Luego de dos años de pandemia, el monseñor Reinaldo Del Prette, arzobispo de Valencia presidió la solemne Misa Crismal en la basílica Catedral junto al Clero Arquidiocesano, a la que asistió un buen número de fieles.
En esta liturgia se renovaron las promesas sacerdotales, se consagró los óleos de los catecúmenos y para los enfermos además del Santo Crisma, celebración que se realiza todos los Jueves Santos y que marca el inicio del Triduo Pascual.
Al iniciar su homilía monseñor Del Prette recordó con amor como San Juan Pablo II tomaba tiempo todos los años, para dedicarle unas palabras a los Ministros del Señor, para exhortarlos a hacer el bien en todo momento.
En esta ocasión, quiso compartir las palabras que el papa Francisco dirigió a sacerdotes en el Aula Pablo VI del Vaticano durante el Simposio “Por una teología Fundamental del Sacerdocio”, realizado el 17 de febrero, en las que trató las cuatro cercanías de un sacerdote: con Dios, con el obispo, con los demás sacerdotes y con el pueblo de Dios.
“Dios se quiere servir de los sacerdotes para estar cerca del pueblo fiel. Una cercanía que exige desarrollar la compasión y ternura del Señor como el buen samaritano, quien muchas veces enfrenta la indiferencia», expresó el Arzobispo de Valencia para referirse al encuentro con los laicos.
«Es clave recordar que Dios quiere pastores al estilo de Jesús. El pueblo quiere pastores de pueblo y hombres contemplativos», fue otras de las exhortaciones que expuso durante su homilía.
El prelado agradeció a la feligresía valenciana por acompañar a los sacerdotes a celebrar la Misa Crismal, en este año tan importante para la Arquidiócesis de Valencia en la que se prepara para el centenario de su creación.
Con nota de prensa
