(Foto EFE)

El embajador boliviano en la Organización de Estados Americanos (OEA), Diego Pary, rechaza que se tomen decisiones apresuradas sobre Venezuela y protegerá «a soberanía de los Estados desde que asuma esta medianoche la presidencia de turno del Consejo Permanente del organismo.

«Tomar una información a primeras, sin tener la certeza de lo que está ocurriendo, de cuáles son los argumentos, es tomar decisiones apresuradas y ello solamente daña la relación entre Estados y la vida constitucional de los Estados», dijo Pary en una entrevista en Washington.

Pary se pronunció en este sentido tras ser preguntado si considera conveniente la convocatoria de una sesión extraordinaria el lunes para declarar que en Venezuela hay una alteración del orden constitucional, algo que solicitarán este viernes alrededor de 20 países, según explicaron fuentes de tres naciones de la región.

Esta petición se produce después de que en las últimas 24 horas la mayoría de países americanos condenó o expresó preocupación por la decisión ayer del Tribunal Supremo de Venezuela de asumir las facultades de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora.

Sobre qué hará ante esa solicitud, el embajador boliviano indicó que si el tema propuesto «vulnera la soberanía de un Estado miembro» su obligación «será proteger ese principio» de soberanía.

Pary asegura que aún no ha recibido ninguna noticia de esa petición y que, cuando la tenga, «será considerada de acuerdo a la normativa de la organización».

En la medianoche de hoy, cuando comience el 1 de abril, Bolivia reemplazará a Belice en la presidencia de turno del Consejo de la OEA, un puesto que dura tres meses y desde el que, a pesar de ser protocolario, Bolivia podría entorpecer con mecanismos formales las iniciativas contra el Gobierno de Venezuela, su gran aliado.

Preguntado sobre este punto, Pary se limitó a decir: «soy el representante boliviano y como tal voy a asumir la presidencia del Consejo, el rol que voy a cumplir es el que el Estado me instruya».

Además, señaló que «hay diferentes mecanismos para tratar las solicitudes de los Estados», entre ellos «las consultas informales», y prometió «agotar todos los mecanismos de diálogo» y trabajar con base en la «normativa de la organización».

En ese sentido, defendió la posición que mantuvo el pasado martes, junto a los embajadores de Venezuela y Nicaragua, de que la OEA no puede celebrar sesiones sobre un Estado sin su consentimiento.

Sus tres votos y los de otras ocho naciones afines no fueron suficientes para impedir que el Consejo abordara la situación de Venezuela, ya que apoyaron la reunión 20 países, con dos abstenciones y una ausencia.

«Se estaba vulnerando un principio fundamental del multilateralismo, que es que un organismo multilateral no puede referirse a los asuntos internos de los Estados, eso está en el artículo 1 de la Carta de la OEA, no puede vulnerar la soberanía de los Estados ni inmiscuirse en sus asuntos», argumentó hoy Pary.

Bolivia es uno de los países más críticos con la gestión de Luis Almagro como secretario general de la OEA, cargo que asumió en mayo de 2015, al considerar que sobrepasa sus atribuciones y que actúa por su cuenta sin consultar a los Estados.

Por eso, uno de los objetivos del embajador Pary en la presidencia del Consejo es «fortalecer el rol de los Estados» porque son ellos «quienes efectivamente deben dirigir la organización».

Promoverá además un análisis de «todos los países» para ver «cómo está funcionando la institucionalidad de la organización».

«Que se reconozca que es una organización de Estados americanos, no de funcionarios internacionales, no de exrepresentantes, sino de Estados americanos», subrayó.

Bolivia, junto a Venezuela y Nicaragua, busca desde hace meses que la OEA celebre una sesión para evaluar la gestión de Almagro, un secretario general que consideran ha robado protagonismo a los Estados con su posición abiertamente crítica con el Gobierno de Nicolás Maduro.

Esta medianoche, Venezuela no solo recibirá la buena noticia de tener a su socio Bolivia en la presidencia del Consejo, sino que Haití, otro de sus fieles aliados, ostentará la vicepresidencia del órgano, que agrupa a los embajadores de los 34 miembros activos (Cuba pertenece a la OEA pero no participa desde 1962).

La presidencia rota por orden alfabético ascendente en español, mientras que la vicepresidencia lo hace de manera descendiente en la misma lengua.




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