Estas elecciones de gobernadores que se realizarán el 15 de octubre, menciono la fecha porque todavía hay personas que desconocen este evento electivo, un alerta para los comandos de campaña, pues se ven envueltas en ciertas contradicciones que afortunadamente con el transcurrir del tiempo se han ido esfumando. Sin embargo, como hecho curioso, los estudios de opinión que miden la intencionalidad del voto, los que piensan asistir a votar ese día se encuentra en 70%, cifra que supera el histórico en procesos regionales que ordinariamente ha oscilado entre 50 y 65 por ciento, aproximadamente.

Hay que  estar al tanto que las fuerzas democráticas obtuvieron en las últimas elecciones para gobernadores tan solo tres de ellas de veintitrés estados que son: Miranda, Lara y Amazonas. Hoy la situación política es diametralmente diferente; de asistir a votar de manera masiva es muy probable que la oposición obtenga el total de las gobernaciones, lo que representaría un duro golpe, otro más, para un gobierno que aparenta cierta fortaleza, pero que todos conocemos que su situación es sumamente precaria.

En la actualidad el régimen de Maduro está desnudo dentro y fuera del país. Hay un cerco y un rechazo internacional más allá del hemisferio, que surge como consecuencia de dos elementos fundamentales: por una parte las gestiones, unas tras de otras de la dirigencia política y de la Mesa de la Unidad Democrática, y por otra parte, como rechazo a la controversial e inconstitucional Asamblea Constituyente.

De manera, que no le va a ser muy sencillo, o mejor dicho, el régimen no saldrá ileso si comienza a descabezar, a desconocer arbitrariamente a los gobernadores electos este 15 de octubre. Por eso mismo hacia esa circunstancia hay que llevarlo, porque cualquiera sea su decisión, encarnará una herida más en el cuerpo fatigado del régimen que vive una larga agonía.

En el caso concreto de Carabobo traigo ahora algunos puntos de una entrevista que di a un medio regional que considero no está de más hacer mención de algunos de ellos. En primer lugar, el hecho de que el candidato del oficialismo Rafael Lacava haya puesto como condición, sine qua non, para aceptar la nominación como candidato a gobernador por este estado que Nicolás Maduro lo llamara personalmente y luego él, Lacava, decidiría, es una prueba evidente de las condiciones precarias en que se encuentran. O que el exgobernador Ameliach no haya aspirado a la reelección, o que en su defecto no designó para sustituirlo un candidato de su intimidad, que por supuesto no los es el ítalo-porteño, es otra referencia incuestionable de la fatigada condición del régimen.

Para rematar, Rafael Lacava nos ofrece un gobierno similar al de su mentor, su guía Nicolás Maduro. En cortas palabras, una tierra arrasada como la Venezuela mísera. Sin alimentos ni medicinas. Un Carabobo inseguro,  arruinado, acabado, en la ruindad.

garciamarvez@gmail.com

 




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