(Foto Archivo)

El diputado chavista Elías Jaua, negociador del Gobierno en la mesa de conversaciones con la oposición, aseguró en una entrevista con EFE que una salida electoral del presidente Nicolás Maduro no ha sido planteada nunca en la mesa, pese a lo que aseguran los opositores.

El delegado oficialista afirmó que «formalmente allí en la mesa no se ha planteado ni referendo revocatorio ni unas elecciones adelantadas», al menos no antes del 2018 que es cuando el periodo presidencial en curso vence.

Especificó incluso la actuación del partido del excandidato presidencial Henrique Capriles, Primero Justicia (PJ), asegurando que «ni siquiera ellos» han formalizado una propuesta como esta.

Su afirmación contradice el discurso de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que se comprometió con sus partidarios a ir a las conversaciones para buscar principalmente esa salida.

Pero que la oposición «le diga una cosa a sus bases no quiere decir que eso se esté discutiendo en la mesa», indicó.

Jaua, exvicepresidente del país y exministro de Exteriores, alertó que los opositores podrían estar teniendo un discurso público distinto al de las conversaciones, generando una expectativa que podría ser irreal en un acuerdo final.

«La diferencia es que el gobierno dice afuera lo mismo que dice adentro», sostuvo para explicar el porqué de las discrepancias en ambos discursos.

Los puntos en los que el Gobierno está «dispuesto a avanzar» en estas conversaciones en materia electoral giran alrededor de las elecciones municipales y regionales en las fechas que ya habían sugerido las autoridades antes del diálogo.

El siguiente punto pasa por la liberación de los opositores detenidos y acusados de promover actores desestabilizadores, y que la oposición considera que son perseguidos por sus ideas, el segundo plato de la mesa.

Hasta hace unos días el propio presidente del Parlamento, el opositor Henry Ramos Allup, aseguró que el alcalde Antonio Ledezma sería liberado de su arresto domiciliario tras acordarlo en el diálogo, otro asunto que, según Jaua, no estaba planteado.

«Ese no es un compromiso que nosotros hayamos adquirido en la mesa», dijo al responder por qué el funcionario opositor señalado de «conspiración» no fue liberado el pasado sábado como los opositores dijeron que ocurriría.

Explicó que no hay una lista de personas que serán liberadas, sino «un exhorto a los poderes públicos para aquellos casos que, aún teniendo como origen planes de desestabilización, siempre que no comporten delitos graves como el homicidio o la promoción al homicidio o la incitación a la violencia, sean revisados».

Una medida que el delegado oficialista describió como «alternativas al victimario».

Esto dejaría fuera a varios de los opositores presos, entre ellos, el líder de Voluntad Popular, Leopoldo López, condenado por instigación a la violencia y otros delitos, un caso sobre el que Jaua evitó ofrecer una posición definitiva.

«La mesa de diálogo no libera personas, entiendan eso, aquí las personas las liberan los tribunales de justicia», subrayó junto con la precisión de que la propuesta chavista sobre los presos es la instalación de la comisión de la verdad y la justicia.

El diputado aseguró que estos, son los compromisos que se han hecho en el dialogo nacional auspiciado por la Unasur y el Vaticano, son los que el Gobierno ha ofrecido y que ha cumplido sin demora.

En cambio los realizados por la MUD, a su juicio, no han sido cumplidos.

De hecho, el que los tres diputados de Amazonas solicitaran su desincorporación para poner fin al dictamen de desacato que se le impuso al Parlamento tras juramentarles pese a una prohibición del Supremo, es insuficiente para el Gobierno.

El Parlamento tiene que someterlo a consideración y decir públicamente que «han aceptado la desincorporación y notificar al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ)», porque «la voluntad de los diputados no es suficiente».

Jaua aseguró que en la oposición «hay muchas presiones» por las diferencias de los factores de la MUD con respecto al diálogo.

En su opinión, «hay enemigos muy grandes del diálogo, Voluntad Popular es uno, Henrique Capriles es otro».

El socialista considera que, aunque «esta por verse» si la oposición está dispuesta a mantenerse en las conversaciones, sí está seguro de que el Gobierno no se levantara de un espacio que ofrezca la oportunidad de lograr estabilidad.

El Gobierno espera lograr que cese «la intervención extranjera, el tutelaje y financiamiento de sectores extranjeros a sectores de la oposición venezolana» de los que el chavismo asegura es víctima desde hace casi dos décadas.

Además pretende el cese de la «guerra económica» y de una supuesta campaña de «lobby» para «desarrollar un bloqueo financiero en la practica contra el país», temas sobre los que tampoco se conocen hasta ahora resultados o compromisos específicos.

El oficialista insistió en la vocación del chavismo por el diálogo y dijo que a este punto «tenemos que confiar en la voluntad y en la seriedad de la dirigencia de la oposición que se sentó a dialogar».




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