Foto cortesía Diario de Los Andes

La dama sale cada mañana a caminar por las calles de San Cristóbal. Su principal objetivo es conseguir clientes en las  colas de gasolina  ofreciendo cables, cargadores, audífonos y otros artículos de electrónica. Desde hace tres años la dama trabaja en la calle, tras ver que los sueldos que pagaban a mediados del año 2018, no le alcanzaba para sustentar a sus cuatro hijos.

«Yo en empresas tengo mucho tiempo que no he buscado trabajo, porque lo que pagan es sueldo mínimo y eso no alcanza. Yo vendía aliados, a pie, y un día me ofrecieron esta mercancía: cargadores, pendrives, cables y audífonos, con esto ganaba más. Dejé los aliados y me puse a trabajar con esto, gano un poquito más», narra la vendedora informal.

Briggitte asegura que si una empresa le ofreciera un sueldo que le alcance para mantener a su núcleo familiar, tomaría la vacante. «De esta forma estoy expuesta a la lluvia, al sol, expuesta a que cualquier carro se lo lleve a uno por delante. Uno en la calle no está seguro; si no llueve, hace sol, y uno se quema, o puede ser víctima de robo, que  le quiten la mercancía o el dinero».

Al ser una vendedora informal, no cuenta con ningún tipo de beneficio laboral, ni pago de seguro social.

En Táchira nadie labora por sueldo mínimo 

Pietro Ceniccola, presidente de la Asociación de Comerciantes y Empresarios del estado Táchira, (Aceta), confirma que la informalidad ha crecido en gran manera, se estima que un 75 % de la población ha migrado de empleos formales a la informalidad.  Esto ha llevado a que las pocas empresas que mantienen a un reducido recurso humano tenga que incrementar también los sueldos, en vista que en la región nadie labora por un sueldo mínimo.

«Una media de compensación a los trabajadores se ubica en un tercio del salario mínimo de Colombia, entre 100 y 150 dólares» indica, monto que se maneja con un mecanismo que no genere un impacto en las cargas sociales. Sin embargo, son pocos los campos de empleo disponibles con este tipo de beneficios, dado a que muchas empresas están funcionando con el mínimo número de personal contratado.

Destaca que la fuerza laboral comenzó a migrar dejando vacíos en las empresas regionales, lo que obligó a los empleadores a incentivar a sus pocos trabajadores.

Los sectores empresariales que están generando empleo en la entidad, según el representante de Aceta, son  las que tienen que ver con alimentos y el sector agrícola. Pero, también en estas empresas luchan con contra falta de créditos y productos importados que minimizan sus posibilidades de venta.

Las mujeres y jóvenes tienen pocas probabilidades en la región de ubicarse en un empleo formal, según los expertos consultados. Se supone que para los jóvenes,  del primer empleo que consiga apenas se gradúa dependerá su historial laboral.

Ceniccola precisa que en el estado hay varios universidades que están formando a un conglomerado de profesionales en diversas áreas, que en el corto plazo va tener dificultades para insertarse en el mercado laboral. De ahí la importancia de tener la capacidad para emprender nuevos negocios y fuentes de empleos en la región.

Se retiró del empleo y se puso a vender empanadas

«Muchas personas estamos sin empleo, necesitamos fuentes de empleo» expresó Alexis Maldonado, un vendedor ambulante  de café y empanadas,  que recorre las diversas calles de San Cristóbal, tras renunciar hace dos años a su empleo formal en un autolavado, donde aseguró  percibía un bajo sueldo.
«Tuve que retirarme de mi empleo porque no me pagaban el sueldo justo», manifestó. Desde entonces se lanzó a las calles a vender alimentos preparados, y a enfrentarse con días de poca venta.
Maldonado coincide que en el caso de que en Táchira existieran empresas con sueldos dolarizados que permitiera un estilo de vida digno, se integraría a un empleo formal.

Salario mínimo en pesos

Al respecto, el economista Aldo Contreras explica que en el Táchira en la actualidad se ha instaurado una especie de salario mínimo de 250.000 pesos colombianos, equivalente a entre 60 y 70 dólares, en empresas privadas. Sin embargo, precisa que la economía informal ha crecido durante la pandemia en 70 %. Es decir, si antes de la pandemia había un comercio informal  ahora hay siete comercios informales más, ejemplifica.

Contreras resalta que, las empresas privadas para mantener a su personal, otorgan un salario en bolívares promedio, con el que se toma en consideración los pasivos laborales como seguro social, política habitacional, todo lo que tiene que ver fideicomisos

En Venezuela, la crisis económica ha obligado a muchas empresas a cerrar y esto se traduce en menos campos laborales para los venezolanos que han decidido mantenerse en el país, más en momento de pandemia con semanas de cierres por cuarentenas estrictas.




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