“Usted debe mirar los hechos, porque ellos lo miran a usted” Winston Churchill

De Churchill se recuerdan su voluntad de hierro, su liderazgo inspirador y su pintoresca figura de anacronismo aristocrático. La leyenda evita revisar su capacidad para evaluar con realismo las opciones y adaptarse a ellas con oficio político. Tras la recientemente citada confesión de prevención frente a la profecía, me atrevo a invitar a plantearnos qué hacer, a la luz de los hechos.

La antipolítica ha tenido en Venezuela una oportunidad prolongada. La ha practicado el poder intensa y extensamente, cuando desconoce las reglas, el pluralismo, las realidades nacionales y mundiales y otorga primacía a sus fantasías o sus deseos, sobre los hechos abrumadores que se resiste a reconocer. También ha caído en ella la oposición, sea empujada desde el poder, arrastrada por los radicalismos ante los cuales no se ha atrevido suficientemente o atrapada por inmediatismos y voluntarismos. La antipolítica nos ha traído hasta este pozo oscuro. Es hora de dar una oportunidad a la política. No será fácil, todo lo contrario, pero es indispensable.

En medio de la tormenta y para poder vencerla, la alternativa democrática venezolana debe recuperar el alma y la calma. Y eso ¿Qué es? Puede parecer retórico, pero no lo es. Un proyecto político necesita tener alma y necesita tener calma.

Una parte fundamental del alma democrática es su Unidad. Ha sido fuerte cuando está unida y ahora lo necesita más, pero no bastaría con repetir tal cual lo hecho antes, sin atreverse a evaluarse sinceramente, revisarse y redefinirse. El alma de la alternativa está también en su significado, el cambio que propone y que debe comenzar por asumir con fuerza de convicción. ¿Cuál es su sueño de país posible? Unirse en torno a esa promesa de futuro y acordando una estrategia compartida que si bien no se puede mostrar entera, sí se puede demostrar. Y consensuar reglas para la toma de decisiones, maduras, responsables, porque el modelo de una locomotora que decide de hecho por todos está agotado. Ahí está la calma. Roma no se hizo en un día. “Mantén la calma y continúa” era consigna en aquella Inglaterra acosada, bombardeada. El inmediatismo y el voluntarismo transmiten una engañosa sensación facilista de vía rápida que desemboca en frustración.

Encuentro inevitable una recomposición opositora para ganar en entidad, en credibilidad y en representatividad, porque de 2020 no salimos con la fuerza requerida. Recomposición en su liderazgo y en su orientación. De la ecuación forma parte una relación permanente de articulación con la sociedad civil. Actos no, procesos. Si se los conduce, mucho mejor. Por esos lados deberá encontrar la motivación y la organización para reconectar con el país real. Empezamos con el indomable león británico, mas desarrollo de estas reflexiones me lleva a cerrar con Machado, “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.




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