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Hospital (Foto referencial. Cortesía Crónica Uno).

«El virus se quedó a vivir en el hospital, se instaló, no tiene fecha de partida y eso no hay cuerpo humano que lo aguante. Cada vez quedamos menos guerreando», dijo Magaly, una enfermera del Hospital Universitario de Maracaibo.

Cronica.Uno habló en exclusiva con Hania Salazar, presidente del Colegio de Enfermería del Estado Zulia, quién aseguró que apenas 15 % del personal, asiste a cumplir con su trabajo en los diferentes centros de salud del estado.

«Hay que reconocer que el virus se ha comportado de forma intermitente. Hay días en que llegan más enfermos que otros y salen más rápido porque tienen las dos dosis de la vacuna y eso reduce el riesgo de complicaciones, pero el verdadero problema es que no hay quien los atienda», dijo.

Sin embargo, el personal de salud activo está en alto riesgo debido a que no cuentan implementos de bioseguridad para resguardar su salud. Las cifras que maneja el estado es de 75 profesionales de enfermería fallecidos desde 2020, en este último año dos enfermeros han perdido la vida a causa de la COVID-19.

La intergremial de salud mostró su preocupación por el aumento de muertes en el personal joven.

«Cuando inició la pandemia las muertes eran mixtas, pero actualmente el más vulnerable es el personal joven. Los compañeros que se han contagiado con la variante ómicron se tratan en sus hogares, porque ellos mejor que nadie conocen la realidad de los hospitales», dijo.

Según explicó Salazar las muertes se producen por falta de recursos para tratar el virus.

«Aunque el tratamiento de la variante Ómicron es relativamente sencillo, los profesionales de enfermería no tienen para cubrir éste tratamiento. Los que se han complicado son de bajos recursos y lamentablemente su familia no ha tenido para cubrir los gastos de un tratamiento más complejo, por lo que terminan muriendo», denunció.

El sistema de salud del estado Zulia es uno de los más afectados del país. Los servicios públicos como agua y electricidad, básicos para hacerle frente al coronavirus, son prácticamente inexistentes.

«Nuestro sistema de salud está tan deteriorado que es muy poco lo que podemos hacer por los pacientes», refirió la gremialista.

Para llegar al Hospital Universitario de Maracaibo hay que estar preparado. Las enfermeras se limitan a indicarle al familiar lo que tiene que buscar para poder salvarle la vida al paciente, porque tal y como lo reveló Salazar, en la emergencia no hay soluciones, sueros, analgésicos, inyectadoras y «hay personal que ni siquiera cuenta con un tensiómetro». Dijo que la misma situación se repite en el hospital centinela de Santa Bárbara del Zulia.

Personal limitado

La intergremial reveló que el personal de enfermería en el Zulia era de 8000 mil trabajadores. Dijo que se debe sincerar esa nómina debido a que hay tres tipos de ausencias: Los que se fueron del país, los que están de permiso por decreto nacional debido a que padecen una enfermedad persistente como diabetes o hipertensión y tienen más de 50 años de vida, y los que están suspendidos por otras causas como post parto.

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El Hospital Universitario de Maracaibo está en condiciones críticas / Foto: Cortesía.

Salazar aclaró que el ausentismo laboral es de 70%, pero la asistencia real, tomando en cuenta estos casos está en 15%. Los hospitales de Maracaibo solo están atendiendo emergencias, aunque según el personal de salud, eso no quiere decir que no haya hospitalización, área donde se requiere mayor personal de enfermería.

«Casi todas los pisos de hospitalización están cerrados, eso pasa en el Hospital Central, en el Chiquinquirá y en el Universitario. Sin contar las emergencias que prácticamente están paralizadas porque no tienen nada», dijo Salazar.

Las guardias de enfermería son de hasta 24 horas continuas, debido a la falta de personal de relevo. Generalmente un solo profesional queda a cargo de 30 o 40 pacientes. Se estima que el Hospital Universitario de Maracaibo debe tener dos mil personas en enfermería, pero apenas llegan a 500.

