Jordan Henderson levantando el trofeo de la Premier League conseguido por el Liverpool. / Foto EFE

El Liverpool no dejó ningún cabo sin atar en la fiesta del alzamiento del título de la Premier League y se dio un homenaje a costa del Chelsea (5-3) en una oda al fútbol de ataque en Anfield.

Los ‘Reds’, en el día que levantaron el trofeo que les acredita campeones de la liga inglesa treinta años después, empezaron la fiesta con un triunfo ante el Chelsea que complica las opciones de Liga de Campeones de los de Frank Lampard.

El Chelsea podría quedarse fuera de la Champions el año que viene si pierde con el Wolverhampton Wanderers la última jornada y el Manchester United y el Leicester City empatan.

Un punto le hacía falta al Chelsea para meterse matemáticamente en la Champions, pero el conjunto de Lampard se encontró en la primera parte con un Liverpool que todo lo que tocaba lo mandaba para dentro.

Naby Keita abrió el marcador con un latigazo brutal e imparable para Kepa Arrizabalaga, que no llegó con su estirada antes de que la pelota tocase el larguero y se metiera en su portería.

Pese a tener ya el título retenido y los récords inalcanzables, el Liverpool no redujo marchas y Trent Alexander-Arnold amplió la ventaja con un golazo de falta. Esta vez Kepa solo pudo mirar cómo la pelota superaba la defensa y se iba a la escuadra.

Para antes del descanso, el Liverpool hizo el tercero. En un barullo en el área tras un córner, Georginio Wijnaldum fue el más listo y sacó un disparo fuerte y pegado al larguero.

Con el tiempo prácticamente cumplido, Olivier Giroud dio algo de esperanzas al Chelsea en una jugada con fortuna. Willian sacó un disparo que paró Alisson, pero la pelota flotó por encima del arquero brasileño y Giroud se lanzó para empujarla en la línea de gol.

El gol no asustó a los de Jürgen Klopp, que siguieron igual de concentrados en la segunda parte y pusieron el cuarto a través de un cabezazo de Roberto Firmino, que rompió su maldición en Anfield e hizo su primer tanto en Premier de la temporada.

Con el 4-1 el encuentro parecía decidido, pero la dupla Tammy Abraham-Christian Pulisic le dio emoción. Primero Pulisic le regaló el 4-2 a Abraham y a 20 minutos del final el delantero inglés centró para que el estadounidense controlara y a la media vuelta hiciera el 4-3.

El Chelsea se volcó en busca del gol que les diera la Champions y, bajo el sonido de los fuegos artificiales de las afueras de Anfield, en un contraataque Andy Robertson sirvió el quinto a Alex Oxlade-Chamberlain.

En la última jornada, el Chelsea recibirá a un Wolverhampton Wanderers que se juega la clasificación a la Liga Europa. Los ‘Blues’ necesitarán puntuar para estar en la Champions la temporada que viene.




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