Eduardo, un venezolano de 40 años que tiene un minimercado en la ciudad de Maracaibo, estaba muy preocupado en mayo pasado cuando las ventas se colapsaron debido a los frecuentes apagones.

La tienda estaba a punto de cerrar, de manera que tomó una decisión audaz, e ilegal: pagó para que no le cortaran la luz.

“Le di 550 dólares a alguien para que conectara los cables eléctricos de nuestra tienda a la red al otro lado de la calle, donde nunca se va la luz”, dijo Eduardo, quien pidió al Miami Herald que no lo identificaran.

La capital del mayor estado del país, Zulia, todavía está afectado por apagones que duran hasta 16 horas diarias desde que cinco apagones masivos dejaron 95% del país a oscuras durante varios días en marzo y abril pasados.

El circuito al que está conectada ahora la tienda de Eduardo solo sufre apagones menores de vez en cuando.

Como en el circuito está ubicado un importante hospital, la compañía estatal eléctrica Corpoelec lo ha dejado fuera del cronograma de apagones que todavía afecta a todo Maracaibo y otras 10 ciudades.

Estos días el minimercado tiene las luces encendidas de noche, cuando aprovecha para vender productos a decenas de clientes incluso cuando se va la luz. Es el único edificio iluminado en medio de calles a oscuras.

La Cámara de Comercio local calcula que al menos 92% de los negocios y tiendas de la ciudad están afectados por los apagones.

Pero Eduardo dice que su negocio prospera.

“Antes engañábamos a los clientes diciéndoles que había luz porque teníamos un generador en la azotea”, dice. “Si no hubiéramos hecho esto creo que ya habríamos cerrado. Eso nos salvó”.

Zulia es la región del país que más apagones ha sufrido este año, dice el Comité de Afectados por los Apagones, una organización civil creada para seguir la pista a las interrupciones y fallas del sistema eléctrico en todo el país.

Aixa López, presidenta del comité, dice que Zulia, con 3.7 millones de habitantes, ha experimentado 26,509 cortes del servicio entre enero y agosto de este año. Eso es un promedio de 3,313 por mes y 110 diarios. El estado que le sigue, Táchira, solo ha tenido 2,083 interrupciones eléctricas.

La era de los apagones y el racionamiento eléctrico en Venezuela ha probado ser un terreno fértil para la corrupción en Zulia.

Trabajadores de Corpoelec confirmaron al Herald que decenas de colegas han recibido pagos de dueños de negocios y ciudadanos de a pie para garantizar el servicio eléctrico en edificios, casas, tiendas y compañías específicas en todo Maracaibo.

“Esto sucede desde que la crisis de la electricidad empezó en 2009”, dijo una de las fuentes. “Sin embargo, la manipulación del cronograma oficial de apagones ha empeorado en los últimos meses desde los apagones nacionales”.

Venezuela es el país más corrupto de América Latina, informó Transparencia Internacional en enero pasado. La organización, en su informe anual llamado Índice de Percepción de la Corrupción, indicó que ese flagelo en el país sudamericano es “sistémico” y socava la democracia.

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