Los parques temáticos, como Los Aleros, constituyen atractivas opciones para el turista. Foto cortesía Diario Los Andes

Adelfo Solarte

“¡Quédate en casa!”… Una de las frases más pronunciadas de este atípico año 2020 resultó ser la pesadilla para la economía mundial pero especialmente para aquel sector que funciona cuando, precisamente, la gente no se queda en su casa, sale y se divierte: el turismo.

La obligación mundial, aún en curso, de impedir la transmisión del Coronavirus mediante el confinamiento, el distanciamiento y otros mecanismos de control sanitario, no son compatibles con el accionar turístico, que incluye viajes, traslados, aglomeraciones, reuniones, compartir, disfrutar en grupos.

Las estadísticas mundiales indican que la  enfermedad COVID-19, cual animal enfurecido, mantiene clavados, con saña, sus colmillos, sobre la humanidad: 50 millones de contagiados y  un millón 250 mil muertes al finalizar la primera semana de noviembre. Peor aún, con casi 600 mil casos reportados el 6 de noviembre, una de las cifras más alta desde que apareció la enfermedad, varios países han tenido que radicalizar las medidas de encierro y distanciamiento.

Flexibilización a la venezolana

Por suerte, en  Venezuela el impacto del Coronavirus  parece adoptar un nivel más benévolo, al menos según los reportes que a diario ofrece el  gobierno, cifras en las que se evidencia una tendencia “a la baja”, tanto en el número de contagiados como de muertes.

Este panorama de presunta mengua del virus, ha llevado al gobierno a tomar en cuenta al sector turismo en los sectores flexibilizados. Desde junio de este año, las autoridades iniciaron el llamado Plan de Flexibilización 7+7 que a inicios de octubre cambió a 7+7 Plus y que el lunes 2 de noviembre se amplió hasta cubrir a algunos servicios del área turística.

A tono con estas medidas de distensión, el propio Presidente de la República, Nicolás Maduro, anunció el pasado 14 de octubre que a partir del primero de diciembre se reactivarán los espacios turísticos mediante un protocolo estricto de bioseguridad a los fines de estimular el sector turismo en la finalización del año 2020 y celebración de la época navideña».

El primero de noviembre la vicepresidenta Delcy Rodríguez informó que sectores económicos del área de esparcimiento, conformado por eventos deportivos, gimnasios, autocines, heladerías, cafeterías, actividades musicales y entretenimiento con público se integraban a la flexibilización.

Una medida vinculada directamente a la salud del turismo fue la anunciada por el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC), ente que el pasado 2 de noviembre autorizó a  las aerolíneas Conviasa, Aeropostal, Láser y Estelar a reactivar sus rutas nacionales e internacionales. Todas estas empresas iniciaron la venta de boletos y en algunos casos sus operaciones. Laser reactivó, de hecho,  sus vuelos  a República Dominicana. El INAC informó que, progresivamente, se reabrirían vuelos internacionales a México y Turquía.

Como puede apreciarse, en general son buenas noticias para el turismo venezolano. Todo apunta a una tregua sobre las medidas de confinamiento que permitirían operar al sector al menos en las postrimerías de 2020.

El teleférico: símbolo del turismo

Intranquilas, las empresas privadas del sector turismo en Mérida – y aún los propios entes públicos – esperaban anuncios que permitieran reactivar el sector, tras cerca de ocho meses de paralización total, no sólo por el Coronavirus sino por la crisis previa que aún mantiene contraída la actividad económica del país, y a la que se le suma un profundo deterioro de la calidad de los servicios públicos y de las fuentes de energía (gas, gasolina, electricidad).

Aunque al borde del fin de año, el anunció de flexibilización llegó.  Si bien la Cámara de Turismo del estado Mérida no maneja estadísticas actualizadas, la presencia de ésta entidad andina en el concierto turístico nacional sigue siendo relevante.

