Las Tejerías
(Foto: EFE/Miguel Gutiérrez)

Pasan los días y en Las Tejerías todo va cambiando. No en positivo. Ya el agua no está dentro de las casas, de hecho, muchas de ellas simplemente desaparecieron. Y la ayuda no se pide con gritos de desesperación, sino con miradas de desesperanza.

Eso es parte de lo que perciben en estos últimos días los periodistas que han cubierto desde el domingo 9 de octubre la tragedia en esa población aragüeña, donde 23 sectores resultaron afectados y aún se espera por la actualización de las cifras definitivas de fallecidos y desaparecidos.

Esteninf Olivares, periodista de Primer Impacto Univisión, ha visitado el lugar. Camina sobre el barro que cubre lo que, antes del sábado en la noche, pudo ser una calle en la jugaban niños que hoy ya no están, hogares que se perdieron por completo.

Luego del recorrido realizado en Las Tejerías el jueves 13 de octubre aseguró que en el sitio reina la desesperanza. “Hay mucho silencio… sectores a donde no ha llegado la ayuda porque están mucho más alejados, y también se siente la certeza de que el número de desaparecidos es mayor”, dijo durante su participación en el Twitter Spaces de El Carabobeño.

Irene Mejías, periodista de VPI TV, coincide. “Hoy nos decían decían que iban a guardar de lo que les llegara, a almacenar, porque una de las cosas que les preocupa mucho es que ahorita Las Tejerías sea la novedad, la noticia pero que en una o dos semanas los puedan olvidar”.

Ella calificó la cantidad de carencias como impresionante. Pidió a quienes puedan colaborar con ropa y alimentos no dejar de hacerlo en los centros de acopio anunciados en cada estado.

La presencia de funcionarios en Las Tejerías, sobre todo del Ejército, se mantiene. También se ve a paramédicos caminando por las calles en zonas más alejadas, y hay mucha maquinaría tratando de sacar los escombros en los que se convirtieron los años de trabajo de muchas familias. “Ellos lo perdieron todo, y no lo digo como una expresión cualquiera… realmente todo lo que habían logrado en muchos años, ya no lo tienen”, aseguró Mejías.

La causa

Un conjunto de variables se combinó para que la quebrada Los Patos no solo se desbordara, sino que arrasara con todo a su paso.

La geóloga Luiraima Salazar explicó que se trató de un fenómeno que tiene como nombre flujo de detritos, y que algunos le llaman alud torrencial. “Es una gran masa de sedimentos compuesto por lodo suelto, arena, rocas, árboles, materia orgánica y hasta aire que desciende de forma rápida y abrupta por efecto de la gravedad a lo largo de una quebrada”.

La causa de este fenómeno ocurrido en Las Tejerías es la sobresaturación de agua de la columna sedimentaria y movimientos que se generan por la pérdida de estabilidad. Es un proceso natural que se activó por las torrenciales lluvias, los suelos con cobertura sedimentaria, la acción del hombre al modificar el drenaje de la quebrada y laderas con construcciones mal hechas que invaden los causes naturales.

A esto se suma que Las Tejerías es un área de depósito al pie del monte donde decanta todo este sedimento que viene desde arriba. «Es una zona de alto riesgo geológico. Las Tejerías está construida sobre un gran abanico aluvial, así lo demuestra su morfología”, dijo en el Twitter Spaces de El Carabobeño.

El también ingeniero geólogo, Noel Marcano, resaltó que ante esta realidad se hace necesaria la gestión de riesgo en diferentes zonas del país, con estudios geomorfológicos. “La estadística es importante para conocer el tiempo de retorno, la cantidad de sedimentos que puedan bajar y esos periodos de lluvia cíclica cada 100 o 500 años que son catastróficos”.

Jacobo Vidarte, comisionado de análisis de gestión riesgos y eventos adversos de la alcaldía de San Diego, también estuvo presente en Las Tejerías durante esta semana. Para él, si ese fenómeno hubiera ocurrido en el desierto de Sahara o en lo médanos de Coro no habría ocurrido la tragedia de Las Tejerías”.

El especialista ejemplificó que se trata de una zona parecida a Caña de Azúcar en Aragua, o La Isabelica, en Valencia, pero en las laderas de unas montañas. “Ya en 2010 se hizo un informe en que se reveló que esos sectores estaban en riesgo”.

Luraima Salazar insistió en la vulnerabilidad de Las Tejerías, al estar construida sobre antiguos sedimentos depositados por la crecida abrupta de uno de los ríos de la zona. «Si no se toman medidas, como la reubicación de población, estos eventos cíclicos de movimientos de masas, flujos de detritos y escombros seguirán causando daño a la población».

Mientras tanto, la desesperanza se mantiene. Muchas familias siguen en Las Tejerías creyendo cada vez menos en que sus seres queridos desaparecidos serán encontrados con vida y con la incertidumbre de no saber qué les depara el futuro.




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