Los problemas cardiovasculares se originan en el cerebro y lo pueden afectar de manera grave, por lo que usar el cerebro es el mejor modo de prevenirlos, explicó este miércoles en un congreso en La Habana el célebre cardiólogo español Valentín Fuster.

La pronunciada tendencia a las enfermedades cardiovasculares, que afectan al cerebro, es producto de «los factores de riesgo que no se han cuidado: la hipertensión, la diabetes o el colesterol elevado que alteran los vasos del cerebro y pueden dar lugar a demencia», indicó Fuster (Barcelona, 1943) en una entrevista con Efe.

El doctor, reconocido como uno de los más prestigiosos del mundo en su especialidad, impartió en la capital cubana la conferencia magistral «Nuevas fronteras en salud: el corazón y el cerebro», la cual sirvió para abrir la XXX edición del Congreso Centroamericano y del Caribe de Cardiología.

El Congreso, que se extenderá hasta el viernes, reúne a unos 700 delegados de varios países (400 de ellos cubanos) que bajo el lema «Brindar excelencia en salud cardiovascular» debaten las causas y soluciones de los problemas del sistema circulatorio. Al año, por esta causa, se producen la muerte de 17 millones de personas en el planeta.

Para el doctor Fuster, tanto causas como soluciones residen en la mente. Sugiere diversas estrategias para cambiar los hábitos de las personas, en especial en el caso de los niños ya que «tienen un cerebro muy preparado para escuchar».

«Estamos trabajando ya con 25 mil niños para promover la salud. Durante unas 70 horas en cinco meses se les enseñan aspectos de salud y los resultados son muy esperanzadores», explicó el cardiólogo, también director de la División de Enfermedades Cardiovasculares del hospital Monte Sinaí de Nueva York.

En el caso de los adultos, Fuster reconoce que es más difícil cambiar los hábitos de salud, aunque sus últimos estudios apuntan que el trabajo comunitario es la solución más efectiva.

«Usted está preparado para cuidarse. No sabemos si hay un centro cerebral dedicado a ello, pero hay motivaciones. Buscamos qué motivaciones puede tener el adulto para cambiar su conducta y sobre todo es el trabajo en comunidad, más que de forma individual», afirmó.

Fuster se mostró optimista al afirmar que «hay una percepción de que la salud es importante que no existía hace unos años». Aunque reconoció que «de entender que la salud es importante efectuar aspectos prácticos para cambiar, hay un gran tramo».

A la intervención de Fuster en la jornada inaugural del congreso siguió la de David Wood, presidente de la Federación Mundial de Cardiología, quien disertó sobre los «Retos globales para la prevención de enfermedades cardiovasculares», título de su conferencia.

Wood insistió en la necesidad de cumplir la meta de reducir un 25% para 2025 la mortalidad prematura producto de enfermedades no transmisibles, en su mayoría eventos cardiovasculares.

Reforzar la cooperación internacional para aumentar las capacidades sanitarias de países en desarrollo, sería una de las medidas a considerar, manifestó Wood.

En el ámbito clínico, el cardiólogo planteó reorientar los sistemas de salud hacia la prevención, algo que también propuso aplicar a la investigación científica.

El encuentro de La Habana acogerá el jueves siete de junio la reunión conjunta del Colegio Americano de Cardiología y la Sociedad Cubana, donde especialistas de ambos países compartirán conocimientos sobre los problemas cardiológicos en la región y en el mundo. EFE




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