría pasando en Estados Unidos es que pasaría a recibir más crudo de Canadá, más crudo de Arabia Saudita y de otros países que estarían muy contentos con esto porque podrán vender más petróleo”, dijo Piñón.

Pero la suspensión de las importaciones de crudo venezolano no es la única arma en materia energética que tendría Estados Unidos para ejercer presión sobre Maduro.

Washington también podría reducir los envíos de gasolina y de productos terminados del petróleo que cubren el serio déficit que el país sudamericano tiene en refinación.

Piñón dijo que Venezuela actualmente importa de Estados Unidos el equivalente de 85 mil barriles diarios de gasolina, diésel y otros productos terminados que utiliza para poder surtir el mercado interno.

Con información de El Nuevo Herald.




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