Unos 800 pacientes renales en Carabobo están en riesgo de desmejorar su salud, debido a que no reciben los tratamientos de diálisis completos, por cuanto las unidades que existen en el estado no están en óptimas condiciones.
Reymer Villamizar, presidente de la Asociación de Amigos Trasplantados de Venezuela, dijo que la llegada de la pandemia por COVID-19, acentuó la situación que venían padeciendo los pacientes renales.
En declaraciones al programa Desde La Cabina, de Unión Radio, manifestó que los pacientes en vez de recibir una dialización por cuatro horas, como es lo recomendado, solo les aplican dos horas y media a lo sumo.
Según señaló, esto es producto de que la mayoría de las unidades donde se aplican las diálisis, no están funcionando como es debido, ya que muchas requieren de mantenimiento que no se les ha hecho.
También se refirió a las unidades de transporte que tienen a disposición los pacientes para acudir a sus centros, y aseguró que la mayoría está dañada, por lo que poco pueden hacer uso de ellas.
Por el problema de la escasez de gasolina, a la mayoría de los pacientes renales se les dificulta el traslado hasta los centros, por lo que sus condiciones de salud cada día son más precarias.
Villamizar también señaló que en el país no se hacen trasplantes de riñón en hospitales públicos, desde hace más de tres años. La mayoría de los pacientes no puede recurrir al servicio privado porque es muy costoso.
Citó que un trasplante en una clínica puede llegar a costar más de 60 mil dólares, y el mantenimiento posterior está por el orden de los 400 dólares mensuales.
