El presidente Emmanuel Macron junto a la ministra francesa de Defensa, Florence Parly, y al presidente de Dassault Aviation, Eric Trappier, en el salón de Le Bourget, el 17 de junio de 2019. AFP

El futuro avión de combate europeo, un ambicioso proyecto conjunto de Francia, Alemania y España, protagonizó este lunes el primer día del salón aeronáutico de Le Bourget, en las afueras de París.

El presidente francés, Emmanuel Macron, desveló una gran maqueta que representa el futuro caza europeo, eel llamado «Sistema de Combate Aéreo del Futuro» (SCAF).

Los ministro de Defensa de Francia, Florence Parly, Alemania, Ursula Von der Leyen, y España, Margarita Robles, firmaron en el stand de la compañía Dassault Aviation un acuerdo marco para «estructurar las relaciones entre los tres países para el proyecto SCAF»,

«Este proyecto toma ahora una dimensión totalmente europea con la llegada de España», dijo la ministra Parly. Según su entorno «es la prueba de que se materializa la voluntad europea de tener una base industrial en Europa capaz de asumir el reto de las industrias china, rusa y estadounidense».

El objetivo es sustituir a los actuales aviones Rafale y Eurofighter antes de 2040, indicó el entorno de Parly.

Los estudios de investigación y desarrollo tendrán un coste de 150 millones de euros en dos años y se esperan los primeros resultados en 2026.

El SCAF está pensado como un sistema que asocia un avión de combate de nueva generación con drones y misiles que se mueven juntos. El sistema estará conectado además a aviones, satélites y sistemas de la OTAN, tanto terrestres como navales.

Con la firma de este lunes, España se incorpora oficialmente a este ambicioso proyecto, una etapa en la compleja construcción de una defensa europea, un idea que defiende en particular Macron y que no gusta a Estados Unidos, que quiere seguir vendiendo sus productos militares a Europa.

El nuevo avión cisterna del ejército francés, el A330 MRTT, con el que Emmanuel Macron llegó a Le Bourget, el 17 de junio de 2019. AFP 

«España se une hoy a Francia y Alemania. Es importante porque los países de Europa tienen tendencia a comprar en Estados Unidos. Nosotros proponemos un avión europeo para los europeos, independiente de las tecnologías estadounidense», dijo a la cadena de noticias CNews Eric Trappier, presidente de Dassault Aviation, que lidera el proyecto SCAF junto a Airbus.

El presidente Macron llegó por la mañana al salón aeronáutico de las afueras de París a bordo del nuevo avión cisterna del ejército francés A330 MRTT y luego asistió a un desfile aéreo.

Cambio climático

El salón estará marcado este año por el papel del sector aeronáutico en el cambio climático y las cuestiones de seguridad, como en el caso del avión 737 MAX de Boeing, implicado en los últimos meses en dos accidentes mortales.

En el sector de la aviación civil, hay buenas perspectivas gracias a las previsiones de crecimiento del tráfico aéreo, que se doblaría en los próximos 20 años, según Boeing, hasta alcanzar unos 44.000 aviones activos.

Por su parte la cuestión medioambiental pondrá en primer plano las avances tecnológicos en los sistemas de propulsión, los carburantes alternativos al keroseno, los materiales de construcción o los nuevos diseños futuristas.

Los fabricantes de aviones están bajo presión para construir aparatos menos contaminantes y lograr el objetivo de reducir a la mitad las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en 2050 en relación a las de 2005.

El transporte aéreo es responsable de al menos 2% de las emisiones de CO2. Según las cifras de la Agencia Europea del Medio Ambiente, las emisiones de dióxido de carbono superan de lejos la del resto de medios de transporte.

El presidente de Boeing, Dennis Muilenburg, durante la asamblea general de accionistas del grupo, el 29 de abril de 2019 en Chicago. AFP

El estadounidense Boeing, rival del europeo Airbus, llega este año al salón en plena crisis de su modelo 737 MAX, inmovilizado desde marzo tras dos trágicos accidentes mortales que lastraron la confianza en la compañía.

«Lamentamos profundamente la pérdida de vidas humanas», dijo Kevin McAllister, el presidente de la filial de aviación comercial de Boeing.

«La seguridad es sagrada en esta empresa», añadió, y aseguró que Boeing haría todo lo posible para que «accidentes así no se vuelven a reproducir jamás».

La compañía está colaborando con las autoridades de regulación, entre ellas la FAA estadounidense, para que el 737 MAX pueda volver a volar, pero son «los reguladores los que decidirán la fecha de la puesta en servicio», indicó.

Preguntado por la competencia con Airbus, que anunció el lanzamiento de una versión del avión A321 con radio de acción ultra extra largo –bautizada A321 XLR– McAllister dijo únicamente que Boeing sigue teniendo una gama de aviones «formidable». AFP




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