Cortesía de Armando Díaz @diazdeinfo
Casi nueve horas estuvo detenida Amalia Arteaga, la abuela del embajador designado por la legítima Asamblea Nacional, Carlos Millán, luego que funcionarios del Servicio Boliviano de Inteligencia Nacional (Sebin) llegaran a la vivienda de la mujer de 72 años, en Naguanagua, cerca de la 1:00 de la tarde del miércoles 28 de octubre.
Arteaga estaba en compañía de una tía el embajador, de nombre Mariana Molina, y de Tomás Faría, un allegado a la familia.
El embajador Millán explicó que el allanamiento careció de cualquier tipo de legalidad, debido a la falta de una orden judicial que avalara el acto. “Ingresaron a la casa de mis abuelos. No es mía, es de mis abuelos. Tengo dos años sin vivir ahí y más de uno fuera del país”.
Para Millán estos sucesos son producto de una represalia por haber asumido la representación del gobierno interino en Chile, y que haya levantado la voz por los venezolanos radicados en ese país, mediante los distintos foros y eventos especiales a los que asiste.
“A mi abuela se la llevaron a declarar y la dejaron hasta casi las 10:30 de la noche, para luego liberarla”, detalló. Por fortuna, la abuela del embajador Millán se encuentra bien de ánimo, pero este opina que un hecho así nunca debió ocurrir.
Aunque Millán está acostumbrado a las persecuciones y a los ataques políticos, precisa que jamás le había tocado vivir un episodio como el que lo trastocó el pasado miércoles.
El enviado del presidente Guaidó en Chile desconoce si este asedio contra la vivienda de sus abuelos guarda relación con la salida de Leopoldo López de la residencia del embajador español.
Millán no es el único que ha sufrido ataques. La famosa puerta giratoria de la que hablan abogados y expertos en derechos humanos ha tomado como víctima al periodista Roland Carreño, un hecho que podría ser un castigo por la fuga del líder de Voluntad Popular. “Jamás sabremos la justificación del régimen para una serie de actos tan atroces”, dice Millán.
Millán explicó que su abuela no recibió ningún tipo de maltrato, solo que fue interrogada en referencia al embajador. “Preguntaron cuánto tiempo tenía en Chile, qué hacía en Chile. Yo aquí estudio y trabajo y ante esas preguntas ella respondió, pero nosotros no tenemos nada que esconder porque no tenemos relación con ningún tipo de acto irregular”.