En el país, según  Leudo González, presidente del Consejo Superior de Turismo(Conseturismo),el sector económico vinculado a las actividades turísticas está conformado por 15 mil prestadores de servicios, a los que se unen 10 mil operadores comerciales y cinco mil operadores particulares. En total, se estima que el turismo venezolano emplea alrededor de 300 mil personas de manera directa y un millón en forma indirecta.

El principal atractivo turístico del estado Mérida, y de hecho uno de los más importantes de toda Venezuela, es sin duda El Teleférico Mukumbarí, considerado el más alto del mundo.  Fue tal vez el primer atractivo importante que aprovechó el anuncio de flexibilización del sector ya que reabrió el pasado 21 de octubre, aunque en su momento muy pocos se enteraron de la noticia.

Según Luis Guillermo García, encargado de la Unidad de Prensa del Teleférico Mukumbarí, las actividades del sistema por ahora se restringen a la llamada Estación Base (la estación 1, conocida como Barinitas) ya que el resto de las estaciones están en mantenimiento.

Aun así, Barinitas cuenta con miradores al Valle del Río Chama, elementos históricos e informativos del Teleférico,  feria de comida, galería de arte, tiendas comerciales de todo tipo y está integrada a la Plaza de Las Heroínas con su amplísima oferta artesanal, sus fuentes y  su bulevar: todo ello conforma para el turista una importante opción.

“Para nosotros lo más importante es garantizar no sólo una atención grata y de calidad, sino ajustada a las normas de bioseguridad, tanto para el personal como para cada uno de los turistas que desde ya nos visitan”, comentó García.

Empresarios en tiempos de reinvención

Tal vez uno de los empresarios más reconocidos del sector turístico merideño sea Gerardo “Lalo” Montilla. Con la experiencia que le da estar al frente del grupo de empresas turísticas de su familia, en la que destacan los parques temáticos Los Aleros, La Venezuela de Antier y La Montaña de los Sueños, Gerardo no tiene dudas en afirmar que antes de la pandemia ya el sector turístico merideño había colapsado a mediados de 2019.

Aunque hubo un significativo repunte a inicios de 2020, la pandemia sepultó las esperanzas de recuperación desde marzo. Ahora, en la recta final del año,  sopla un viento de esperanza relativa. “No me gusta tanto hablar de reinvención sino de adaptación”, afirma Gerardo Montilla. Es esa adaptación la que les ha permitido sortear crisis políticas, eventos naturales, caos social y precariedad económica durante años.

Para Montilla, un elemento clave de la crisis del sector turístico en Mérida fue la cada vez más acentuada crisis de acceso a la gasolina. Su argumento: “95% de los turistas que vienen a Mérida lo hacen por tierra, en sus carros o en el sistema de transporte”.

Foto cortesía Diario Los Andes

Los turistas provienen, regularmente, desde los estados Zulia, Lara, Aragua, Carabobo y también del Distrito Federal. Sin gasolina segura, la posibilidad de viajar quedó restringida antes de que el Coronavirus se asomara. Llegada la pandemia “se formalizó el cierre”.

Para Liliana Masini, supervisora de Planta y directora de Eventos Especiales del Hotel La Pedregosa, además de Directora de Relaciones Públicas y Asuntos Protocolares de la Cámara de Turismo, además de la gasolina, la precarización de los servicios en general constituye un problema que excede al propio Coronavirus. “Cuando llegó la pandemia ya teníamos 8 años sufriendo de graves problemas en el sector. Es decir, los problemas del país Mérida los sufre con años de adelanto. Eso desestimula a la gente y al empresario. Algunos están decepcionados y dudan en seguir con sus negocios”, comentó la empresaria.

Montilla y Masini  creen que la crisis previa y la pandemia han sido importantes como campo de experiencias que obligan a pensar de forma creativa e inventiva. “Pueden haber propuestas  e ideas pero deben existir ganas, porque si no tengo ganas lo que tengo en mente no lo voy a lograr hacer”, agrega Masini sobre la forma de encarar el momento.

