Se dice fácil, pero 85 años de historia se cuentan en medio de altibajos y esperanzas. Este primero se septiembre El Carabobeño cumple un año más de existencia, precisamente así: Existiendo.
Un medio que nació en dictadura
De la mano de Eladio Alemán Sucre, el 1 de septiembre de 1933 vio la luz la primera edición de El Carabobeño. Corrían los tiempos de la dictadura de Juan Vicente Gómez y un año más tarde llegó el exilio. El debió irse a Cuba, pero en Venezuela valientes periodistas mantuvieron el diario, que desde sus inicios estuvo al servicio de la colectividad y no de intereses gubernamentales. A la muerte del dictador, el fundador del Diario del Centro regresó a Venezuela.
En la Cuarta República también hubo altibajos. Las presiones a los medios no estuvieron ausentes. Sin embargo, se sortearon. Los medios seguían conviviendo con el gobierno, los partidos, los militares. El irrespeto tenía un límite, la censura también.
El paso a la quinta república fue de traumas. Acusaciones, cese de la publicidad oficial como medida para ahorcar económicamente a estas empresas periodísticas, persecución a periodistas. Las demandas se incrementaron a través de tribunales plegados al gobierno, sin verguenza por la parcialidad que demostraban. El ejercicio periodístico se hacía cada vez más difícil, más peligroso.
Así llegó el funesto Complejo Editorial Alfredo Maneiro (CEAM), precedido por la igualmente nefasta Comisión de Administración de Divisas (Cadivi). Negar las divisas para importar el papel periódico necesario para la impresión de las ediciones fue el primer paso. Cuando ya por esta vía no se podía comprar el insumo, recurrir a la empresa socialista que monopolizó la venta de papel periódico era ineludible. El cerco oficial a los medios se había consolidado.
En cuatro meses de 2018, al menos siete medios impresos han dejado de circular en Venezuela, denunció el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP).
Pero el acoso es de mucho antes. Según el Instituto Prensa y Sociedad, desde 2005 hasta 2017, al menos 99 medios de comunicación, la mayoría radiales y digitales, cerraron por presiones del gobierno.
Solo en 2017 fueron 69 los medios de comunicación cerrados, según Runrunes. Emisoras de radio y tv, y algunos impresos fueron los objetivos.
82 años después la edición impresa cerró, ¿también en dictadura?
A la edición impresa de El Carabobeño le tocó en 2016 apagar su rotativa. Específicamente el 17 de marzo circuló el último periódico. La historia comenzó en 2013, con la negativa de Cadivi a liquidar las divisas para pagar a los proveedores de papel en el exterior.
A finales de 2014 y con la eliminación de los suplementos industrial, médico y de turismo además de la disminución de páginas del Diario del Centro, se llegó al CEAM. Hubo cuatro despachos de papel desde noviembre de 2014 hasta marzo de 2015.
Pero la decisión de cambiar de formato standar a tabloide y el cambio de línea editorial de otro medio independiente en la región, que pasó a promocionar la gestión del gobierno de Francisco Ameliach, determinaron el futuro de El Carabobeño.
Las presiones desde Carabobo y el objetivo empresarial de censura que caracterizaba al CEAM favorecieron el silencio que operó desde marzo de 2015 y que se mantuvo hasta que inevitablemente hubo que dejar de circular, por la imposibilidad de adquirir papel, en marzo de 2016.
El Carabobeño se mantuvo en la web. Su página www.el-carabobeno.com acumula cada día más visitas. No haber cambiado la línea editorial y mantener la decisión primaria de informar a cómo dé lugar, ha tenido su recompensa.
Dos años y medio después del cierre de su edición impresa, El Carabobeño sigue informando. La censura no hizo mella en ese objetivo definido por Eladio Alemán Sucre el 1 de septiembre de 1933. Hoy, 1 de septiembre de 2018, tras arteros ataques de un gobierno autoritario, tanto regional como nacional, la información sigue presente en nuestras páginas y redes. 85 años después de su fundación, El Carabobeño hoy dice presente.
