Un 24 de julio de 1783, hace ya 239 años, nació en Caracas, Venezuela, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios, mejor conocido como Simón Bolívar o el Libertador.
Fue un militar y político venezolano, con reconocimiento internacional, porque lideró las campañas que dieron la independencia a varias naciones americanas, como Colombia, Ecuador, Panamá, Perú, Bolivia y Venezuela.
Mucho se ha escrito sobre las hazañas del Libertador y sobran las alabanzas sobre sus actividades para emancipar a seis naciones. Sin embargo otros historiadores se han encargado de analizar otros ángulos de su actuación independentista.
Uno de ellos es el profesor universitario Elis Mercado Matute quien estima que Simón Bolívar fue una figura emblemática de la historia venezolana. Sin embargo hay que acotar que a pesar de ser un militar, elaboró documentos de carácter civil como el Manifiesto de Cartagena, la Carta de Jamaica y el Discurso de Angostura entre otros.
A su modo de ver, el Libertador debe ser ubicado en el plano de la historia, y no de la historiografía. Es decir, que debe entrar en el campo de los hombres, de la humanidad, de la gente que tiene aciertos, pero que también comete errores.
El docente sostiene que el creador de la república de Venezuela, fue el general José Antonio Páez, y no Bolívar, porque el Libertador estaba empeñado en una utopía llamada Colombia, y después pasó a ser Gran Colombia.
Mercado Matute, miembro de la Academia de la Historia de Carabobo, asegura que al principio de la primera república, por culpa de Simón Bolívar, se perdió la guarnición de Puerto Cabello, por la traición del teniente Francisco Fernández Vinoni.
Sostiene además que la lucha independentista no se dio entre patriotas y realistas, sino republicanos y monárquicos, todos venezolanos. Quienes se oponían al proceso, no era porque fueran republicanos o realistas, sino porque estaba siendo dirigido por mantuanos, que eran los mismos que explotaban a los pardos, negros y esclavos.
Cita que los grandes positivistas, Laureano Vallenilla Lanz y Gil Fortul, califican el proceso como una guerra civil, pues participaban venezolanos republicanos y monárquicos.
El historiador insiste en que el Libertador hizo cosas muy buenas, pero también tuvo muchos desaciertos. Uno de ellos fue el Decreto de Guerra a Muerte, que en nada enaltece su memoria.
Afirma que historiadores como Rufino Blanco Fombona y Vicente Lecuna, entre otros, han querido justificarlo, pero es muy difícil, porque simplemente fue una barbarie donde fueron mandados a matar unas 900 personas.
El historiador señala que no hay que olvidar que fue Simón Bolívar quien traicionó a Francisco de Miranda en La Guaira, y se le entregó a los monárquicos. De allí fue llevado a La Carraca, donde murió.
Sostiene además que Bolívar mandó a fusilar al general Manuel Piar, porque representaba el avance de la llamada pardocracia, con la cual no estaba de acuerdo, porque temía que ese sector de la sociedad pudiera avasallar los planes independentistas, dirigidos por los mantuano, al cual pertenecía, por ser miembro de una de las familias más ricas del país para ese entonces.
“Frente a cosas muy buenas que hizo Bolívar, también hay ese tipo de hechos que es necesario recordar”.
Subraya que la historia no se hace en base a mitos o leyendas, sino teniendo como fundamentos, hechos concretos y documentados.
