Además de la salud y el miedo colectivo que existe por las consecuencias abrumadoras de este virus, el comercio y la actividad laboral se han visto muy afectados. Y para quienes trabajan en el sector de la gastronomía el escenario resulta totalmente incierto, reseñó el portal todosahora.com.
Venezolanos en Argentina
“Lo más difícil es que no depende de uno. En otro contexto caminas, buscas empleo, pero en medio de una pandemia solo toca tener fe”.
“No podemos seguir pagando”
Anderson es uno de los tantos jóvenes venezolanos que eligió Argentina como segundo hogar. Le tocó reinventarse al salir de su tierra y adaptarse a los cambios que laboralmente le tocaba afrontar en su nueva vida. Casi cuatro años después de haber llegado, lo que visualizaba como estabilidad, se desvaneció por completo, con la llegada del virus.
Como tantos venezolanos en Argentina, trabajaba como bartender en un local nocturno ubicado en la ciudad capital, y aunque era muy distinto a lo que se dedicaba en Venezuela, disfrutaba de su trabajo. Estar detrás de la barra se convirtió en su sostén, hasta que no pudo seguir. “Por las restricciones de la pandemia el local cerró, me pagaron seis meses y ya luego nos dijeron que lamentablemente no nos podían seguir pagando. Lo primero que pasó por mi cabeza fue preguntarme, cómo voy a pagar alquiler, comida, gastos en general?”.
Y a esto se sumaba la preocupación de no poder seguir aportando ayuda económica a su mamá. “Siento que todo pasó cuando estaba en un buen momento, capaz no me sobraba dinero, pero si me estaba estabilizando. Fue muy difícil no saber cuándo iba a poder ayudar a mi familia nuevamente”, agregó.
La clave: No decaer y seguir
Desde el momento que le anunciaron la cancelación de pagos en su anterior trabajo, decidió abrirse camino como delivery. Tomó una bicicleta y se atrevió a sumarse a los tantos jóvenes migrantes que a través de una aplicación de repartos, generan ingresos para sostenerse y ayudar a los suyos.
Anderson confiesa que se le dificultó en ese momento y que el fuerte frío de la temporada le impidió en parte continuar. Luego comenzó a trabajar en un consultorio recibiendo a los pacientes, y un tiempo después, alquiló una moto para volver al delivery. Cuando pensaba que todo mejoraba al ingresar a un bar, volvieron las fuertes restricciones para el sector.
No ha parado de buscar opciones para seguir adelante, sin embargo, no deja de ser difícil la incertidumbre que siente. “Es fuerte llevar los días, pararte y decir ¿Qué hago si no estoy trabajando? Por suerte tengo muchos amigos aquí, pero la realidad es que si te limitas de muchas cosas, el desánimo llega”, expresó el venezolano.
Venezolanos en Argentina
Llegó a Argentina hace casi cuatro años, exactamente un 28 de noviembre. Su experiencia como migrante en Argentina ha sido un sube y baja, se ha tenido a trabajos que en su vida había hecho, pero se considera una persona proactiva, que se adapta bastante rápido.
¿Regresar a Venezuela?
Regresar a Venezuela por ahora no está en sus planes. “Nunca he pensado tirar la toalla, a veces si me da tristeza y quisiera volver para estar con mi familia, pero por suerte tengo a mi mamá que me pone en contexto con la situación del país. Me hace tener los pies sobre la tierra y por eso realmente no he pensado volver”.
“Lo más difícil ha sido estar separado de mi familia, ya tener casi cuatro años sin verlos no es fácil, pero me lleno de valentía y de valor para seguir. Acá no me puedo dar el lujo de quedarme sin empleo, hay que tragar grueso cuando nos toca pasar situaciones desagradables y continuar…”, apuntó.
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