El Parlamento Europeo (PE) conmemoró hoy el aniversario de la caída del Muro de Berlín, una ocasión en la que el presidente de la institución, David Sassoli, pidió recuperar «el espíritu de 1989» para defender la democracia europea ante el ascenso de «demonios» como el antisemitismo.
La Eurocámara conmemoró la caída del Muro, de la que se cumplieron treinta años el pasado sábado, con una interpretación de dos piezas de Johann Sebastian Bach por parte del chelista Liav Kerbel, de la escuela musical belga Musica Mundi, y con la presencia del presidente del Parlamento alemán, Wolfgang Schäuble.
«Somos testigos del demonio del antisemitismo que vuelve a Europa, con incredulidad y también inmensa rabia. El resurgimiento del antisemitismo es el resultado del regreso del nacionalismo, la xenofobia y el racismo, y se opone a todo lo que defendemos», recordó el presidente de la Eurocámara.
Sassoli rindió homenaje a «la valentía de los europeos que sin violencia y con la fuerza de su voluntad superaron el yugo bajo el que habían estado oprimidos durante décadas», aunque también advirtió de que los principios en los que se basa la democracia europea «no son irreversibles».
«No puedo evitar mirar con preocupación la vuelta de fantasmas que creíamos muertos y enterrados bajo el peso de la historia», advirtió.
El presidente del Bundestag alemán, por su parte, recibió un largo aplauso de la Eurocámara tras pedir superar los «egoísmos nacionales» para abordar asuntos urgentes en la Unión Europea, como la inmigración, el cambio climático o la seguridad, para los que «hacen falta respuestas globales».
«Necesitamos superar los intereses propios y los miedos. La caída del Muro y los treinta años posteriores muestran que nada está obligado a permanecer para siempre. El más poderoso de los muros puede caer, el cambio es posible si lo hacemos posible», afirmó.
«Los alemanes sabemos que sin la unidad europea, sin la voluntad de ver al este y al oeste unirse, no habría unidad en Alemania. Una era la precondición de la otra, y ambas son las dos caras de una misma moneda», añadió Schäuble. EFE