Álvaro Morata, jugador del Atlético de Madrid, celebrando un gol frente al Liverpool en Anfield. / Foto EFE

En un partido para la historia, el Atlético de Madrid venció al Liverpool 3 goles por 2 en la prórroga. Los del Cholo clasificaron a cuartos de final y eliminaron al vigente campeón de la UEFA Champions League.

El partido tuvo de todo. Lo primero, un ambiente espectacular. Las gradas de Anfield estaban repletas para apoyar a los Reds. Ver los encuentros que se están disputando a puerta cerrada hace valorar lo importante que es la afición para el fútbol. Y qué mejor escenario que Anfield para demostrarlo.

LLegaba el Atlético con la ventaja de la ida, en la que ganaron un gol por cero en su estadio. A los 30 segundos, casi se cae todo el plan inicial de Klopp. Los visitantes tuvieron una ocasión clarísima en la que, tras un gran pase de Joao Félix, Diego Costa falló frente a Adrián. Tras esa situación, el Liverpool se hizo dueño y señor del partido.

El ritmo, la agresividad, la intensidad y la convicción con la que juega el Liverpool le convierten en uno de los mejores equipos del fútbol mundial. Los Reds fueron encerrando a un Atlético que se veía cada vez más cerca del área de Oblak. No podían salir de su campo, ante la asfixiante presión de los locales.

Oblak, un muro difícil de superar, frustró los primeros ataques de los de Klopp. En el 14′, atajada sensacional para evitar el gol de Chamberlain. El Liverpool siguió acosando a los colchoneros, que no encontraban la manera de salir.

Tras varias ocasiones falladas y grandes atajadas de Oblak, llegó el gol de los Reds justo antes de que terminara el primer tiempo. Un gran centro de Chamberlain, muy activo en el ataque local, fue rematado por Wijnaldun. El holandés, muy sólo dentro del área, remató picado de cabeza a la derecha del arco colchonero. Llegó el descanso y Anfield era una fiesta.

Tras el entretiempo, más de lo mismo. Un Liverpool con un ritmo arrollador, exigiendo a su rival al máximo. Simeone, en el minuto 56 realizó un cambio algo extraño. Sacó a su único delantero, Diego Costa, y entró un Llorente que sería determinante más adelante.

Siguió intentando un Liverpool que llegaba por todos lados. Sus laterales, Robertson y Arnold, se convirtieron en extremos que metían en apuros a la defensa colchonera. Sin embargo, siempre se topaban con los fallos de sus delanteros, con Oblak o con el travesaño, que le negó un gol a Robertson en el 66′.

Tras un respiro para el Atlético, que manejó el balón con Joao Félix y Correa, el Liverpool volvió a apretar en los últimos minutos. Primero fue Mané, que definió de chilena un balón que se fue por arriba del travesaño. Luego, Salah. Tras una gran jugada individual, disparó cerca del ángulo izquierdo de la portería de los visitantes.

Se terminaron los 90 minutos con la eliminatoria igualada y comenzó una prórroga que cualquier aficionado del Atlético recordará para siempre.

A los 4 minutos de prórroga, Firmino logró, por fin, el ansiado gol para los locales. Tras cabecear el balón al palo, le quedó el rebote para marcar a placer frente a un Oblak vencido. Anfield estallaba de éxtasis ante el gol que les llevaba a cuartos.

El Atlético del Cholo es un equipo que sabe sufrir y sabe esperar su oportunidad. Lo demostraron aguantando el empuje de los locales durante todo el partido y, como casi siempre, la oportunidad le llegó a los colchoneros. Error en salida de Adrián, sustituto del lesionado Alisson, que aprovechó Llorente para, tras un pase de Joao Félix, batir al meta español con un disparo cruzado.

Justo antes de que terminara el primer tiempo extra, llegó el gol que finiquitó la eliminatoria. Llorente, otra vez sorprendente goleador, apereció muy solo ante dos defensores del Liverpool. Sin embargo, se sacó un gran disparo desde fuera del área que sorprendió a Adrián y silenció Anfield. El Cholo y los más de tres mil aficionados rojiblancos celebraban el importante tanto.

En el segundo tiempo de la prórroga, los de Simeone se mostraron con más confianza con el resultado a favor. En el último minuto del encuentro, Morata y Llorente, otra vez clave, realizaron una pared que dejó solo al delantero español frente a Adrián. El ex del Real Madrid no falló y marcó el gol que selló la histórica noche de un Atlético de Madrid que volvió a demostrar por qué tiene esa etiqueta de ‘matagigantes’.

 

 

 




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