La SIP condena la ola de asesinatos de periodistas en México en 2022
/ Foto referencial: Cortesía (rotativo.com.mx)

«La situación en Nicaragua con respecto a la libertad de expresión ha alcanzado un nivel extremo», afirma en una entrevista con Efe el presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), el hondureño Jorge Canahuati, quien denuncia que, en ese sentido, América Latina en general está «en retroceso» debido al auge de gobiernos populistas, lo que redunda en una sociedad «menos informada».

Canahuati se encuentra en Madrid, ciudad en la que ayer recogió el premio de la Reunión Mundial de Juristas a la periodista y activista nicaragüense Cristiana Chamorro, candidata opositora para las elecciones generales del próximo noviembre en el país centroamericano y detenida por el gobierno de Daniel Ortega bajo acusación de lavado de dinero.

«El dictador Ortega ha venido presionando a los medios de comunicación y ahora la situación es extrema. Ya están llegando a casos como el de Cristiana Chamorro, que proviene de una familia ícono, respetada, a la que no se le puede cuestionar el compromiso con la libertad; su padre, es un mártir de la sociedad nicaragüense. La situación está en un nivel extremo», dijo el presidente de la SIP.

Según Canahuati, la presión de Ortega sobre los medios de comunicación de su país viene de lejos, pero la situación se tornó «mucho más dictatorial en 2018, con las revueltas populares». Desde entonces, la SIP ha estado muy atenta, dice, haciendo misiones en el país, aunque virtuales, ante la imposibilidad de ser presenciales por la pandemia.

«Cuando suceden eventos especiales, nosotros los denunciamos y solicitamos algún tipo de corrección, pero es realmente lamentable, los medios de comunicación han sido debilitados desde hace muchos años en Nicaragua, a los periódicos no les permitían ingresar su papel en prensa, a las televisiones fueron presionándolas y fueron cayendo en manos de la familia o de la dictadura», precisa.

UN RETROCESO GENERAL EN AMÉRICA LATINA

En general, según el presidente de la SIP, la libertad de expresión en América Latina, «aunque siempre está en riesgo y en diferentes momentos sube o baja», está en estos momentos en retroceso: «Ha habido etapas donde la región ha tenido noches muy oscuras y días muy claros, pero ahora hay un mayor riesgo y presión».

Y esto se debe, matiza, a que han surgido «algunos presidentes o líderes políticos populistas, autoritarios y que se convierten en dictadores. Y no puede existir prensa libre en el caso de que ese sea el estilo del gobierno. Si miras Latinoamérica, estás viendo que ha habido una tendencia a tener ese tipo de líderes políticos, desde Brasil, El Salvador, Nicaragua, Cuba, Venezuela, tenemos a López Obrador en México…».

«Es muy difícil luchar contra eso, y honestamente quisiera decir otra cosa. La SIP obtiene logros en sociedades más abiertas, en las que uno llama la atención a un tema y hay una corrección y un compromiso con la libertad de una u otra manera, pero en un caso como el de Ortega lo que nos queda es denunciarlo, exponerlo, presionarlo, y esperar. Es el mismo caso que Venezuela», asume.

MÉXICO Y LA DERIVA DE LÓPEZ OBRADOR

En la SIP se sigue con mucha preocupación la deriva que está tomado México, «particularmente el tema de la estigmatización que está creando, y no sólo por el poder de López Obrador frente a los medios, sino por otro tipo de riesgos que genera, como el que una persona que es su seguidor pueda tomarse la justicia personalmente y afectar a un periodista».

Casos como los del presidente de México o el de El Salvador, Naib Bukele, se basan en que no pueden aceptar la crítica, «son como un (el expresidente de EEUU Donald) Trump y crean la duda con los medios, y hacen daño, porque todos estos líderes tienen seguidores que en lugar de seguir el camino democrático siguen el de cuestionar a quienes los cuestiona a ellos», señala Canahuati.

Y a eso, el presidente de la SIP suma la cantidad de periodistas mexicanos que son asesinados, «acompañados de la impunidad, porque lograr llegar al autor material, pero especialmente al intelectual, es muy difícil, y eso promueve más violencia contra periodistas».

También Canahuati destaca el caso de Bukele, y su historia de controversia desde que era alcalde: «Ahí ya se vio lo sensible que era este tema, y ahora con el control que tiene sobre el Gobierno podemos pensar que puede llegar a hacer cosas terribles con los medios, con leyes».

El presidente de la SIP insiste en que «los medios tienen que tener su rol en la sociedad. Nos equivocamos, claro que nos equivocamos, pero al final es mejor tener una prensa libre que no tenerla».

Sin embargo, casos como el de Ecuador, cuyo nuevo Gobierno se plantea derogar la ley de prensa aprobada durante el Ejecutivo de Rafael Correa, abre una puerta a la esperanza para un cambio en la relación entre el poder y los medios.

«Cuando llega un Gobierno con un pensamiento más democrático ellos cambian muchas veces las reglas, pasó en Argentina tras la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, aunque ahora ese país está involucionando otra vez muy despacio, pero estamos atentos», asegura. EFE




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