El arzobispo de Valencia, monseñor Jesús González de Zárate, aseguró que el Adviento y la Navidad, constituyen el pórtico de entrada a la celebración del Jubileo 2025, en el que el papa Francisco invita a la feligresía a ser peregrinos de la esperanza.
El Jubileo o Año Santo se inaugurará en Roma con la apertura de la Puerta Santa, en la Basílica de San Pedro el próximo 24 de diciembre.
Monseñor González de Zárate, acompañado por los sacerdotes Antonio Arocha, José Gregorio Ilija y Miguel Romero, indicó que en la arquidiócesis, la celebración del Año Santo se iniciará el 29 de diciembre, con una misa que se oficiará en la catedral, precedida de una peregrinación que saldrá de la iglesia de San Blas, a las 3:00pm.
La peregrinación recorrerá parte de la calle Colombia, llevando adelante una cruz, que será uno de los signos que identificarán al año de Jubileo.
El padre Arocha informó que no será una sola peregrinación, sino varias, pero se informará poco antes que se vayan a realizar, para que la feligresía participe.
Precisó que no todas las peregrinaciones llegarán a la catedral, por lo que se organizarán entre iglesias cercanas de cada municipio.
Adicionalmente habrá peregrinaciones a hospitales, ancianatos, posiblemente a la cárcel de Tocuyito y otros centros de reclusión, para llevar un mensaje de esperanza.
Monseñor González de Zárate subrayó que con este año jubilar que se avecina, se celebra además los1.700 años de la realización del primer Concilio Ecuménico de Nicea, que es muy importante para los cristianos, porque en él de proclamó la divinidad de Jesucristo.
Citó que el primer jubileo de la iglesia fue convocado por el papa Bonifacio VIII, en el año 1300. Y la frecuencia de su realización ha ido cambiando, hasta la actualidad que es de cada 25 años.
Como la ha dispuesto el papa Francisco, al participar en el Año Santo se obtiene la Indulgencia Plenaria. Esto se interpreta como la sanación de las consecuencias del pecado.
El arzobispo apuntó que, tal como lo enseña la Biblia, el año jubilar es un tiempo especial para que, proclamando la santidad y primacía de Dios, llegue la buena nueva a los pobres y la liberación a los oprimidos.
“De esta forma se establece la relación con Dios, nuestro padre, nuestros hermanos y con la creación, que viene a ser la casa común en la que vivimos”.
El padre Ilija manifestó que el mayor signo del jubileo, es celebrar juntos. El signo más visible será un crucifijo, pero hay otros internos como la reconciliación y la oración, para abrirnos a la presencia de Dios.