En el contexto de ir perfilando una reactivación sostenible de la actividad turística, más allá de este fin de año, deben atacarse problemas de fondo. Para Gerardo Montilla esto no es otra cosa que  lograr “un cambio  total de las políticas orientadas al desarrollo del turismo”, lo que evidentemente pasa  por solucionar los problemas de fondo: acceso a la gasolina, electricidad, servicios en general, seguridad, movilidad. “El turismo pasaría a hacer, sin duda, la primera o segunda actividad económica del país”, estima el empresario.

Receta para el fin de año

“Definitivamente estoy convencido de que la principal estrategia recuperable,  que es la que debe prevalecer siempre, porque es la que nos ha motivado siempre,  y por lo cual hemos tenido preferencia del público, es la de dedicar todos los recursos, los esfuerzos, las capacidades que tengamos, a mantener y mejorar la excelencia en la calidad de los servicios que prestamos”. Lo afirma tajante Gerardo Montilla cuando se le pide rescatar alguna fórmula gerencial del pasado, que aún tenga vigencia.

Hacia allá mismo apunta Liliana Masini: “Debemos renovarnos en ideas y servicios. Nunca debemos bajar la calidad, todo lo contrario nos debemos esforzar por mejorar, aún en medio de las limitaciones que todos conocemos”.

Adicional al aspecto de la calidad como norte, los empresarios apuntan a aprovechar este tiempo de reactivación para poner en marcha, o continuar de ser el caso, propuestas de servicios turísticos que se anclan en una consideración especial del usuario merideño y en el uso de la infraestructura turística para hacer “Turismo sin salir de casa”, entendiéndose en este caso que la “casa” es la propia ciudad de Mérida.

De allí opciones del Hotel La Pedregosa como el Mercadito Navideño, el Autocine, la piscina full day, la Movida Cultural, entre otras propuestas que van más allá de las habitaciones.

En el caso de los parques temáticos, que han sido la segunda alternativa del grueso de los turistas que vienen a Mérida (después del Teleférico), Gerardo Montilla estima que habrá que adaptarse al turismo local.»La mayoría de nuestros visitantes son de afuera, así que  debemos diseñar una estrategia comunicacional y una estrategia operativa, de ofrecer nuestros atractivos al merideño, hacerlo creativo, para que opte por estos productos”.

Atractivas opciones esperan por el turista. Foto cortesia Diario de Los Andes

Hoteles, posadas, restaurantes, agencias, servicios de transporte, venta de artesanía, servicios de taxis, líneas aéreas…Al 2021 le queda poco para cerrar y el turismo merideño, y de seguro el nacional, apunta a aprovechar hasta el último suspiro de la flexibilización.

 Las claves de la adaptación

 Aunque con poco margen de maniobra y limitados por un entorno aún incierto,  estas son algunas premisas que tendrán en cuenta los empresarios merideños para intentar levantar el turismo este fin de año y, aspiran, el venidero 2021:

  • Lograr la unión del sector privado para organizarse en función de optimizar los pocos recursos con los que se cuenta y activar alianzas.
  • Diseñar estrategias específicas de movilidad (por ejemplo, para ciertos traslados, agrupar turistas con máximas medidas de bioseguridad y comodidad que permitan ahorrar combustible).
  • Toda actividad debe estar sustentada por la pasión y amor hacia el sector, pero sobre todo hacia Mérida.
  • Mantener un monitoreo constante sobre la disponibilidad de gasolina, situación del gas y la electricidad y una línea de comunicación directa con los entes públicos.
  • Renovarse con novedosas ideas y servicios.
  • Optimizar los recursos humanos y materiales.
  • Nunca sacrificar la calidad de los servicios.
  • Mantener una atención especial al “turista local”, ofertando opciones atractivas y accesibles.
  • Ser ejemplo en la aplicación y cumplimiento de las normas de bioseguridad.

Una alianza de:

  




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