El doctor Fabián de Jesús Díaz Bejarano. (Foto cortesía).

Para celebrar el 467 aniversario de la fundación de Valencia, el doctor Alberto Sosa Olavarría hizo una semblanza de su colega el doctor Fabián de Jesús Díaz Bejarano, en el cual lo califica como padre  de la historia médica carabobeña.

En su escrito, titulado Fabián de Jesús Díaz Bejarano: Vida de un Médico y su Pueblo, el doctor Sosa Olavarría incluye descripciones  de la Valencia de principios de siglo pasado. A continuación parte del documento.

 

Para situar a nuestro biografiado en la ciudad donde en 1931 inició su ejercicio profesional, debemos describir a la ciudad de Valencia para el entonces, y según sus propias palabras. La integraban los Municipios San Blas, El Socorro, Santa Rosa, Candelaria, Catedral y San José.

Hacia el norte la ciudad se extendía unas tres cuadas más allá de la estación del Ferrocarril Ingles, hoy edificio del Rectorado de la UC, hacia el sur, moría en la Plaza Santa Rosa, con un molino de viento en su centro, y donde pastaba algún ganado vacuno y caballar pertenecientes a vecinos de dicha plaza.

El alumbrado Público llegó a Valencia en 1889. Quince años después de aquel tímido inicio, en 1904, un grupo de empresarios carabobeños encabezados por Don Carlos Stelling, constituyeron una empresa cuyo objeto, era la explotación de la electricidad como luz y fuerza, y compraron la pequeña planta de los norteamericanos.

Esta primera empresa se denominó “Stelling y Compañía”. En 1908 se cambió el nombre a “Electricidad de Valencia C.A. Para 1931, la población carecía de red de cloacas, la letrina era de uso común, de algunas viviendas vertían aguas negras hacia las calles, el acueducto no empleaba cloro para potabilizar el agua, apenas un 40% de las calles estaban pavimentadas, muchas de tierra y otras empedradas.

Funcionaba el Hospital Civil en el cruce de las calles Cantaura y Escalona, de manera precaria hasta 1936 donde se dieron profundos cambios en su funcionamiento, en tiempos recientes, fue construida en sus terrenos la sede del Palacio de Justicia; funcionaba para el entonces, la Casa de beneficencia del Estado, a cargo de las Hermanas de san José de Tarbes.

La ciudad disponía, dependiente del Ministerio de Relaciones Interiores, de la Oficina Subalterna de Sanidad. Las principales causas de muerte eran el Paludismo, la Tuberculosis y el Tétanos Infantil, además de enfermedades gastrointestinales (parasitosis, y disentería amebiana).

Las intervenciones quirúrgicas se practicaban en el domicilio del paciente, el parto era atendido en domicilio, por comadronas, la mayoría de ellas analfabetas y desconocedoras de las normas de prevención de complicaciones neonatales como el tétanos, el médico era llamado cuando existían complicaciones.

Para 1931 ejercían la medicina en Valencia los doctores, Napoleón Araujo, Diego Bautista Ortega, Nicolás Figueredo Boggio, Tulio Valeri Salas, Simón Arocha Pinto, Carlos Sanda, Ramón Sifuentes, Rafael Bellera Arocha, Emiliano Azcúnes, Gaspar Castrillo, Eduardo Henríquez, Rafael Navarrete Serrano, P.R Ochoa Sandoval, José Ángel Rivas, Víctor Manuel Lozada, Martín Alvizu, Simón Marrero, Luis Pérez Carreño (h), Carlos Ottolina, Francisco Ignacio Romero, Federico Lizarraga, Jorge Lizarraga, Jesus María Briceño Picón, Luis Ravelo Pérez, Rafael Guerra Méndez, Pablo Feo, Jesús María Arcay, Fabián de Jesús Diaz Bejarano, y más tarde Renato Meca y Branger Semidey.

En algunas clínicas y consultorios se practicaban exámenes de laboratorio, de mano de los precursores de laboratoristas clínicos y finalmente licenciados en bioanálisis y hasta médicos algunos de ellos, así se recuerdan a Jesús Ortega, Simón Arocha Pinto, Manuel García G y Gustavo Tejera.

Gran número de farmaceuticos gozaban de prestigio y eficiencia; se destacaban Juan Eman, Gustavo Minguett, Temístocles López, Alberto Pérez Carreño, Francisco Ignacio Romero, Miguel Jerónimo Feo, Los hermanos Feo, Pancho Feo, Antero López Latouche, Alejandro Blaubach y Matías Manrique.

No existía para entonces sociedad o agrupación que reuniera a las Miembros del Cuerpo Médico, pues la Asociación Médica de Carabobo en 1940, es fundada 5 años después de la muerte del General Gómez (1935).

Hace 134 años, el 13 de junio de 1887. Se inauguró por primera vez el sistema de tranvías que atravesaría parte de la ciudad de Valencia, otorgándole a la ciudad un sistema de transporte moderno y único en su estilo y generándole tanto a los habitantes propios como a los visitantes foráneos la facilidad de trasladarse en unos vehículos impulsados por electricidad (al principio arreados por caballos) sobre rieles por las principales vías de la ciudad.

