Salió de la ciudad bella Cumaná en Venezuela, en octubre de 2016. Tomar la decisión de emigrar para Jennifer fue muy difícil, es muy apegada a su madre y a sus abuelos maternos. De hecho, vivió con ellos hasta el día que le tocó agarrar sus maletas y partir.
Su papá le decía una y otra vez que se fuera a otro país a buscar oportunidades; la situación país empeoraba cada día y las ganas de esta joven en poder seguir desarrollándose personal y profesionalmente pudieron convencerla para dejar su nido.
Jennifer es licenciada en Gerencia de Recursos Humanos, y tuvo la dicha de ejercer su profesión en su país como analista del área, luego como coordinadora de Talento Humano en la misma organización donde trabajó, por lo cual sintió que podía emigrar tranquila porque de volver a comenzar en otros espacios ya al menos había tenido experiencia para lo que se formó.
Al llegar a Argentina le tocó repartir volantes de un taller mecánico en la calle. Sobre la selección de ese país como segundo hogar dijo: “escogí Argentina porque mi primo con el cual emigré ya tenía unas amistades que estarían aquí al momento de nuestra llegada y nos podían recibir y orientar mejor; además de que en ese momento el país estaba saliendo de un gobierno socialista y aparentaba tener un progreso”.
Como muchos inmigrantes ahora también llamados ciudadanos del mundo, Jennifer nos contó lo que para ella ha sido difícil hasta el momento, dijo: “que pasar por un esguince en la muñeca derecha viviendo sola, a raíz de cargar un chango muy pesado con materiales para ponchitos (mi emprendimiento) y la reciente pérdida de mi abuela materna, ha sido fuerte”.
Sin embargo, allí está decidida a seguir adelante y hacer muchos ponchitos.
Ponche Crema todo el año
Esta venezolana que extraña las playas de su Cumaná, nos dijo que emprendió haciendo el delicioso Ponche Crema Artesanal en Buenos Aires, su marca lleva por nombre “Ponchitos” y en su cuenta Instagram la consiguen como @ponchitosve. Siempre en Navidad y Año Nuevo, era tradición en su familia celebrar con esta bebida y no quería pasar su primer diciembre fuera de casa sin tomarla, por eso se atrevió y ahora nada la detiene para preparar ricos Ponchitos.
“Nunca lo había hecho, pero siempre vi como mi abuela y después mi mamá lo preparaban, así que empecé a hacer mis pruebas y lo compartí con amigos venezolanos y argentinos a quienes les gustó y así para algún cumpleaños u otro tipo de reunión lo llevaba hasta que algunas amistades me dieron la idea de empezar a venderlo”.
Destaca Jennifer que al principio no veía viable comercializarlo porque existe la falsa costumbre de que el Ponche Crema es una bebida que se toma en diciembre, pero justo en ese momento vio por redes sociales la convocatoria para una feria de emprendimientos venezolanos y decide inscribirse y participar.
“Al ver la buena aceptación del público con mi producto me sentí motivada, porque no solo recibía buenos comentarios del sabor si no de la presentación. Así que poco a poco seguí participando en otras ferias dando a conocer la marca, haciendo nuevos clientes con el slogan de que Ponchitos se toma todo el año. Creo y sin temor a equivocarme, somos el único emprendimiento de Ponche Crema Artesanal Venezolano en Buenos Aires que está disponible los 12 meses del año y es otro factor que nos destaca”.
Nos encanta ver cómo surgió esta idea y que ha permitido a Jennifer emprender con éxito. Su mensaje es de ser siempre positivos, y que a pesar de las adversidades si tienen una idea, desarróllenla, empiecen y no se queden en pensamientos. Citó las palabras de Vanessa Jackson, una de sus referentes favoritas de Marketing «conocimiento sin acción no trae resultados».
Gracias Jennifer por permitirme contar tu historia, eres una joven valiente, te aplaudimos y deseamos todo el éxito.
Me despido hasta la próxima historia,
Adriana Henríquez @migrantesenvuelo
