El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, rechazó hoy soluciones militares para Venezuela y advirtió de que mantener la presión internacional sobre el Gobierno del presidente Nicolás Maduro como única salida de la crisis que vive el país sudamericano es una opción "estéril", si no se crean condiciones para facilitar el diálogo entre las partes.
En una comparecencia ante la Comisión de Asuntos Iberoamericanos del Senado, Borrell argumentó que la única vía que permitirá a Venezuela retornar a un escario de respeto democrático es una solución "democrática, pacífica y negociada" entre los propios venezolanos.
El jefe de la diplomacia española manifestó así su "total rechazo" a las "más que insinuaciones" sobre una posible intervención militar del exterior o el fomento de un golpe de Estado.
Según lamentó, se están escuchando "demasiados tambores de guerra". Y frente a los que defienden "la aceleración del colapso", insistió en que tanto el Ejecutivo español como el conjunto de la Unión Europea han dejado "dejado claro" su posición a favor de una salida negociada.
El senador del opositor Partido Popular (centroderecha) Luis Aznar acusó al Gobierno español de "tibieza" respecto a Venezuela y aseguró que "la tibieza es mala y con ella se resuelven pocas cosas".
Aznar también advirtió de que la acción de España en el país iberoamericano "se está viendo tremendamente perjudicada" por las actividades como mediador del expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, quien ha sido criticado por la oposición venezolana.
Aunque admitió que Rodríguez Zapatero actúa a título personal, recalcó que el Gobierno español está obligado a darle cobertura en la embajada de Caracas como expresidente y proporcionarle diversos medios que dan a su trabajo en Venezuela "tintes" de oficialidad. EFE