El Tranvía eléctrico cruzaba a la ciudad desde la estación de Camoruco y la calle 136, hasta EL Palotal, y Santa Rosa, calle Arvelo, y de este a oeste, de la Navas Espínola a la calle Colombia, desde la Soublette hasta la Uslar. También existía una vía desde el Hospital Civil (calle Cantaura), que alcanzaba a la vía de la Av. Lara.

En cuanto al transporte público descrito, podemos señalar, que el primer servicio de tranvías eléctricos de la ciudad, entre la estación Camoruco y la Plaza Bolívar, fue inaugurado en diciembre de 1915, en 1918, había solamente una línea en funcionamiento, entre la estación ferroviaria de Camoruco en el norte y la estación ferroviaria de San Blas al oriente de la ciudad.

El depósito de tranvías estaba ubicado en la esquina de la Av. Bolívar (Antiguamente Camoruco) y la calle Arismendi, cerca de la estación terminal Cedeño del actual metro.

Se abrieron nuevas líneas de tranvías eléctricos hacia el poniente por las calles Colombia y Cantaura y hacia el sur por la Av. Bolívar Sur. En 1940 Tranvías Eléctricos de Valencia construyó una línea de trolebuses de 5 km en la Av. 100, entre el mercado en la calle 98 Comercio y la calle 155. Uno de los puntos iniciales que conectaba con el gran Ferrocarril de Venezuela se encontraba en la estación San Blas en la mencionada zona, atravesando la antigua Calle Real (actual Calle Colombia), sucediendo el primer cruce en la Plaza Bolívar frente al antiguo Palacio Consistorial, pasando por el Paseo Camoruco, hasta culminar en Las Trincheras y hacer conexión nuevamente con el Ferrocarril que se dirigía hasta Puerto Cabello.

No cabe duda que el Tranvía Eléctrico de Valencia dio paso al avance tecnológico y vanguardista para la época. Un hito histórico en la ciudad recordado por los más arraigados a la historia de la Valencia de Antaño, y ese recurso, fue utilizado por los facultativos del entonces para trasladarse al domicilio de los pacientes.

En el año de 1908, en el que llegaría a la presidencia Juan Vicente Gómez, el día 15 de agosto, nace en Valencia, Estado Carabobo, en La Candelaria el segundo de los hijos del capitán Fabián De Jesús Diaz y Rosa Bejarano, de cuya unión nacerían Víctor, hermano mayor, Luis, Rosa Aurora y Domingo, el segundo de la prole, es nuestro biografiado: Fabián de Jesús Diaz Bejarano.

Transcurrió su infancia en su ciudad natal, y recibió clases del ilustre bachiller Ponce Bello durante sus estudios en el “Colegio Don Bosco”. Cursando el bachillerato obtuvo Cátedra en el Colegio Federal de Varones, compartiendo actividades con el Br. Hipólito Cisneros y el profesor Rodríguez López, en esa oportunidad enseñó Botánica, Zoología, Biología y Química Mineral y Orgánica.

Finalizado el bachillerato se traslada a la ciudad de Caracas, a la Universidad Central de Venezuela, donde recibió los grados de bachiller en filosofía y letras, primero, logra inscribirse en la Facultad de Medicina, sus maestros en dicha dependencia académica, fueron los integrantes de una planta profesoral de elevados quilates académicos: Domingo Luciani, José (Pepe) Izquierdo, Enrique Meier Flégel, Juan Ricardo Blanch, Inocente Carballo, Francisco Antonio Risquez, Armando Yánez, Jesús Rafael Risquez, Enrique Tejera, Hermógenes Rivero Saldivia, J.M. Romero Sierra, Luis Razetti, Eduardo Fernández, Beltrán Perdomo Hurtado, Leopoldo Aguerrevere y P.A. Gutiérrez Alfaro.

Hombres que le enseñaron los secretos de la profesión y con quienes contrajo compromiso de honor para toda su vida. Su Tesis doctoral presentada el 17/09/1930, fue titulada: “La ulcera gástrica y el problema de su tratamiento”.

Para ese año se presentaron 32 Tesis Doctorales, y para el mismo día 17, cumplieron con el requisito académico, además de Fabián Díaz, los doctores Leopoldo Briceño Torres, José Trinidad Rojas Contreras y Roberto Villalobos. Se gradúa a los 22 años de edad, en 1930, año centenario del fallecimiento de Simón Bolívar, y en que el Congreso de Venezuela aprueba una nueva Ley de Bandera, Escudo e Himnos Nacionales, y el Gobierno cancela la totalidad de la deuda externa del país. Recibe el Título de Doctor en Ciencias Médicas de manos del famoso Dr. Plácido Daniel Rodríguez Rivero, Rector Magnífico de la UCV para el entonces.

Después de una breve temporada en Villa de Cura capital del distrito, Zamora del Estado, Aragua se traslada a Valencia y llega a la casa de sus padres en la calle Rondón, entre la calle de La Paz y Carabobo, en esa casa instalaría su consultorio.

