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En Ciudad Guayana, el costo por la recarga de una bombona de oxigeno de seis metros cúbicos, la más grande para atender a pacientes de COVID-19, es de 40 dólares, 25 veces más de lo que gana un venezolano cobrando salario mínimo.

Los ciudadanos, ante esta situación, se mantienen totalmente desamparados. Tanto el Hospital Dr. Raúl Leoni como el Uyapar, los dos centros de salud públicos que reciben pacientes contagiados, están saturados y lejos de cumplir con los requerimientos mínimos. Por esta razón, a los pacientes les toca conllevar con sus propios gastos para adquirir la bombona.

El oxígeno está en la lista de medicamentos esenciales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 2017, es decir, de aquellos insumos que toda nación debe garantizar a su población. Sin embargo en Venezuela, como otros medicamentos de esa lista, son insuficientes.

El consumo de una bombona de oxigeno

El encargado de una distribuidora de oxígeno, Antonio Poth, alquila los cilindros más grandes (seis metros cúbicos) a 50 dólares. Explicó que con una salida de tres litros por minuto el oxígeno se podría consumir en 24 horas. Esto dependerá de la salud con que se encuentre el paciente, ya que si necesita un consumo mayor, el tiempo se reduciría.

Según las recomendaciones generales de la OMS, a los niños se les puede suministrar dosis bajas que oscilan entre 1 y 2 litros por minuto, pero los adultos pueden llegar a necesitar hasta 10 y 15 litros por minuto.

“Le puede pasar que se agote a la media noche, o una hora de la madrugada ¿y a dónde va salir a buscar la otra?”, expresó el distribuidor. Dependiendo del cuadro clínico, lo ideal sería tener una bombona de repuesto, y más aún los fines de semana en donde más se complica regargar el cilindro.

Instrumentos complementarios

Además del alquiler, para brindarle oxígeno a un paciente se debe buscar instrumentos complementarios que no brindan en su empresa y que se venden por separado. Poth comentó que solo un manómetro puede costar 100 dólares.

laró que un paciente grave de COVID-19 podría consumirse una bombona grande entre 8 y 14 horas, dependiendo del flujo que indique el médico.

Sus clientes, que tienen a familiares en situación crítica, gastan 80 dólares diarios para atender a una persona. Un monto inalcanzable en un país donde el 79% de sus ciudadanos viven en pobreza extrema.

Bombona propia

En su establecimiento no alquilan los cilindros, por lo que cada persona debe llevar su propia bombona. La recarga tiene un precio de 40 dólares en el cilindro más grande, 15 dólares en la mediana y 10 en la bombona portátil.

“No tenemos manómetro, flujómetro y el vaso humidificador”, advirtió el vendedor sobre los otros equipos. Apuntó que además de la recarga, el kit para completar el proceso puede costar alrededor de 120 dólares.

De no tener acceso a un cilindro propio o prestado, el gasto por comprar dos bombonas y el kit podría ser de unos 700 dólares. Además, los gastos en recargas de oxígeno podrían alcanzar los 1.200 dólares, pues existen pacientes que han necesitado de las bombonas hasta por 15 días continuos.

Aunque la mayoría de los países del continente han tenido graves problemas para atender con oxigeno a su población, las medidas de emergencias de algunos mandatarios han logrado hacer contrapeso para atender a los pacientes contagiados. En Venezuela por el contrario, el gobierno regional hace caso omiso a estas carencias y los ciudadanos deben por si mismos resolver las necesidades de sus familiares y amigos.

Con información de Correo del Caroní

 




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