«El riesgo lo tiene tanto el paciente, como el profesional que termina enfermo o con problemas de salud mental. Todos los días hay muertes porque el personal es tan poco que no da abasto. El paciente no está recibiendo los cuidados oportunamente, esa es la verdad. Una enfermera debe dedicar mínimo 45 minutos a cada paciente, cómo se puede cumplir eso sí tiene 30 pacientes a su cargo», reveló Salazar.

Esta realidad ha provocado que los pacientes terminan cuidándose solos, dijo la presidenta del colegio de enfermería del estado.

La salud mental es una de las razones por la que muchos profesionales se han ido. «Algunos ni siquiera meten la carta de renuncia, simplemente dejan abandonado el cargo, dicen que ellos no van a ser cómplices».

Para Hania Salazar la vocación ha sucumbido ante la muerte. «Se tienen que quedar en una guardia a ver como se mueren los pacientes porque no tienen cómo ayudarlos y los familiares muchas veces no tienen con qué comprar insumos».

Salazar enfatizó que este escenario no es nuevo en el Zulia y mucho menos en Venezuela.

El personal de enfermería sigue caminando

Salazar reconoció que es imperativo sincerar las nóminas y formar nuevos profesionales, pero con esta realidad es difícil. «Son cosas complejas, pero que hay que dedicarse a revisar y resolver ese problema administrativo que tiene la salud en el estado».

La intergremial de salud adelantó que ya han entablado conversaciones con el gobierno regional a cargo de Manuel Rosales para activar rutas de transporte gratis que sean una alianza con todos los municipios y así garantizar que el personal no se siga desgastando.

El salario base de un enfermero es de 50.00 bolívares quincenales. 90% del personal activo gasta entre seis y 12 bolívares diarios en pasaje de transporte público, otros buscan alternativas.

«Nuestro personal sigue caminando, se van en cola o en bicicleta. El traslado depende de lo que puedan hacer, por eso necesitamos que el gobierno regional nos dé respuesta», refiere.

Se conoció que la ruta de salud está aprobada por la alcaldía de Maracaibo, sin embargo Hania dijo que desconoce cuál es el avance de la propuesta o para cuándo podrán usarla.

Además, aprovecharon la reunión con Rosales para pedir que se acondicionen los comedores internos de los hospitales para brindar alimentación de calidad al personal y a los pacientes. También que se les dote de uniformes y calzados.

«Ahorita un zapato de enfermería cuesta hasta 30 dólares el más sencillo, porque son zapatos especiales para que el personal pueda trabajar cómodamente. Ser enfermero o enfermera es costosísimo. Mientras tanto, tenemos un personal reclamando todos los días sus derechos, pero la dirección del hospital está esperando que se acostumbren a trabajar sin nada y eso no es posible», dijo la gremialista.

EL HUM no mejora

Una fuente interna del hospital dijo que las condiciones siguen siendo igual de malas. La aparición de ratas en sus salas a principios de año así lo demuestra.

«Después de dos años de pandemia ninguno de nuestros hospitales ha incrementado su capacidad de atención, más bien ha mermado. Han disminuido los equipos de UCI y seguimos sin tecnología para atender los casos COVID-19. Un ejemplo de ello es que a nivel público no hay tomografía. Entonces, la mayoría de los pacientes de hospital no pueden hacerse ese examen que cuesta hasta 400 dólares», refirió el especialista.

En cuanto a los servicios públicos del hospital, la falta de personal obrero mantiene en condiciones críticas el aseo, la recolección de agua y basura interna. Mientras que la electricidad es una lotería.

«A veces prende la planta, otras no o se tarda porque a eso no le hacen mantenimiento. Envían agua un rato en la mañana, porque las tuberías están corroídas y hay muchas fugas. En ese tiempo tenemos que recoger en recipientes, pero si prenden la bomba en la tarde y ya nos hemos ido, los médicos y las enfermeras se quedan sin agua porque a ellos no les da tiempo de hacer eso y les toca trabajar así», dijo un obrero que no reveló su nombre.

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