Foto: Cortesía Picture Alliance

El escándalo de escuchas a políticos y periodistas en Grecia ha dado un nuevo giro con la publicación de una lista de 33 personas, entre las cuales se encuentran ministros del Gobierno conservador, políticos de la oposición y empresarios, en cuyos dispositivos se encontraron supuestamente rastros del programa espía ilegal Predator.

En la lista que publico el diario griego Documento se encuentran entre otros el ministro de Finanzas, Jristos Staikuras y el jefe de la diplomacia helena, Nikos Dendias, como también el ex primer ministro conservador Antonis Samaras, líder de la oposición interna al actual primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, en el partido gubernamental de Nueva Democracia.

Además, se incluyen diputados del principal partido de oposición, el izquierdista Syriza, como también varios periodistas y empresarios, mientras hay casos en los que figuran también familiares de algunos de los políticos que se encuentran en la lista.

Las nuevas revelaciones ha provocado un aluvión de reacciones y críticas hacia el Ejecutivo conservador tanto en el interior de Grecia como en el exterior, con la diputada liberal demócrata holandesa Sophie in ‘t Veld – relatora de la la comisión PEGA del Parlamento Europeo, que investiga el espionaje de políticos y periodistas en la UE – pidiendo ayer que intervenga Europol en el caso de escuchas de Grecia.

Este domingo intervino el fiscal del Tribunal Supremo de Grecia, Isídoros Dogiakos, quien ordenó a la Fiscalía de Atenas que abra una investigación penal preliminar sobre los hechos y cite al editor de Documento, el periodista Kostas Vaxevanis, para que presente las pruebas en las que basó la publicación de esta lista, informan los medios griegos.

Syriza acusó a Mitostakis de ser el que «coordina las escuchas» y toda la oposición unificada pidió a la Justicia helena de ponerse a la altura del caso, ya que este se ha convertido en una «cuestión de Democracia».

Por su parte, el portavoz del Gobierno, Yannis Ikonomu, recalcó que la lista publicada «es abrumadora pero las pruebas están ausentes».

El caso de escuchas en Grecia estalló a principios de agosto cuando Kyriakos Mitsotakis, reconoció que los servicios secretos helenos (EYP) escuchaban con «medios convencionales» al líder socialdemócrata y eurodiputado, Nikos Andrulakis.

El Gobierno ha negado repetidamente que EYP o cualquier otra entidad pública usara el programa espía Predator.

Sin embargo, Andrulakis y varios perodistas que fueron observados por EYP fueron víctimas también de Predator y en muchos casos cuando paraba la intervención por EYP empezaba la del spyreware.

Las nuevas revelaciones se produjeron tan solo un día después de que la Comisión de Investigación Encargada de Examinar el Uso del Programa Espía de Vigilancia Pegasus y Otros Programas Equivalentes (PEGA) teriminara una visita oficial en Atenas y su relatora señalara que no parece que la empresa Intellexa, que comercializa en Grecia los servicios del Predator, actuara por cuenta propia, sino más bien por orden de alguien «en el entorno gubernamental».

El parlamento griego aprobó en agosto pasado el establecimiento de una comisión parlamentariα para investigar el escándalo, si bien la mayoría gubernamental en esta bloqueó el testimonio de «figuras claves» para ocultar el caso, según ha acusado repetidamente la oposición.




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