Los médicos que en esa ciudad semana prestaban servicio para el año de su arribo (1931), ya fueron mencionados anteriormente, en los primeros meses de su llegada, se ausentaba de la ciudad, el Dr. Luis Pérez Carreño que hacía apenas 2 años se había residenciado en Caracas, junto al Dr. Atilano Vizcarrondo, “uno y otro habían escalado en Valencia la cúspide del ejercicio profesional y ambos habían contribuido a la elevación del concepto y la reputación del médico, y habían trabajado ardua y tenazmente por aliviar la insalubridad del medio, y paliar la pobreza de nuestros institutos asistenciales,” ambos son de acuerdo nuestro biografiado, acreedores al recuerdo permanente de Valencia.

Cinco años después (1935) contraería matrimonio con Paula María Carabaño Tosta, conocida como Chuchuíta (17 Enero1913 – 24 Mayo2015), distinguida dama de la sociedad valenciana y muy vinculada a la cultura, la junta Directiva del Ateneo de Valencia, consagró su trayectoria con premio que lleva su nombre.

De esta unión, nacerían Juan José (fallecido), Magaly, Fabián de Jesús y Gloria María Auxiliadora. Incansable y acertada labor como historiador y cronista, demostrando pasión por los acontecimientos de su ciudad natal, de sus condiciones sanitarias y mediante impecable metodología historiográfica, se convirtió en el padre de la Historia Médica Carabobeña.

Numerosas sus obras sobre la Medicina en la Provincia, fue electo el 7 de octubre de 1948 para el Puesto # 11 como Miembro Correspondiente Nacional de la Academia de Medicina por el Estado Carabobo, sucedió al Dr. Rafael Guerra Méndez.

En el Índice Global de la Gaceta Médica de Caracas figura con cuatro publicaciones. Fue Médico Internista salvo breves paréntesis el primero de ellos en Villa de Cura donde fue Director “Ad honorem” del Hospital “Santo Domingo”. Residió en su ciudad natal el resto de sus días.

Alternó su ejercicio privado, que nunca abandonó, con cargos públicos y en estos últimos ocupó elevadas posiciones. Fue Médico Jefe de la División de Sanidad Rural, 1951-1953; Director del Hospital Central de Valencia. Médico Higienista Escolar adscrito a la Unidad Sanitaria de Valencia; Médico Jefe por concurso del Servicio # 2 de Medicina del Hospital Civil, 1945.

Prestó servicios en el ramo de Asistencia Social, entre ellos: Director de Asistencia Social del Concejo Municipal, Médico Inspector de los Institutos Asistenciales del Estado Carabobo; en la Cruz Roja y como Médico del IVSS.

Promovió la constitución y fue Secretario de la Asociación Médica de Valencia y Director de la revista. Miembro de la Junta de Beneficencia del Distrito Valencia, 1941-1943.

Miembro de la junta Asesora de Asistencia Social del Estado, 1945. Secretario de la Liga Anticancerosa el Estado Carabobo. Miembro del Instituto Científico de Carabobo. Presidente del Colegio de Médicos de Carabobo. Miembro Correspondiente de la Sociedad de Venezolana Historia de la Medicina. Profesor de Historia de la Medicina en la Universidad de Carabobo, cátedra en la que tuvo como colaborador al Dr. L.R. Medina Ortega.. Premio Anual “Dr. Guerra Méndez”, 1968. Presidente de la Sociedad Bolivariana y de los Amigos de Valencia.

Escritor, cronista, historiador y orador insigne, pertenece a la Venezuela Médica y la Venezuela Cultural de los tiempos contemporáneos.

Intelectual valenciano por excelencia, su descripción corresponde a lo que Jean Meyer, el célebre historiador y geógrafo francés describió como historiador: “Mucho más que un doctor, mucho más que un académico, es una persona amable y prodigiosa que ha generado una obra inmensa” Existe en Valencia una Plaza que lleva su nombre y debería llamarse mejor “Parque Dr. Fabián de Jesús Diaz Bejarano” que en un área privilegiada de la Urbanización Prebo, compárate con la “Galería Braulio Salazar” de la Universidad de Carabobo, como construyendo un binomio: Historia y Cultura.

Además existe un Módulo de Atención Primaria (CDI). Su desposorio con el silencio eterno en pos de la vida espiritual y bajo el manto de María Auxiliadora, su herbolario escondió su última flor de luz, el 6 de enero de 1988, debido complicaciones postoperatorias de una afección intestinal, a la que se sumaron posibles fenómenos tromboembólicos.

Su trayectoria perdurará en letras doradas de la Historia Médica de Carabobo, que sin duda dirán que, mencionar su nombre es hablar de Historia de la Medicina, del devenir histórico de una ciudad y de sus gentes, y de un profesional de la medicina que demostró que el estudio unido al recto proceder cívico, constituyen la mejor manera de hacerse ciudadano y ejemplo para las generaciones futuras.




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