La Insuficiencia Cardíaca (IC) es una enfermedad crónica, debilitante y potencialmente mortal que se produce cuando el corazón es incapaz de bombear la sangre suficiente para satisfacer las necesidades del organismo, provocando síntomas como hinchazón, falta de aire, fatiga o tos.

Los aspectos emocionales en IC son muy importantes. Antes de empezar el debate en “Desayunos de salud. Conocimiento y bienestar” con nuestros dos invitados,

10 titulares los consejos de Cardioalianza para reducir el impacto emocional de esta enfermedad

1.- Acepta que padece una IC.

2.- Informarse bien sobre su enfermedad.

3.- Ser consciente de que tendrá cambios en su vida.

4.- Piense que forma parte de un equipo.

5.- No dramatizar ni victimizarse.

6.- Si puede, sea autónomo en los cuidados que necesita.

7.- Centrar su atención en lo que depende de usted.

8.- Trazar un plan de acción para las situaciones difíciles.

9.- Mantener su vida social y sus actividades de ocio.

10.- Si lo necesita, no dude en buscar ayuda profesional.

Insuficiencia cardíaca: prevalencia

El doctor Javier de Juan sostiene que la prevalencia está en torno al 2-3 por ciento, probablemente creciendo, por los tratamientos y buen hacer de muchos profesionales que han hecho que ante la cardiopatía isquémica o un infarto los pacientes sobrevivan más, y estas patologías terminen en insuficiencia cardíaca.

Más que una enfermedad, la IC es un conjunto de enfermedades o un síndrome. La IC tiene relación directa con la edad. Por encima de los 70 años supera el 10 por ciento. Es la primera causa de hospitalización en pacientes adultos.

La IC es un poco más de prevalente en mujeres, pero en general está a la par. Hay jóvenes con insuficiencia cardíaca por causas genéticas o hereditarias, que se pueden desarrollar en las primeras etapas de la vida, y en niños, pero es una rareza. La inmensa mayoría tiene más de 60 o 70 años de edad.

La insuficiencia cardíaca abarca a una amplia variedad de profesionales, médicos, enfermeras, cardiólogos, internistas, nefrólogos, cuidados paliativos, rehabilitadores, urgencias, atención primaria, asistentes sociales, que deben trabajar de forma coordinada, con una organización común y conjunta con el objetivo de lograr los mejores resultados.

En un programa transversal están las urgencias, la hospitalización, las consultas, los cuidados agudos, la enfermería, todo de manera integrada y en base a un documento de consenso.

La principal causa de IC es la cardiopatía isquémica, los infartos, es una patología más de primer mundo, aunque aumenta también en el tercer mundo. Los mejores tratamientos de las enfermedades cardiológicas las cronifica y acaban en IC, en muchos casos, una enfermedad progresiva, con alta carga de comorbilidad y pérdida de calidad de vida.

Lo primero que necesitamos es que el paciente esté comprometido con su enfermedad, que sea consciente de que es algo crónico que se va a mantener en el tiempo y tiene que estar bien informado de que es la IC, tanto el paciente como sus familiares, y recibir todo el apoyo necesario.

¿Cómo debe hacerse el acompañamiento emocional? ¿qué papel juega la familia? ¿los cuidadores? ¿los psicólogos?

Maite San Saturnino, presidenta de Cardioalianza señala que el papel de la familia es fundamental, y al hablar de cuidadores hablamos de la familia, que en un alto porcentaje son la familia, que se ven obligados, en muchos casos, a dejar a un lado su vida laboral, y cada vez que tienen que acompañar al paciente a una consulta, utilizan su tiempo laboral y este impacto emocional hay que medirlo.

El papel del psicólogo es vital. Una persona con IC tiene muchos altibajos en su enfermedad, eso es característico; necesita ayuda y pedirla. Cada vez que el paciente ingresa la calidad de vida no vuelve a ser la misma. El apoyo emocional es fundamental para pacientes y familiares.

El doctor Javier de Juan insiste en que sí, es fundamental para hacer un buen acompañamiento conocer la enfermedad, saber a qué nos enfrentamos, que tengo yo, que tiene mi familiar, y la persona a la que cuido, especialmente desde enfermería.

Es una de las enfermedades donde peor se percibe la calidad de vida, con la sensación de ahogo y falta de aire. Hay un índice del 50 por ciento de depresión, el acompañamiento emocional pasa por entender qué tienes y puedes tomar parte y alivia saber que puedes hacer por la enfermedad.

También es importante que los pacientes sensibilizados se lo cuenten a otros pacientes. Esto humaniza mucho la enfermedad, hemos dedicado mucho al diagnóstico, tratamiento y pruebas y poco a involucrar al paciente.

Maite San Saturnino comenta que a veces nos llegamos a sorprender, tenemos personas de 70/75 años más comprometidos con su enfermedad; tienen que hacer modificaciones en su vida, y a veces lo hacen de mejor manera que una persona con menos edad. Tenemos a personas en las organizaciones de pacientes que quieren tener calidad de vida para estar con sus nietos, por ejemplo, u otras inquietudes, y conseguimos adherencia a los fármacos.

Los encuentros entre personas con IC y el intercambio de experiencias de vida son muy aconsejables. Que se sientan acompañados y sepan a dónde deben dirigirse, a las asociaciones de pacientes y profesionales.

Quiero trasmitir un mensaje positivo. Quienes tienen insuficiencia cardíaca pueden llevar una buena calidad de vida si hacen las cosas de manera adecuada y siguen los consejos de los profesionales.

La rehabilitación también es muy importante para ellos. El ejercicio, la alimentación, la adherencia, que estén informados y pregunten sin miedo, expusieron los especialistas.




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